sábado, 28 de abril de 2012

"Explota explota mexpló..."

Un país con 5,6 millones de desempleados y con una concentración de su riqueza en manos de unos pocos no tarda en estallar. Sacad el paraguas, y no precisamente para la lluvia del fin de semana. Que Dios o Manitú no pille confesaos...

lunes, 23 de abril de 2012

Día del libro

Tened cuidado con los libros. Leer no es un cheque en blanco. Hay gente que se vuelve loca leyendo mundos inexistentes, falsas creencias y lo que otros escriben en jaulas de cristal que levitan inútilmente.
"Allá donde están los libros, está la libertad". Adagio tan falso como demagógico. ¿Qué libros? ¿El 'Mein Kampf', por citar un ejemplo?
Un libro puede ser tan útil o inútil como un televisor vomitando telebasura, y sus consecuencias, peores, porque leer libros hace creerse culto, superior, a quienes los devoran. Leer no te da más libertad que la musica, sino un conocimiento de doble filo.
El libro es el arma con el que el pedante da rienda suelta a sus ínfulas y el decorado intelectual para los estantes del salón. El libro tiene el poder del anillo, de cambiarte para bien o para mal.
¿Lo entendió así Cervantes y su Quijote es una admirable sátira de los que viven sólo para leer, desmitificando así algo de tan petulante elitismo por aquella época?
De aquí a protagonista de 'Farenheit 451'. De la película, no del libro. O un carne y hueso del animado Gastón. "¿Qué es esto? Si no tiene dibujos...".
Feliz San Jorge. Y que leáis mucho.

sábado, 14 de abril de 2012

Cazador blanco, corazón negro

Juan Carlos I se parte la cadera en la gran puñeta africana mientras practica la noble tarea de cazar elefantes. No es el principio de un chiste, ni una calumnia. Lo dice la prensa, lo publica 'El País' con una fotografía además en la que el monarca posa impunemente junto a un pelopanocha semiteñido mientras un proboscídeo arrumba en tablas, en este caso en un árbol.

Debe ser que el estrés que le provoca la situación en España le ha obligado a marcharse "en viaje privado", que apuntaban las emisoras de radio esta mañana, para cobrar fuerzas, de cara a afrontar la crisis, pegando tiros a los animales que circulan plácidamente por su hábitat natural. Es probable que, visto el asunto, el borbón considere que aquél es también su entorno biológico, su 'Circle of Life' que nos cuenta 'El Rey León' en los primeros tres minutos de película. Primates, lemures y almizcleros bramaban ante la presentación del rey, ¿lo recuerdan? Me refiero obviamente al bebé cuadrúpedo, no a cualquier otro inconsciente bípedo que irrumpa por la sabana para matar el insomnio y lo que se tercie. Eso sí, aquellos animales exóticos todos sin rifle, que es ya rizar el rizo de la ley del más fuerte en la selva, y además, haciendo trampas al blandir un arma de fuego. Los borbones le tienen un cariño a las escopetas tan extraño como peligroso, porque practicar el onanismo con el gatillo se lo enseñan sin rubor a los herederos indirectos de la corona, como se pudo comprobar hace algunos días. Desconozco si al que va a ponerse la corona en un futuro (je) también le han enseñado a pegarse un tiro en los pinreles o entre ceja y ceja a cualquier paquidermo. Seguramente nunca lo sabremos como jamás hubiéramos tenido conocimiento de que el borbón está matando elefantes en Botswana alejado de la puta realidad que vivimos en España si no hubiera sido por el pellejazo que debe hacer pegado en un fangal. O pisando una mierda de tigre. Qué de mierda junta, Dios santo.

Y todo ello un 14 de abril. Lo que les faltaba a los republicanos tricolores para seguir bramando. Como elefantes en cacharrería. O en monarquía llena de cachivaches anacrónicos, de despojos humanos.

Más información en: http://politica.elpais.com/politica/2012/04/14/actualidad/1334391118_898284.html

Foto: El País.

miércoles, 11 de abril de 2012

Periodismo moderno

Después de que los periódicos lleven años regalando platos, vasos, pañuelos, películas manidas, troquelados para descerebrados y ahora La Razón una aspiradora (!), ¿qué es lo que os sorprende de todo esto que rodea al periodismo?

sábado, 7 de abril de 2012

Sinverguenzas

A Paz Padilla le diré que puedo soportar el bochorno que supone ver a toda España identificándola con Cádiz. Miro y escucho para otro lado cuando demuestra que la concordancia entre singulares y plurales no la llegó a conocer en la escuela a la hora de construir las frases, cuando sus soeces chistes los lleva a gala como si en mi ciudad, en mi provincia, sólo supiéramos bromear con las partes pudendas. Hasta puedo agachar la cabeza casi derrotándome cuando en conexiones telefónicas de deficiente calidad dice aquello de "uy, es que esto parece una cacofonía", o manda a callar a los contertulios como el que está en el patio de vecinos más ordinario del mundo.

A Kiko Matamoros le consiento, aun siendo yo hombre, su grosero trato hacia las mujeres, demostrado en las maneras de dirigirse a cada una de ellas, su continua demagogia, sus vanos y frustrados intentos por parecerse a aquel hermano suyo de hace ya años.

Al resto de la caterva del programa de Telecinco 'Sálvame' le demuestro mi indiferencia a la vez que le admito que me gusta trabajar por la tarde en el ordenador y escuchar sus berridos de fondo, muy de fondo, como el que utiliza música ambiente, que también tiene su lugar en otros horarios en mi despacho. A mí me divierten de vez en cuando, pero si desaparecen voy a conciliar el sueño igualmente. Tened por seguro que si tuviera una empresa a la que Telecinco viniera a pedirme que me publicitara en 'Sálvame' no los mantendría ni con un solo euro de mi bolsillo.

Todas estas circunstancias las soporto porque, al fin y al cabo, no dejan de ser un reflejo de la sociedad en la que vivimos, tan carente de fluidez verbal, de conocimientos, tan proclive a jactarse de sus desconocimientos transformados en gracietas, tan atentatoria contra las buenas maneras e ilustrativamente lamentable para nuestros hijos y generaciones dependientes del televisor. Pero lo que no os voy a consentir, y así elevaré mi queja al ente catódico privado por los cauces oportunos, es vuestra mofa de nuestras tradiciones religiosas, vuestro desprecio a la Semana Santa subiendo a Matamoros ataviado con una mantilla en un púlpito como si fuera una de nuestras dolorosas con marchas procesionales de fondo, con la patulea grotesca que formáis vestidas todas con mantilla faltándole el respeto a una prenda tan nuestra y con tanto sentido, trivializando nuestras creencias, mostrando orgullosos tan mal gusto hacia elementos religiosos e intrínsecos de nuestra religión y nuestra sociedad y usándolos para montar un teatrillo televisivo lamentable e impropio.

Me dáis verguenza y os reto a que, en el mes del Ramadán, os vistáis de musulmanes, con chilabas o como puñetas deseéis, y ridiculicéis a Mahoma o a cualquiera de los elementos externos y ejemplos de culto de los seguidores del Islam, a ver cuánto duráis en pantalla en esa misma tarde. Pero eso no, eso no lo váis a hacer. A vosotros, como a muchos, os gusta pisotear mi religión, hacer un mal uso de nuestras prendas, de la mantilla, de nuestras túnicas, de nuestras imágenes, de nuestra fe, de nuestras oraciones, de nuestro silencio en el templo,... Y tú, Paz Padilla, tan gaditana, tan chovonista de nuestras 'tradiciones', participas de este show sin pestañear, sin sentir el más mínimo recato que te debe aportar el concepto del respeto. Dios no quiera que te vea viendo la Procesión Magna de Cádiz de hoy sábado, ni en una iglesia rezando a algunos de nuestros titulares, porque te diré que no sólo no tienes preparación para ser vista por millones de espectadores. Tampoco tienes verguenza. Y las varias sevillanas que hay en ese programa, ojalá paseéis por la calle Feria y vuestros paisanos os digan lo que os merecéis.

Que algunos desgraciados insulten a nuestros Cristos y Vírgenes con sus soplapolleces y signos de incultura en las redes sociales me la trae al pairo porque ello lo único que consigue es retratar al individuo en cuestión. Yo he visto montajes fotográficos con nuestra Madre la Esperanza Macarena que cuesta trabajo pensar que puedan ser productos de la mano humana, pero al fin y al cabo, la influencia de esas muestras de odio visceral infundado no llegan más allá de unos amiguetes iguales de descerebrados, de modo que la absoluta indiferencia es la más adecuada de las actitudes. No es el caso en una televisión que ven millones de personas con la consiguiente influencia sobre quienes ellos mismos se encargan de preparar para que asuman estos contenidos sin reflexionar sobre ello. Auguro, a este paso, un paulatino, y necesario, declive de este medio televisivo, e invito a quienes lo mantienen con su publicidad a replantearse este apoyo.