viernes, 26 de noviembre de 2010

Hace veinte años


Carlos Alsina me ha recordado hoy en su programa -lo recomiendo enfervorizadamente, Onda Cero a partir de las 20 horas de lunes a viernes- que hace 20 años se estrenaba Pretty Woman, Desafío Total, Julia Otero era aún una adolescente,... Rememoro también que por entonces aún no habíamos vivido las Olimpiadas de Barcelona, ni la Expo de Sevilla, aunque urgando en internet he podido comprobar que Zapatero ya ejercía la política. La propia Onda Cero empezaba a vivir, y yo hacía ya un año que dirigía y presentaba en la emisora de San Fernando el programa 'Último Estreno'.

Los primeros meses eran en domingo, metidos con calzador en la programación en una franja horaria que nadie quería porque comenzaba a las diez de la mañana. Ir hasta los estudios de la emisora a las nueve y pico de la mañana era un suplicio. Hay que comprender que aún era joven y los sábados estaban para juergas y desmelenes. Dado que 'Último Estreno' empezó a incrementar su audiencia y paulatinamente la ilusión por hacer aquel programa sirvió de gasolina para aportarle calidad, lo pasaron a la parrilla nocturna, y de ahí a varias noches a la semana hasta llegar a tres, en tiempos en los que muchos querían hacer radio porque era una gozada trabajar en ella.

Hace dos décadas, a pesar de mi juventud, con apenas 20 años, tenía esperanzas en muchas cosas: en mi profesión periodística que ya ejercía, en la propia emisora, en el cine, en las amistades, en los compañeros de viaje radiofónico durante años. A algunos les ofrecí la oportunidad de hablar por primera vez en su vida delante de un micrófono, después colaboraron en otras emisoras y me ignoraron desde entonces en un ejercicio de ingratitud y hasta hoy, aunque alguno que otro no puede remediar que se le note lo que aprendió de 'Último Estreno' aun jodiéndole sin que se sepa realmente porqué. A estas alturas es uno de los aspectos que, con 42 años, te percatas de la ingenuidad de lo solícito que eras a los veinte y te importa un carajo que después no hayan tenido ni un gesto. Lo decía Pérez Galdós en boca de uno de sus personajes más admirables, el marqués don Rodrigo de Arista: "La villanía se perdona; la ingratitud, jamás".

Por entonces también confiabas en la política, tenías ilusión y la veías en la gente, aún no habían llegado expoliadores de ayuntamientos, gastadores sinverguenzas de móviles que pagamos todos, publicaciones adeptas a regímenes y amiguismos editadas verbi gratia a nuestros bolsillos, y también creías en las amistades inquebrantables, en los amores inmortales y en los cuatro o cinco polvos sin despeinarte. "Fuimos chicos rebeldes, de futuro prometedor, brillantes ilusiones que han quedado en nada, en una triste canción ...", que entonaba el grupo La Granja.
Hace dos décadas Alemania volvía a unificarse, el diablo seguía siendo la URSS aunque cada vez menos fiero; Nelson Mandela salía de la cárcel tras 27 años en ella, iraquíes y kuwaitíes les dio por jugar a la guerra de verdad y moría Ava Gardner. Curioso, siempre, mirar al pasado, para percatarte de que debes continuar aprendiendo una máxima en tiempos de escasa valía humana y de valores.

Hace veinte años de las dos fotografías de arriba. En ellas, el primer equipo de colaboradores de 'Último Estreno', mi camisa impagable pero se llevaba por entonces. El del polo amarillo es José María Romero, actual técnico de la SER, el de verde el actor, cortometrajista y autor teatral Antonio Labajo, el de rojo su hermano Luis -un grande de todo-, y mis amigos Juani Galán, Jesús Benjumeda y Juan Ramón Nieto, con cuyo extraordinario blog de fotos me deleito frecuentemente, aunque no tanto como cuando nos reunimos para solucionar el mundo, él las matemáticas y yo las letras. Todos buena gente en, insisto, tiempos de ilusiones...

sábado, 13 de noviembre de 2010

Luis García Berlanga



Lo conocí en los noventa, creo que a principios, no recuerdo la fecha exacta. Luis García Berlanga asistía a una mesa redonda literaria en El Puerto de Santa María y allá fui para entrevistarle y ofrecer sus palabras en mi programa 'Último Estreno'. A pesar de la rigidez del horario establecido por la organización, pude compartir con él un rato, lo suficiente como para percatarme de que con aquel personaje que venía de vuelta de todo iba a llevarme bien desde entonces. Así fue y en el año 2000 hice las gestiones para que la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de San Fernando contara con él, teniendo como objetivo una mesa redonda de lujo, en la que participaba también Paco Algora, que venía de Vejer con su bolsa de plástico llena de libros para leernos algo.

Tuve la dicha de moderar aquel crisol de visiones sobre el cine, la literatura y algún que otro maravilloso desfase expuesto por estos genios. El salón de la Casa de la Cultura se quedó pequeño. En la mesa redonda era cascarón de huevo Paz Aragón, una actriz a la que Berlanga no le quitó ojo toda la noche. Como siempre, un sinverguenza de los escotes y las cachas.

Antes de venir a La Isla, él me comentaba que si el escenario donde iba a charlar era muy alto. Tenía problemas en sus piernas, para subir escaleras, ya estaba mayor físicamente, por dentro era un roble, lúcido en todo, demoledor, cenamos tras el acto en la Venta los Tarantos donde Gabriel puso un exquisito atún de almadraba en aceite que Berlanga devoró con fruición, mojando sopones de miga en él, feliz mientras compartía con el grupo sus devaneos, las glorias y miserias del cine español y de otros mundanos aspectos.

Al día siguiente quisimos que conociera La Isla profunda. Lo llevamos en coche a diversos enclaves de San Fernando, algo que nadie supo, y creyó que el barrio de la Pastora era un decorado, incluso tocó las paredes de sus casas, de su iglesia, embelesado con la belleza de algunos de sus trazos. Lo despedimos y siempre estuvo ahí. Donde siempre seguirá. En los cachondeos con mis amigos 'cinematográficos', cuando tomábamos las copas de dos en dos, fuera la noche que fuera, brindábamos diciendo "por don Luis García Berlanga. Con dos cojones". Era algo así como él con su palabra fetiche, "austrohúngaro", que la metía solapada en cualquier personaje de sus películas.

La madre que parió, cómo duele que este tipo de gente que tanto te han aportado se vayan...

jueves, 11 de noviembre de 2010

Libertad de prensa o utopía



Agradezco sinceramente los homenajes de estos pasados días. El Ayuntamiento de San Fernando convocó el lunes a todos los medios de comunicación en el Real Teatro de las Cortes para distinguirlos por el doscientos aniversario del decreto de libertad de imprenta que se ha cumplido este miércoles. Una semana antes no tenía pinta de que el Consistorio estuviera pensando en todos los medios ni siquiera de la ciudad, porque organizó una reunión sólo con varios de ellos, dejando fuera a los digitales y a los especializados como SAN FERNANDO COFRADE, que es el que dirijo. A oídos municipales tuvo que llegar la sorpresa de los que nos sentimos en un conjunto vacío, algunos nos encargamos de hacer llegar nuestra 'sugerencia' de que o todos o nadie y los auspiciadores de la iniciativa le dieron la vuelta al acto. Café para todos, diplomas hasta para los medios provinciales y contentos. Mejor así, ¿qué más da fotocopiar diez, quince diplomas más, y que todos tengan su minuto de gloria, ganado no para figurar sino por dignidad? Al menos hablo en mi caso, porque a mí no me agrada salir a recoger nada, lo agradezco pero me da mucha verguenza, pero eso sí, llevo dos años a piñón con mi empresa, la puesta en marcha hace ahora doce meses del periódico SAN FERNANDO COFRADE, un plan de expansión programado hasta el año 2013 y contratando a periodistas desde hace ya meses para cristalizarlo. Y pagando impuestos. Es decir, que tengo CIF, depósito legal de lo que hago, emito facturas, no me zafo de mis declaraciones trimestrales y tratamos con mucho cariño y profesionalidad nuestro periódico, razones todas más que suficientes como para considerarnos un medio de comunicación o una empresa de medios.

Veinticuatro horas después, la Real Academia de San Romualdo también homenajeó a los medios, en esta ocasión locales, y ahí estuvimos. Agradecidos también. A la mañana siguiente se descubrió el monumento a la libertad de expresión realizado por el escultor Alfonso Berraquero, y se han sucedido los actos dedicados a la prensa, como un homenaje a Emilio Morenatti, ese gran tipo y fotógrafo al que ahora babosean algunos que lo trataron como a muchos otros en su día: con la punta del zapato y sin valorar su trabajo.

Una lástima que estos actos relacionados con los medios de comunicación se conviertan en un voluntarista ejemplo institucional de palmada en la espalda a los profesionales de la prensa y en los mismos días en los que se habla de libertad de publicación se sigan admitiendo las sangrías laborales en los medios de comunicación, periodistas que cobran 800 euros trabajando doce horas al día, medios gestionados ilegalmente con políticos que miran para otro lado, sucedáneos que se mantienen de dinero público y también hay que decirlo, tiempos de crisis con periodistas que recortan por la mañana las noticias para archivarlas cobrando al mes 2.500 euros por currar seis horas diarias. No es envidia, es indignación en tiempos dicen que de crisis, aunque creo que para unos cuantos.

Todo esto sucede por aquí cerca, no crean que les hablo de Marruecos, que también podríamos hablar en la semana de tantas alaracas y uso de la prensa para halagos y a escasos kilómetros existe un país donde no dejan entrar a los profesionales de la información al que no le echamos cojones porque está Obama y cía detrás, tanto económicamente como con el cuento de que el país alauita es el "último bastión de defensa de occidente frente a los otros estados musulmanes extremistas". A ver si nos dejamos de cretineces, porque España jamás se ha llevado bien con Marruecos. Ni ganas. Allí van algunos a los chalés de fin de semana pasando los sábados la frontera de Ceuta, el resto viajan por novelerías vacacionales y sus políticos nos caen como una patada en los huevos. A los españoles nos hablan de los moros -no de raza, se me entiende perfectamente- y fruncimos el ceño. Jamás les hemos dado la mano ni queremos. Y ellos nos odian, digan lo que digan. Absténgase de la frase "generalizar conduce al error" porque todos también saben a qué marroquíes me refiero. Los jueces celebran juicios allí con españoles y nos pisotean, las administraciones nos humillan y ahora en el Sahara sólo nos atrevemos a decir que la solución a esta guerra civil en un territorio que aún consta España como administrador es que "se sienten a negociar". No te jode. Eso lo diría Forrest Gump también y no es ministro.

Os dejo una foto del monumento de Alfonso Berraquero que le hice el miércoles. Me gusta mucho, por cierto. En Marbella existe otro ligeramente parecido, con dos ventanas abiertas al exterior en lugar de dos puertas. Os cuelgo también una foto.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Santiago Sierra y su renuncia

No sé si es correcto rechazar un premio de esta relevancia. Pero el regusto y la sonrisa cómplice aparecen cuando conoces esta decisión. Hoy por hoy, hay quien todavia le echa valentía a la lamentable realidad que vivimos. Seguramente, no estaré de acuerdo con Sierra en algunas cosas. Pero prefiero a alguien que me discuta y luche contra mis ideales que a quienes asienten mis arengas y las de los otros por cobardía y apariencia. Si todos fuéramos así...

-http://www.contraindicaciones.net/

-http://www.elpais.com/articulo/cultura/Santiago/Sierra/renuncia/nacional/artes/plasticas/premio/utiliza/beneficio/Estado/elpepucul/20101105elpepucul_12/Tes

miércoles, 3 de noviembre de 2010