miércoles, 27 de junio de 2018

San Fernando acogerá el preestreno de la serie 'Camarón: de La Isla al Mito', que Netflix ofrecerá al mundo entero a partir del 18 de julio



San Fernando volverá a ser sede de un preestreno mundial relacionado con Camarón de La Isla. El Centro de Congresos ‘Cortes de la Real Isla de León’ acogerá la proyección de la serie ‘Camarón: de La Isla al Mito’, una producción que el canal de televisión estadounidense Netflix estrenará a nivel internacional el próximo 18 de julio. 
 El próximo 2 de julio se cumplirán 26 años de la muerte del genio universal del cante y San Fernando volverá a ser nuevamente centro neurálgico del preestreno de las últimas producciones audiovisuales realizadas en torno a la figura de José Monje Cruz, como ha recordado hoy la alcaldesa, Patricia Cavada, haciendo alusión a la proyección que tuvo lugar el pasado 24 de mayo de la película documental ‘Camarón: Flamenco y Revolución’ en el Real Teatro de las Cortes. Ahora, y coincidiendo con el aniversario de su fallecimiento, el Centro de Congresos acogerá el preestreno de una serie que consta de seis capítulos de 55 minutos de duración cada uno de ellos, y que serán proyectados en un ‘maratón’ de tres sesiones los días 2 y 3 de julio.
La regidora de la ciudad ha incidido en la importancia de este nuevo preestreno al informar de que se trata de una producción que estrenará una de las cadenas de mayor prestigio a nivel internacional dada la calidad de esta serie que narra las etapas biográficas del genio del cante de una forma cronológica, incluyendo además la intervención y testimonios de más de un centenar de celebridades que describen a Camarón y su música. Tomatito, Raimundo Amador, Curro Romero, Carlos Herrera, Jorge Pardo, Lolita o Alejandro Sanz son algunas de las personalidades que aparecen en esta serie junto a familiares, amigos de la infancia, personajes de La Isla, biógrafos y expertos del flamenco. San Fernando además desempeña un papel fundamental ante las numerosas ocasiones en las que la ciudad aparece en los seis capítulos, que llevan por nombre ‘La Isla de Camarón’, ‘El origen flamenco’, ‘Consagración del artista’, ‘Leyenda del tiempo’, ‘Revolución’ y ‘Camarón Universe’.
‘Camarón: de La Isla al Mito’ está dirigida por el realizador gaditano José Escudier, que también tuvo a su cargo la dirección de la serie de televisión ‘Camarón Revolution’ estrenada en 2017 por Canal Sur y cuyo preestreno también tuvo lugar en San Fernando en los prolegómenos del 25 aniversario del fallecimiento de José Monje Cruz, hace ahora un año. El guión es obra del propio director y de José Carlos Conde, que es también el productor ejecutivo.
Con un estilo creativo, realizado con las técnicas y tecnologías más avanzadas de edición y fotografía, la serie cuenta además con una selección musical extraordinaria de títulos de Camarón y de otros artistas célebres del flamenco y el pop de todos los tiempos.

Proyección de los capítulos y horarios

Los seis capítulos de ‘Camarón: de La Isla al Mito’ se proyectarán el lunes 2 y el martes 3 de julio en el Centro de Congresos en tres sesiones de dos capítulos cada una de ellas. La primera sesión será el día 2 a las 18:00 horas, y contará con la presencia de la alcaldesa, el director de la serie y el productor ejecutivo. Posteriormente, a las 19:00 horas, se proyectará el segundo capítulo. Los capítulos 3º y 4º de la serie se ofrecerán a partir de las 12:00 horas del martes, y ya por la tarde, a partir de las 18:00 horas, serán proyectados los capítulos 5º y 6º. La asistencia a todas las proyecciones es libre hasta completar el aforo.

'El mundo es suyo': crítica en vídeo en el canal Youtube de 'Último Estreno'


sábado, 23 de junio de 2018

'El mundo es suyo': astracán catódico llevado innecesariamente a la pantalla grande


Todo producto audiovisual nace para un formato, un público y una manera concreta de visionarlo. Una serie televisiva se distingue de una película no solo por su metraje. Dirigir un telefilme cuya finalidad es venderlo a una productora de televisión para que lo emita a las cuatro de la tarde de un domingo no tiene nada que ver con colocarse tras la cámara para llevar a la pantalla una película cinematográfica ‘por derecho’. 
Por eso resulta incomprensible que cosas como ‘El mundo es suyo’ se exhiba en las salas como si de una producción de cine se tratara. El engendro de Alfonso Sánchez podría ocupar cualquier hueco para ganar una óptima cuota de ‘share’ en Telecinco, por poner un ejemplo de cadena proclive al consumo fácil, y todos tan contentos. Algunos por echar unas risas, y otros como yo, por no verla. Porque ‘El mundo es suyo’ no supera los parámetros que debería alcanzar una producción que se ofrezca en pantalla grande. Es más, es muy probable que este subproducto de amanerada y gritona interpretación, de sinsentido direccional, guión astracanado y de chistes que llegan a ser de mal gusto (lo de “los de la memoria histórica ven por todos lados los huesos de Lorca” es para levantarse del asiento y dejar allí en pantalla esta sonrojante bazofia) no dista mucho de algunas series de televisión de moda en la que peligrosamente se lanzan mensajes de un preocupante machismo, gracietas de sal gorda con estereotipos regionales y, en definitiva, inteligencia cero revestida por el uso y abuso de tópicos para hacer reír con un humor que ni alcanza a ser digno heredero del empleado en su día por los hermanos Calatrava.
Y no me llamen sieso. Soy de los enchufados al canal Youtube de Antonio Garrido con esa estupenda serie, ‘El palermasso’, que parodia la cotidianidad cofrade sevillana de una manera divertida, fresca y ocurrente. Estamos hablando de capítulos de varios minutos y en una plataforma adecuada, es decir, la fórmula en donde quizá podrían funcionar las cosas de Alfonso Sánchez. Pero al espectador hay que tenerle respeto, oiga. Y sobre todo, al cine, que solo se adivina en ‘El mundo es suyo’ en los créditos de inicio, que nos hacen recordar a los diseñados por Olivier Kuntzel y Florence Deygas para ‘Atrápame si puedes’ (2002) de Steven Spielberg.
En el continuo naufragio de este horror aparecen los consabidos cameos empleados para continuar llamando la atención con lo fácil: Selu, Love… personajes carnavalescos que pasan por allí, contribuyendo a lo que habrá sido un cachondeo generalizado durante el rodaje. Lo habrán pasado bien entre réplicas de la Macarena y los manidos temas de los políticos corruptos y la droga.
En definitiva, cuando creíamos cubierto el cupo del dislate con Torrente, aparecen dos personajes cargantes, forzados y conformando una de las peores parejas aparecidas en pantalla. Al menos Santiago Segura hace cine.
(El vídeo que acompaña a esta crítica es más divertido. Míralo ;-)

jueves, 14 de junio de 2018

Las calles están para la libertad




La historia, incluso la que tenemos que recordar para no repetirla, se aprende en los libros, en los museos, donde tienen cabida los objetos de la memoria, incluidos los que exaltan otros tiempos de infausto recuerdo que causaron tanto dolor. 
Las calles son para vivir el presente y pensar en el futuro, para contemplar nuestras fachadas y ver en ellas motivos que nos animen a sentir en democracia y sobre todo en libertad como una de las cosas mas preciadas que tiene el ser humano y que lo dignifica al permitirle expresar pensamientos, opiniones y enriquecerse mutuamente en sociedad.
Las calles se hicieron para pasear mientras sonríes, donde no tienen cabida mensajes con palabras llenas de odio y rencor. Donde 'las hordas' o la 'cruzada de liberación' no tienen sentido alguno para continuar en el largo camino de la paz y la armonía entre los seres humanos. 
Las calles están hechas para tener nombres bonitos y si alguno de ellos refleja alguna palabra belicosa, que sea precisamente para recordar que aquí jamás debió ocurrir lo que ocurrió. Las calles están hechas para que la gente que pasea por ellas y les mataron a sus padres, tíos o hermanos no vuelvan la vista hacia otro lado por el dolor de placas de mármol con leyendas que exaltan a sus asesinos. Y así un día tras otro, año tras año... hasta ahora.
Ojalá la 'Calle Libertad' junto a nuestro Ayuntamiento rehabilitado.

(En el Día de la Memoria Democrática. 14 de junio de 2018)





domingo, 10 de junio de 2018

'Jurassic World': El reino caído sin reparar en gastos



“No he reparado en gastos”. Era la frase más repetida por Richard Attenborough en su papel de padre del parque jurásico en la película que Spielberg rodó hace ahora 25 años. Cualquiera de los protagonistas de ‘Jurassick World: el reino caído’ podría pronunciarla reiteradamente a lo largo del innecesariamente prolongado metraje de este monumental producto de laboratorio dirigido –es lo de menos- por Jota Bayona. Es algo que no deja de contagiarte de orgullo patrio, aunque el producto trasciende de quien se coloca tras la cámara para rodar una mamotrética y apabullante cosa de 260 millones de dólares que cuadruplica el presupuesto con el que contó Spielberg para ‘Parque Jurásico’ en 1993.
Tener asegurada tal cantidad ingente de dinero no te garantiza una película extraordinaria, es obvio. Pero ayuda. Y tanto. Especialmente cuando de lo que se trata es de arrasar en los cines con una concatenación de espectaculares secuencias y un prodigio técnico de efectos de todo tipo que el público sabe agradecer aguardando cola para entrar en la sala de la misma manera que lo hace en cualquier franquicia de comida rápida. Al fin y al cabo, ¿a quién no le gusta devorar de vez en cuando una hamburguesa doble de carne, con sus ingredientes perfectamente alineados, rodeado de un atolondrado ambiente? Es sentirse vivo en el reino caído de la gastronomía… y del cine.
Lo que viene a demostrar la quinta película de la saga sobre los dinosaurios, sus parques y sus islas –jamás comprenderé ese afecto por unos animales tan antiestéticos- es que la espectacularidad y el entretenimiento son las principales bazas de cada una de ellas, sin que se pueda pedir más. Spielberg planea sobre todas ellas, es el productor ejecutivo de ‘El reino caído’ y con ello se vuelve a comprobar que sus técnicos son los mejores y te hacen películas como si fuera él quien se colocara tras la cámara sin que ni siquiera necesite pisar el plató. Nada nuevo, porque en 1993 ya ocurrió con la mismísima ‘Parque Jurásico’, que era la mala de Spielberg ese año. En junio se estrenó y con ello el cineasta salió de un parto que lo tuvo ocupado durante meses anteriores sin que tuviera interés alguno en mimar la criatura porque donde realmente estaba centrado era en ‘La lista de Schindler’, viviendo en Cracovia y en los ratos libres por la tarde noche supervisando la sucesión de secuencias enviadas por un ejército de técnicos que rodaban apresuradamente en Estados Unidos para llegar a tiempo a estrenar la película que le obligaron a hacer al director de ET, condición indispensable para que de su talento saliera la buena de ese año. No llegaron a 22 millones de euros lo que costó llevar magistralmente a la pantalla la historia de Oskar Schindler. Ya ven.
De acuerdo. No seamos demagogos. Es una comparativa interesada y artísticamente injusta. Pero a ustedes les ha dado que pensar, no lo nieguen. Y no está mal que algunos apuntes despierten nuestra sustancia gris, lo cual no es incompatible con el hecho de que ‘El reino caído’ nos indigestione como comida rápida aunque durante su consumo disfrutemos brutalmente. Yo también lo hice, a pesar de quedarme ya exhausto faltando 20 minutos para terminar el menú por tantos excesos de patatas de luxe y gas carbónico transformados en FX y la aparatosa música de Giacchino. ‘Parque Jurásico’, aquella película que no pudimos tomarnos en serio ni conceptual ni guionísticamente –extraer una decena de especies de dinosaurios a través del ADN en un mosquito fosilizado insulta a la inteligencia- le debe mucho, muchísimo, a John Williams, que firmó una de sus bandas sonoras más redondas. Ahora no es lo mismo, pero no importa. The show must go on, aunque tan solo sea por diversión y por algunos guiños cinéfilos que quiero pensar sí ha aportado Bayona a modo testimonial, como el plano cenital del indoraptor en la secuencia aprendida de ‘Alien el octavo pasajero’. Otros más deben ustedes de descubrirlos, así se entretienen más allá de la intrascendencia en pantalla, incluidos los postureos y el manierismo actoral y el previsible mensaje ecologista.

lunes, 4 de junio de 2018

El presidente Sánchez acierta con Borrell


Creo que el presidente Pedro Sánchez acierta con el nombramiento de Josep Borrell. Experiencia, prestigio y conocimiento no le faltan a un político que, con el curso de los años, es un valioso símbolo del socialismo español.
El 24 de septiembre de 2015, Borrell visitó San Fernando como invitado al acto institucional que, anualmente y en esta fecha, celebra el Ayuntamiento de esta ciudad para conmemorar que las Cortes de Cádiz se reunieron ese señalado día de 1810 para iniciar la redacción de la Constitución.
Fue pues la Villa de la Real Isla de León cuna del parlamentarismo contemporáneo, circunstancia que cada 24 de septiembre se celebra en la ciudad.
"En mis tiempos de ministro, en los gobiernos de Felipe González, cortamos la cinta inaugural de más de 3.000 kilómetros de carreteras en España, teniendo también el honor de inaugurar el AVE a Sevilla. He visto a este país cambiar de piel. Podemos estar orgullosos de lo vivido y tenemos que hablar de ello”. Esta fue una de las frases que pronunció en su discurso, pero paradójicamente, Borrell venía a San Fernando para hablar de Europa al cumplirse los 30 años del tratado de adhesión de España. Digo paradójicamente porque ahora lo tenemos ya de ministro de Exteriores y la relación con el viejo continente será intensa por razones obvias.
“Nosotros no hemos creado una conciencia de identidad nacional porque hemos luchado siempre contra nosotros mismos. Después vinieron las grandes guerras donde el continente prácticamente quedó destruido. Ahora celebramos los 30 años de la adhesión de España a la Unión Europea y, desde entonces, hemos vivido los mejores años de nuestra historia moderna”, fueron algunas de las reflexiones sobre la vida política en común con Europa.
Por otro lado, sobre la crisis de los refugiados que huyen de la guerra, “no inmigrantes”, incidió en que “deberíamos acogerlos y atenderlos, pero no estamos preparados. No hay bastante unión en esta Europa, ni bastante Europa en esta unión”.
"Europa tiene unos valores que nos hace únicos, en ninguna parte como en Europa se combina mejor la libertad política, la cohesión y el progreso económico y eso, a la vez, es nuestra guía pero también nuestra debilidad”.
Reflexiones que, en este momento histórico para España y con Borrell volviendo a la primera línea de la política, se nos antojan más que interesantes.