sábado, 20 de mayo de 2023

'Steven quiere conocerte'


El cine es, ante todo, una experiencia sensorial. La risa, el llanto, la alegría, el miedo... nos invaden siempre que lo que veamos en pantalla sea un eficaz vehículo para que afloren nuestras emociones. Esa es la sencilla, y a la vez complicada, fórmula del engaño que es una película. El cine bien hecho es tan maravilloso que nos hace creer que ese haz de luz sobre la pantalla muestra algo que está sucediendo a nuestro alrededor, y con los parámetros básicos de lo que
conocemos que es real -desde los amores más intensos hasta las guerras más cruentas- crea historias que nos envuelven y nos identifican hasta tal punto que nos trasladamos a escenarios en los que no nos encontramos y sufrimos con los personajes como si fuéramos partícipes de sus devenires.

Cuando una película nos cautiva cumple con su misión, y si nos emociona, ya resulta difícil incluso de olvidar. Viene esto a colación porque este viernes he sentido una emoción muy viva gracias al preestreno de la película documental 'Steven quiere conocerte', en el Teatro Principal de Puerto Real (Cádiz).

Han transcurrido casi cuatro décadas y a Silvia Moreno y Daniel Llamas se les ha ocurrido hacer una curiosa historia, la del rodaje de la película 'El imperio del sol' y el impacto que supuso para Trebujena el hecho de que Steven Spielberg la realizara en este pequeño municipio gaditano.

'Steven quiere conocerte' podía haberse hecho de muchas maneras dentro de un modelo estándar en este tipo de producciones: te vas al lugar, entrevistas a gente, muestras algunas grabaciones de la época y fotos en sepia y logras un producto retrospectivo con mayor o menor acierto. Pero Silvia y Daniel han superado este concepto primigenio del documental. Podríamos decir que su película tiene un maravilloso hilvane poliédrico de la historia. No es un mero ejercicio de nostalgia porque hay un guión que no se deshilacha a pesar de la cantidad de vectores que convergen para construir la historia. Así, la estructura se hace realidad con -lógicamente- la figura de John Baker y su excelsa historia de amor por Trebujena y hacia Isabel, la chica que conoció durante el rodaje de la película y de la que se enamoró perdidamente, quedándose a vivir en el pueblo hasta su muerte, acaecida hace apenas veinte días. Isabel que, por cierto, estuvo en el preestreno en Puerto Real con su hijo John, fruto del matrimonio con aquel creador de efectos especiales de películas como 'La guerra de las Galaxias' o 'En busca del arca perdida'.

Pero al Baker vectorial se une Alfonso de la Torre, el fan español más acérrimo de Spielberg, el vallisoletano que siendo niño se empeñó en conocer al cineasta hasta lograrlo durante el rodaje de 'El imperio del sol' en Trebujena. Alfonso, en el documental, regresa al municipio gaditano, a encontrarse con sus recuerdos, a convertirse en otro armazón guionístico más de 'Steven quiere conocerte'. Y a Baker y a Alfonso se une la gente del propio pueblo conformando la cinematográfica trinidad que sustenta esta pequeña y emotiva obra que no podría haber visto la luz sin el apoyo del amigo José Carlos Conde, que estoy seguro y desde el ámbito de la producción, verá recompensada en un futuro la apuesta por 'Steven quiere conocerte'.

Hablaba del pueblo, de la gente de Trebujena. En el encuentro con el público posterior a la película, alguien hablaba de las concomitancias de 'Steven quiere conocerte' con algunas cosas de 'Cinema Paradiso' como ejemplo de admiración al cine. Porque, como en la entrevista a los dos directores que publicaré próximamente en #UltimoEstreno, Silvia Moreno asegura que este documental es "un ejercicio de amor al cine", pero yo matizo que con una sustancial diferencia con respecto a la película de Tornatore: en aquella, en su momento culmen, aparece gente (horriblemente) maquillada, actores y decorados. En 'Steven quiere conocerte' afloran en pantalla la gente del pueblo que, en el momento álgido en el que se alzan nuestros vectores, carece de atrezzo cinematográfico, de miradas previamente dirigidas, de intérpretes conocidos que apoyan la escena. La cámara capta las miradas puras y traslúcidas de esas emociones de las que hablábamos al principio, sin trampa ni cartón, mientras los hombres y mujeres del pueblo se ven pasar en pantalla tal y como eran hace treinta y cinco años y comentan con el vecino de la silla de al lado lo bien que se veían haciendo de soldado, de enfermera o cómo construyeron los accesos al campo de concentración y el jornal que les pagaban o los descansos de los que podían disfrutar en un frenético rodaje de nueve semanas.

Y, antes de todo ello, 'Steven quiere conocerte' reúne a los alcaldes que ha tenido Trebujena en todo este tiempo, ofrece a cada espectador lo que quiere en un ejercicio de buscada identificación con los personajes -reales- y, eso sí, no recupera secuencias de la película, lo que provocará alguna mueca en los rostros de los más frikis. Pero la película no necesita apoyarse ni siquiera por instantes aislados en la (imperfectísima) película de Spielberg, porque durante la mayor parte de su metraje trasciende sobre ella.

'Steven quiere conocerte' emprenderá pronto un recorrido por festivales y próximamente se anunciará su estreno. Espero que la entrevista que subiré en breve a Silvia y a Daniel os anime aún más para apuntarla en la agenda. Gracias a ambos por esta joya que nos hace estallar en emociones. Y gracias, cómo no, a Bruto Pomeroy y a su Escuela de Cine de la UCA por ofrecernos eventos como estos.












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