lunes, 25 de junio de 2012

Fútbol cruel

Siento lo sucedido con el Cádiz. Como he dicho muchas veces, el equipo es muy malo, pero ayer echó coraje y jugó la pelota. Lástima que un ascenso no se logra en un solo partido. Jamás creí en que subiría, pero tampoco me parece justo que permanezca en el pozo una manera tan cruel como la de ayer.

Quizá sea lo mejor para una institución viciada desde hace muchos años. El Cádiz padece un mal endémico provocado desde tiempo atrás por sus dirigentes, políticos, periodistas veletas y revisteros y una parte de la afición demasiado chovinista. Partir de cero puede ser la solución, haciendo valer la valiente decisión de despojar al club de todo lo que lo lastra. Si para ello debe desaparecer y volver a nacer, que así sea. No sería el primero en hacerlo ni tampoco el último.

Mis felicitaciones al resto de equipos que han logrado el ascenso, en especial al San Fernando CD. Una alegría para la maltrecha Isla siempre viene bien. Desconozco si el presidente del club está ya en la puerta del Ayuntamiento pidiendo dinero y si se va a soltar manteca pública aun existiendo un -dicen- férreo plan de ajuste aprobado hace tres meses que a algunos nos ha afectado.

Foto: Jesús Marín (Diario de Cádiz)

martes, 19 de junio de 2012

Camarón de La Isla, a los veinte años de su muerte



El próximo 2 de julio se cumplirán veinte años de la muerte de José Monge Cruz, Camarón de La Isla. Es una jornada que siempre tengo en mi memoria.

Recuerdo que en 1992 trabajaba en Informativos de Radio La Isla y era la semana que me tocaba abrir la emisora a las ocho de la mañana con un avance de noticias hasta las 9.30 horas. Eran otros tiempos de floreciente radio. Faltaban cinco minutos para el inicio de los informativos y una llamada de Lolo, desde la Venta de Vargas, nos alertaba de lo sucedido apenas unas horas antes. Mi controlista era Inma Forja, que ahora desempeña una estupenda labor en Radio Chiclana. Abrió micro y se encendió el piloto rojo, surgió un profundo suspiro de mi interior y lancé la noticia al aire: Camarón había muerto en Badalona, a los 41 años de edad. Creo que fui, si no el primero, de los periodistas que revelamos lo sucedido lo más pronto a España, al mundo. Desde ese momento no pudimos parar y mi almuerzo fue un fanta de naranja, lo he contado en otras ocasiones. Las horas posteriores y el siguiente día fueron tan intensos que recuerdo que Lolo Picardo me ofreció una silla en el Ayuntamiento isleño cuando ya el féretro de José se encontraba en el Palacio Municipal, antes de caerme en redondo. Era joven, siempre soporté bien las infinitas sesiones de trabajo, pero aquellas 48 horas de curro habían sido demasiadas. Si no las han tirado a la basura, las cintas de revox de toda la narración de aquellas horas y la entrada del féretro del cantaor por el Puente Zuazo deben estar en la emisora, conservadas, con narraciones de varios compañeros de la radio que nos partimos el alma por trabajar en aquel momento histórico. Recuerdo que nos dejamos las baterías de la unidad inhalámbrica en el coche de Rancapino, ¿te acuerdas, Alfonso? Lolo me llevó a casa en coche y me di de baja dos semanas por agotamiento, la única vez que me he quedado sin trabajar en 23 años, si exceptuamos un anecdótico accidente de tráfico.

El hecho es que aquellas vivencias y el año y pico que estuve haciéndole controles en la emisora al flamencólogo Salvador Aleu Suazo hasta consolidar una extraordinaria amistad, me hicieron sentirme cerca del personaje creado por José Monge, de la música generada por Camarón. No he tenido ni tengo puñetera idea de flamenco, por mucho que he escuchado al más grande cantaor que ha dado esta tierra y la de más allá y haya pinchado discos a Salvador Aleu. Pero el nombre de aquel enigmático, monosilábico y visionario artista nacido en La Isla de León estará siempre unido a mi trayectoria profesional y a mi sentimiento musical.

Por eso -y una vez más-, me dolía que alcanzáramos las dos décadas sin José y San Fernando no recordara la figura del cantaor con un programa de actos que permitieran los complicados tiempos que corren, mientras que en otras ciudades -lo de Córdoba en la plaza de las Tendillas con Tomatito me cuentan que ha sido algo absolutamente extraordinario- se ensalzaba la figura de José y su legado. Afortunadamente, ha habido voluntad política e intención de algunas firmas y nombres relacionados con Camarón como la Venta de Vargas, para que se programe un compendio de actuaciones, exposiciones, mesas redondas y actividades en general, del 27 de junio al 2 de julio, recordando al artista. Me consta el interés que en ello ha puesto el delegado municipal de Cultura y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento isleño, Francisco J. Romero, que en la mañana de hoy martes presentaba el programa de actos acompañado de la edil de Turismo, Cristina Arjona, y el representante de la empresa Gran Burbuja Producciones, firma isleña (afortunadamente lo es) que ha trabajado en la producción del evento.

Canal Sur y la cadena Ser colaboran estrechamente en el evento, prueba de ello es que los actos comienzan el miércoles 27 de junio a las 20 horas con una tertulia en la radio autonómica desde la Venta de Vargas, el lugar donde se ha presentado hoy el programa. Desde esa jornada y hasta el lunes 2 de julio, se sucederán los actos que aporto en una de las imágenes adjuntas a esta noticia, destacando la presencia de Rancapino, David Palomar, Capullo de Jerez, Pijote o Maíta vende Cá entre otros artistas.

Allí estuve este mediodía, invitado por la Fundación de Cultura, compartiendo posteriormente a la rueda de prensa una amena charla con Francisco J. Romero y mi buen amigo y promotor isleño Benjamín Colsa, ideando proyectos para un futuro inmediato muy interesantes que quizá podamos darle luz verde este verano. Como siempre, Lolo Picardo atento, solícito, aliviándonos la sed y el hambre que provoca la calima que preludia un verano intenso.

lunes, 18 de junio de 2012

La sonrojante imagen de la ciudad





Al hilo de lo que comenté hace algunos días: alguien tiene que poner pie en pared ante este panorama. Desconozco si San Fernando está lleno de guarros, si el Consistorio no cumple con su obligación, si los gobernantes de la ciudad son un fiel reflejo de sus ciudadanos o si el problema es un poco de todo. Lo cierto es que estas imágenes, captadas sin necesidad de buscarlas y simplemente caminando por la ciudad para otros cometidos cotidianos, muestran un lamentable estado de las calles y fachadas de una localidad con una bochornosa imagen.

miércoles, 13 de junio de 2012

Corpus en San Fernando

Hay cosas que no necesitan explicación cuando se hace realidad el dicho de la imagen y su valor por mil palabras...

jueves, 7 de junio de 2012

San Fernando

Interesante debate el que ha suscitado la fotografía desde esta mañana en facebook. La capté ayer.

Creo francamente que San Fernando tiene un problema endémico tanto identitario como de autoestima. Lo fácil es culpar a los gobernantes municipales de que veamos desde hace tiempo colchones, restos de mesas y televisores en cada esquina de calle, pero no creo que sea problema de efectividad política, que también lo es. La clave se encuentra en la necesidad de que tanto los gobernantes como los ciudadanos sean conscientes de que vivimos en una localidad sucia por culpa de todos, con el pavimento ennegrecido, fachadas desconchadas y descuidadas, señales de tráfico que se ocultan con bolsas de basura cuando no tienen utilidad, cables como chorizos culares en todas las paredes, cajas eléctricas, zapatos colgados de farolas, papeleras inexistentes, un litoral sin explotar, una calle Real que se asemeja a un pueblo serrano en lugar de costero -atrás quedó aquel PGOU de 1992 y su 'Isla mirando al mar'-, olores nauseabundos y un nulo sentido del turismo, amén de obviar los atractivos universales que suponen figuras como Camarón o el cultivo piscícola.

No, San Fernando no es capaz de ver eso. Los isleños contemplan su Iglesia Mayor con su catalogación monumental y cuatro contenedores de basura a dos metros de su fachada y nadie dice nada. El cajellón Virgen de la Soledad presenta una torta de alquitrán enorme extendida para nivelar el paso de dos procesiones (!) y aún está ahí cuando ya hemos llegado a junio. Los cables atraviesan de fachada a fachada y nos encogemos de hombros. No hace falta compararse con grandes capitales. Si un turista (rara avis en San Fernando) venido por ejemplo de Padua -donde existe un tranvía sin un solo cable y monorraíl- decide darse una vuelta por La Isla y contempla sus calles y viviendas, se echaría las manos a la cabeza.

Todo esto no sucede desde hace un año, sin que ello signifique que esté exculpando al actual equipo de Gobierno municipal, al que le impongo su culpa alícuota del asunto. Hace décadas que el isleño decidió dejarse llevar por los sones de los tambores y cornetas -que tampoco ha sabido transformarlos en generación de riqueza- escondiendo la cabeza bajo el ala mientras contempla cómo se desintegra la razón de ser de una ciudad de 100.000 habitantes que vio desaparecer sus instalaciones militares sin tener preparado el relevo, que vio cómo en 2008 se quedó sin un periódico generalista propio ante la indolencia general y el mutismo político; que existen barrios enteros de monstruosa fealdad constructiva sin que se haya tratado al menos de 'hacerle un apaño' o, como mal menor, evitar contribuir con los destrozos arquitectónicos en el Cristo, la Pastora, la Iglesia Mayor,...

El problema de San Fernando es idiosincrático y mucho me temo que sin solución, porque ni sus ciudadanos son conscientes de la necesidad de acabar con una ciudad más africana que europea ni sus políticos tienen la talla suficiente como para capitanear un cambio que evite imágenes como la de una foto que se repite constantemente a lo largo y ancho de un urbanismo anárquico, en una ciudad mal hecha y nefastamente diseñada en su expansión desde hace treinta años y con un tejido empresarial débil y enfermo. Eso sí, siempre nos quedarán las procesiones 'de guardia' cada fin de semana y la playa de Camposoto con unos accesos repletos de condones cada mañana.