martes, 31 de diciembre de 2024

Un 2024 inolvidable



Sería muy injusto si dejara pasar 2024 sin agradecerle públicamente todo lo que me ha dado y, con ello, el cariño demostrado por mucha gente en esos momentos en los que han visto la luz varios de los proyectos más importantes que he llevado a cabo en mi vida y que ya me han marcado para siempre.

Ha sido el año del nacimiento de mi libro «Las bandas sonoras para despedir los días». El 1 de febrero, cuando daba a conocer su publicación en las instalaciones de la Universidad de Cádiz, me emocionaba al ver un salón repleto de amigos y amigas, buen preludio de once meses maravillosos, de felicitaciones, entrevistas y apariciones del libro en medios de comunicación a todos los niveles, de sucesivas presentaciones, de tantas muestras de afecto, de estupendas discusiones amistosas con apasionados de la música de cine sobre acuerdos y desacuerdos sobre lo escrito...

Un libro jamás muere, como el recuerdo de las personas que habitan en nosotros, y en su juventud vive los tiempos más vertiginosos y apasionados, así que esto no acaba y el próximo 15 de enero lo presento en Jerez de la Frontera. Hablaremos de ello en estos días.

Y 2024 ha sido el año del estreno de «Los últimos del Tívoli». El Festival Internacional de Cine de Benalmádena me subió en una nube porque, tras meses de mucho esfuerzo e inconvenientes, veía la luz mi primer documental, y en un marco inmejorable rodeado de gente estupenda. Las películas tampoco mueren, y queda un largo recorrido en 2025 para ella que se inició públicamente aquel 23 de octubre inolvidable con el objetivo de mostrar una cruda realidad laboral.

Dos imágenes, la de febrero y la de octubre, que resumen un año al que agradezco todo lo que me ha dado. Y en los tiempos que corren, de absoluta falta de respeto a la intimidad, de exposiciones públicas de momentos inolvidables con quienes están a tu lado en el día a día que corren el riesgo de ser utilizados por envidiosos infelices para meter las narices en tu vida, me reservo los maravillosos instantes con mi pareja, mi familia, mi particular gente cercana inconfesable, sin los que sería imposible cumplir sueños. Ni los de 2024 ni los que vienen.

Feliz entrada de año a todos y, por extensión, felicísimo 2025.




lunes, 30 de diciembre de 2024

«Nosferatu» de Robert Eggers. Nada nuevo bajo el sol que mata al vampiro y la conexión musical Hans Erdmann-Robin Carolan-Wojciech Kilar


Si algo positivo tiene el «Nosferatu» de Robert Eggers es que suscitará interés en ese porcentaje de consumidores de cine que aún no han visto la película de Murnau de 1922
. Habrá muchos, millones, que tendrán la oportunidad de transformarse en espectadores de pleno derecho dejando atrás la condición de meros ocupantes de un
sillón en los cines o en las salitas de estar. Por lo demás, esta versión de aquel filme que supuso una ruina económica por la denuncia que le plantó la viuda de Bram Stoker al estudio por fusilar en pantalla la novela de su marido sin consentimiento, no aporta prácticamente nada y resta mucho. Lejos de desarrollar profundamente al personaje, de ahondar en sus numerosos aspectos históricos, legendarios y antropológicos, el espectador sufre la sensación -y desde el inicio- de que asiste a una película más sobre exorcismos, de posesiones diabólicas con rituales baratos en los que Defoe no le va a la zaga al padre Merrin y la hija de Depp se retuerce y altera su lenguaje como si fuera (in)digna heredera de Linda Blair. Todo ello con un metraje contaminado de sexualidad pululante que casi siempre llevó consigo Drácula ayudado por su morbo pero jamás el horrendo Nosferatu al que, en beneficio de generar mayor terror en el espectador, apenas se le ve, ni siquiera en la presentación del personaje en la que Hutter parece hablar solo con las paredes de un castillo del que Nosferatu quiere mudarse sin que conozcamos bien las razones, porque es difícil comprender porqué un tipo que solo sale de noche por las alcobas de su casa a dar vueltas luciendo su grotesco mostacho ante las arañas de las cornisas quiere irse a vivir a la concurrida Wisborg, justificándose en un enamoramiento a una enorme distancia, a través de unos sueños extraños de una jovencita falta de cariño y que Coppola sí dio coherencia temporal al origen de todo un tinglado bastante endeble. Pero eso es otra historia.

Hay que esperar que pasen dos horas inanes en «Nosferatu» para al menos salvar de la quema una brillante resolución fílmica del sacrificio de Ellen, digamos de manera rimbombante por la humanidad, y el de Nosferatu por emplearse a fondo en la cama con la chica. Eggers logra una secuencia en la que el vampiro abiertamente prefiere seguir el fornicio con mordisco mortal incluido antes de salir por patas aun sabiendo que el gallo ya ha dado el anuncio del amanecer, lo que nos provoca hasta lástima por él, y Ellen se deja para que el bigotudo deje de soltar ratas por el mundo y la peste desaparezca. Interesante transformación y eclosión romántica además del tema musical de la BSO que identifica a Nosferatu desde el inicio.

Y hablando de música, la última parte de la videocrítica la dedico al asombroso nexo que une a las bandas sonoras de Nosferatu de 1922 de Hans Erdmann , la de Robin Carolan para esta nueva versión de 2024 y cómo el polaco Wojciech Kilar quiso seguir aquella estela de Erdmann para el Drácula de Coppola, haciendo uso de cuerdas graves, rasgadas y cortas y del mismo tempo para definir al vampiro protagonista en su plena faceta como tal.

Ya tenéis la videocrítica de todo esto en el canal #UltimoEstreno en este enlace: https://youtu.be/FYTrwYsAZxs?si=iA_Fpl133xCLIhNb


lunes, 23 de diciembre de 2024

Y los medios dicen que lo de «Pone mil euros, pero es que un chico me ha dicho que...» es una anécdota


Lo de la niña liando el taco en el Sorteo de Navidad es tan surrealista que llama la atención que los medios de comunicación tilden lo sucedido como una «anécdota». Habría que explicarle a los doctos editores de El País, El Mundo y compañía que el «error» de Yadira Quinde (que así se llama la chiquilla) es mucho más que algo entretenido o curioso, que son las dos acepciones que, según el DRAE, enmarcan cualquier hecho acaecido en el ámbito de lo anecdotario. 

Los responsables del sorteo se han visto obligados a emitir un comunicado que realmente no aclara nada, porque tan solo habla del error de la chica y que en la bola que extrae aparece diáfanamente la cifra de los mil euros preceptivos y no los cuatro millones con los que in voce salió por peteneras una vez dictada la sentencia del bombo. Pero la nota de prensa omite la frase que ha provocado que el personal ande más escamado que un pavo el día antes de Nochebuena. «Pone mil euros, pero es que un chico me ha dicho que cante los cuatro millones...». Y el bizcotur de la mesa (según la obra cumbre de Cela) la hace callar repitiéndole «mil euros, son mil euros. Mil euros». Y a otra cosa. A otra bola, vamos. «Jueguen, jueguen» sobre el césped de los bombos infinitos y caprichosos. O no.

Criaturita, se ha equivocado. Eso les pasa a todos, este año a los niños de la Lotería más que nunca. Pero ¿de qué enigmático chico habla la niña? ¿A quién o a qué se refiere? ¿Es una gracia para hacerse famosa? Basta verle la cara cuando canta los cuatro millones tan convencida y su reacción para comprobar que la chiquilla no iba de maletilla en plaza navideña. Entonces, ¿qué quiso decir? ¿El chico es un amigo con el que el día antes se apostó el chiste o un productor sin escrúpulos reviviendo «El show de Truman»? Cuando en el transcurso del sorteo en directo se escuchan perfectamente las palabras pronunciadas por los protagonistas del inquietante (no anecdótico, qué puñetas) momento, ¿los locutores y locutoras que generalmente dicen pamplinadas melífluas durante la emisión no se percatan de lo sucedido ni comentan nada acorde con la situación? Al terminar el sorteo, ¿ha habido algún periodista con interés por localizar a la niña para que aclare de qué chico está hablando o practican el «yo no me meto en ná» como santo y seña de la comunicación actual?

Todo esto es muy extraño. Y lo digo yo, que no soy nada conspiranoico. Pero en un país en el que la Lotería de Navidad mueve millones de euros hasta límites inimaginables, lo sucedido no puede ser catalogado de «anécdota». Es tan ridículo como quienes, contribuyendo a las barbaridades que campan a sus anchas por las redes sociales, culpan al presidente del Gobierno. Y lo hacen convencidos, oiga. Pero lo sucedido en el sorteo de la Lotería de Navidad hay que aclararlo con mayor rigor -no lanzando notas de prensa para iniciados- y por respeto a millones de españoles que, ilusionados, esperan una mañana a que la vida les dé un giro copernicano. Por lo legal y sin sospechas de ningún tipo.

jueves, 19 de diciembre de 2024

Cosas cotianas del día

Cosas cotidianas del día (I). 
Ayer fue el día de la Esperanza, con mayúsculas. Yo no soy muy devoto trianero, pero cuando ves imágenes como esta un 18 de diciembre tiras del móvil en ese momento y...




lunes, 16 de diciembre de 2024

Entrevista en #UltimoEstreno a Jaime Córdova, investigador y descubridor de la película perdida de John Ford «La gota escarlata» (1918)



Cuando el profesor e investigador chileno Jaime Córdova comenzó a tratar de descubrir el contenido de un lote de películas anónimas que había conseguido salvar de su destrucción, entre ellas halló lo que ha venido a llamar «el santo grial» tras tantos años de búsqueda. Entre las latas y bobinas se encontraba «La gota escarlata», uno de los filmes perdidos que John Ford, uno de los grandes maestros del cine, rodó en 1918.

El director de «La diligencia», «El hombre que mató a Liberty Valance» o «Las uvas de la ira» dirigió a lo largo de su carrera, iniciada en 1917, más de un centenar y medio de películas, de las que se ha perdido alrededor de un tercio de su época muda. Hasta que Córdova, hace unos meses, halló una de ellas en la que ya se demuestra la predilección de Ford por el western pero, sobre todo, su manera de rodar, su escenografía, los amplios espacios y la maestría a la hora de hacer cine con mayúsculas.

En Chile ha sucedido uno de los grandes acontecimientos del cine de los últimos tiempos: el hallazgo de una película de John Ford que ha soportado, en un vetusto almacén que iban a demoler, 106 años dentro de unas latas metálicas. La cinta ha sido recuperada, limpiada y subsanadas sus perforaciones, muy afectadas probablemente por el elevado número de proyecciones que de ella se hicieron en su día, por lo que, a juicio de Jaime Córdova, tuvo que ser una película muy popular. El pasado octubre fue proyectada en el Festival Internacional de Cine Recobrado de Valparaíso y ahora se está en gestiones para que «La gota escarlata» tengo el recorrido que merece junto con su hallazgo.

La historia de este más de un siglo de «La gota escarlata» es rabiosamente romántica. Y es que, como dice su descubridor, «hay películas que deciden vivir».
En #UltimoEstreno he entrevistado a Jaime Córdova. Desde Chile nos detalla todo lo sucedido hasta ahora con la cinta de Ford y las pretensiones futuras.

Esta entrevista es, para mí, muy especial. No solo por mis consideraciones hacia John Ford, sino porque creo que el mundo del cine no es consciente aún del hallazgo de Jaime Córdova, al que le agradezco muchísimo su amabilidad y por supuesto su labor por la recuperación del cine clásico en todos estos años.
Y ojo a lo que advierte a partir del minuto 32 sobre la intervención en la película...

miércoles, 11 de diciembre de 2024

La ROSS volverá a interpretar «El señor de los anillos» dos décadas después



La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) volverá a ofrecernos la obra magna de Howard Shore, «El señor de los anillos», dos décadas después de que lo hiciera por vez primera bajo la batuta de su propio autor. El marco en aquella ocasión fue el Teatro de la Maestranza, escenario siempre en el recuerdo de quienes tuvimos la oportunidad de asistir o cubrir informativamente los desaparecidos Encuentros de Música de Cine. Ahora, la ROSS ofrecerá el concierto, acompañada de la proyección de la primera película de la saga, «La comunidad del anillo», en el auditorio de Fibes.

Han pasado veinte años desde que compartí impresiones con Howard Shore sobre su obra maestra musical y veintiocho desde la primera vez que el compositor visitó Sevilla para dirigir su obra con la ROSS cuando aún podía pasear durante el descanso por los pasillos del teatro (literalmente). En las dos ocasiones estuve allí. Con todos los cambios de componentes y vicisitudes que lógicamente suceden durante tanto tiempo, las orquestas cambian, pero la ROSS sigue manteniendo ese inconfundible -y desaprovechado- sello de interpretar la música de cine como pocas orquestas he escuchado en mi vida, que han sido unas pocas.

Así que es el momento de volver a Sevilla el 28 de febrero o el 1 de marzo...





jueves, 5 de diciembre de 2024

Memorias de África


En 2025 se cumplirán 40 años del estreno de la película y de una de las bandas sonoras más reconocidas de John Barry. El sello discográfico
Intrada acaba de publicar una nueva edición de este score, con la particularidad de que contiene dos CD con música del filme que no había sido editada anteriormente.

Es una buena oportunidad para disfrutar de esta bellísima obra de Barry en su totalidad. Ya se puede reservar, por ejemplo, en la web de Rosebud Tienda de Cine.


martes, 3 de diciembre de 2024

Pepe Pettenghi


Siento mucho la muerte de Pepe Pettenghi. La última vez que nos vimos fue en la Feria del Libro de San Fernando, él firmaba con sus colegas ejemplares de «Histeria de Cádiz» y yo de «Las bandas sonoras para despedir los días». Nos dio mucha alegría vernos y nos hicimos esta foto de recuerdo.

Lo conocí en su etapa de concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Cádiz, allá a inicios de los años 2000. Hablaba con sabiduría cuando se tocaban temas de educación y jamás le vi un exabrupto en sus intervenciones plenarias. De todas maneras, la política no era un buen caldo de cultivo para un hombre insobornable como él. Mantuvimos un relación de periodista a político estupenda, y después de amigos, que me llevó a seguir sus obras literarias, desde los libros hasta sus caústicos artículos en medios de comunicación. Me declaré fan incondicional de los inventos perfectamente prescindibles de la humanidad que publicaba en Diario de Cádiz y después me he reído mucho en redes con su «San Toral», ese vademécum gamberro y cáustico de santos con historias inventadas -y no tanto- cuya recopilación dio lugar a su penúltimo libro. Hace tan solo unos días se publicaba «Histeria sagrada», obra colectiva con su grupo de amigos con los que ha escrito cosas muy divertidas, molestas para mentes estrechas, interesantes y desmitificadoras en una tierra tan ombliguera como la nuestra.

Descansa en paz, Pepe. O que la tierra te sea leve, empléese la fórmula preferida por cada uno de quienes te apreciábamos.

"Lo malo de morirse es la primera noche, después te vas acostumbrando…", Pettenghi dixit.

domingo, 1 de diciembre de 2024

John Ford rescatado


Cuando alguien me pregunta porqué no veo series de televisión, mi respuesta siempre es la misma: no puedo permitirme emplear mi tiempo en ver esas cosas mientras existan más de un centenar y medio de películas de John Ford y no he llegado a visionar ni una veintena de ellas.

De manera que ahora aparece la noticia del descubrimiento de uno de los filmes perdidos de Ford, de quien es imposible ver toda su obra porque decenas de sus cintas se perdieron o no tienen distribución. Por eso el hallazgo de «La gota escarlata» es todo un acontecimiento cinematográfico mundial al que posiblemente pocos presten atención. Fue rodada en 1918, apenas un año después de que Ford estrenara su primera película, «El tornado», pero no fue su segunda. En apenas doce meses, el director rodó una decena de películas, y después, hasta 1926, el 90% de su producción se ha perdido, por lo que hasta el momento sufrimos de la ignorancia que supone lo que, en su conjunto, podría completar una trilogía bíblica sobre el cine dictada por las obras de Einsenstein, Griffith y Ford.

«La gota escarlata» se ha encontrado en Chile. Jaime Córdova, investigador y periodista chileno, director del Festival Internacional de Cine Recobrado de Valparaíso, la encontró en un lote de viejas películas compradas a un anticuario. «Es como encontrar el santo grial», ha dicho. El romanticismo envuelve la obra de Ford, quién lo iba a a decir de un maestro que, para muchos errados, solo rodaba obras con tipos duros.

Así que aún tengo la esperanza de que decenas de películas del maestro se sigan encontrando. Mientras, me quedan muchas joyas por ver delante de mi pantalla.

Arriba podéis ver el trailer de «La gota escarlata». Hace un siglo y seis años, pero... ¡Qué espacios abiertos ya preludiados, qué encuadre de puerta con la señora sentada a la izquierda, de Harry Carey en la misma puerta con la simetría de las sillas o el tiroteo a través de los cristales de la ventana!
¿Y si localizamos en #UltimoEstreno a Jaime Córdova y hablamos con él?

jueves, 28 de noviembre de 2024

Entrevista al cineasta Günter Schwaiger, director de la película «¿Quién teme al pueblo de Hitler?», el primer filme que muestra la casa del dictador y la polémica que la envuelve



Braunau am Inn es un pueblo austríaco situado en la frontera con Alemania de algo más de 17.000 habitantes. Entre sus principales atractivos podemos encontrar sus bellas casas del casco antiguo con coloridas fachadas, sus rutas ciclistas o un entorno natural idílico. Pero una pesada losa cae sobre la historia de Braunau…

Fue el lugar donde nació, el 20 de abril de 1889, uno de los personajes más funestos de la historia: Adolf Hitler.

Y lo hizo en el número 15 de la calle Salzburger Vorstadt, un inmueble discreto y agradable con fachada pintada de color crema que, por su condición de lugar de nacimiento del citado personaje, ha mediatizado la vida de todo el pueblo y su historia a lo largo del último siglo.

Durante el gobierno nazi, el partido engalanó su fachada, creó un centro cultural que incluía una biblioteca y después de la Segunda Guerra Mundial fue utilizada como escuela y como taller para personas con discapacidad, función que cumplió durante 30 años hasta su cierre. La casa ha estado muchos años vacía hasta que fue expropiada recientemente por el gobierno austríaco, que ha decidido construir una comisaría de policía, lo que ha generado una controversia que ha trascendido mucho más allá del propio municipio.

El número 15 de Salzburger Vorstadt ha sido lugar de frecuente peregrinación de nostálgicos del régimen nazi y a su vez de antifascistas que se vienen manifestando en contra de este fenómeno en un país, Austria, marco en los últimos años por un preocupante auge de la ultraderecha.

Los vecinos de Braunau están cansados de todo esto.

Esta tesitura convenció al director de cine Günter Schwaiger para hacer su última película documental, que ha titulado «¿Quién teme al pueblo de Hitler?», en la que aborda cuestiones relativas a la historia de esta casa, su uso y la necesidad de reflexionar sobre el peligro que supone mirar hacia otro lado sin aprender de la historia, especialmente cuando las administraciones públicas no apuestan por ello o son partícipes de «el silencio de los verdugos tras lo sucedido en la Segunda Guerra Mundial y de los implicados en la barbarie nazi» como asevera el director.

Günter, cineasta austríaco afincado en España desde hace tres décadas, se encuentra este mes de noviembre de 204 realizando una gira por ciudades de Alemania promocionando su película, compaginándola con proyecciones en localidades españolas desde que en julio de 2023 tuviera lugar su estreno y fuera ya visionada en Austria. Será además la representante de este país en la próxima ceremonia de los Premios Goya aspirando a lograr la estatuilla a mejor película europea.

He hablado con Günter Schwaiger para mantener una entrevista en la que nos cuenta sobre lo que ha supuesto rodaje de «¿Quién teme al pueblo de Hitler?», cómo se gestó la película y sus reflexiones sobre las dificultades que se ha encontrado para hacer realidad el documental y cómo ve la situación política y social en Europa en general y en Austria en particular. También repasamos otras películas de su filmografía relacionadas con este tema, como «El paraíso de Hafner» (también en Filmin) en la que nos contó la vida cotidiana en España, como un anónimo anciano, de Paul Maria Hafner, un criminal de guerra de las Waffen-SS nada arrepentido de lo que hizo.

Muchas gracias, Günter, por la entrevista. Creo que es sumamente interesante desde el punto de vista cinematográfico pero sobre todo necesaria en los tiempos que vivimos.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Todo sobre «The Spectrum», la increíble réplica del ordenador de Sinclair que revolucionó la informática doméstica



Estoy convencido de que, si aún estás entre los indecisos, este detallado vídeo del canal #UltimoEstreno te convencerá del todo para que te hagas con «The Spectrum», la consola recién salida al mercado que reproduce el ZX Spectrum, aquella joya de los 8 bits que nos cambió la vida desde el año 1982.
Es la primera vez que una empresa, en este caso Retro Games Ltd, reproduce con una fidelidad tan asombrosa una máquina. En el vídeo «Todo sobre The Spectrum» podréis conocer este mimetismo porque comparamos un ejemplar del The Spectrum con un ZX Spectrum original de 1983.
En este vídeo podrás disfrutar de este contenido:
1.- La apertura de la caja recién salida de fábrica y llegada a casa, con el análisis del contenido elemento por elemento..
2.- Cómo conectar el The Spectrum a la corriente. El cargador necesario (no incluido, ojo). Conexión correcta del cableado. Formateo de pendrive en formato adecuado, grabación y organización de los juegos en carpetas (nunca más de 256 archivos por cada una de ellas).
3.- Navegación detallada por los menús. Opciones de grabación de partidas, de elección de calidad de gráficos y juegos adaptados a las pantallas CRT de televisores de la época.
4.- Repaso a los juegos más importantes que incluye el The Spectrum.
5.- Posibilidades de periféricos y puntos débiles: mandos sin joystick, limitaciones en prestaciones como internet, pokes para vidas infinitas, etc.
6.- ... Y más cosas y detalles en los que puedes sumergirte durante una hora para conocer mejor «The Spectrum».
Enlace para verlo:

martes, 19 de noviembre de 2024

«Esencia», la obra de arte con el caballo cartujano como protagonista


Con motivo del 540 aniversario del nacimiento de la estirpe cartujana en Jerez de la Frontera, la Yeguada Cartuja Hierro del Bocado, junto con el fotógrafo y gran amigo
Paco Martín, han venido desarrollando un proyecto de fotografía llamado «Esencia».

He vivido de cerca lo que mi querido Paco Martín ha trabajado en este proyecto de la mano de la Yeguada y la coordinación de Ángela del Valle. Sus fotografías son siempre espectaculares y lo que ha logrado con bellísimos caballos en lugares dispares es de una calidad extraordinaria.

Y ahora se ha hecho realidad este proyecto en formato de un libro con estas fotografías y textos de nombres como Josefa Parra, Margarita Martín Ortiz, Jesús Rodríguez o Manuel Sotelino.

En las imágenes captadas por Paco Martín aparecen personalidades como Álvaro Domeq en el alcázar jerezano (podéis ver la fotografía adjunta), Paco Cepero, la soprano Maribel Ortega, el compositor Manuel Alejandro, el periodista Paco Lobatón, etc.

El libro «Esencia» se presentó esta pasada semana. No pude asistir a pesar de la invitación, al encontrarme en el Festival de Cine de Sevilla, pero la prensa ya se ha hecho eco de esta puesta de largo que además tendrá continuación: «Esencia» será también una exposición -además con novedosas técnicas para personas con movilidad y capacidades reducidas- y con este proyecto se dará voz a una causa tan necesaria como es la lucha contra el cáncer, destinando un porcentaje del importe de la venta del libro a la Asociación de la Lucha contra el Cáncer de Jerez de la Frontera.

Os animo a consultar la web donde encontraréis toda la información (https://yeguadacartuja.com/esencia-2/).

Me emociona ver los éxitos de mis amigos y su trabajo constante por lograr hacer realidad los proyectos que se proponen. Paco Martín además es de esos tíos que, como te despistes, no solo te cuenta otro proyecto más en mente, sino que te involucra en él con una facilidad asombrosa. Claro que, en algún que otro caso, he sido yo el que lo ha metido en un tinglado como la película documental «Los últimos del Tívoli». ¿Por qué? Porque Paco Martín es el mejor fotógrafo del mundo y es mi amigo.




sábado, 16 de noviembre de 2024

David Puttnam: «Mi experiencia con los directores es que tienen unos ojos maravillosos y unos oídos reguleras»


A David Puttnam (Southgate, Londres, Reino Unido, 1941) le dieron a elegir, en un conocido programa de radio hace ahora cuarenta años, una limitada y exquisita selección de temas musicales que se llevaría a una isla desierta. Entre los que seleccionó se encontraba «When You Wish upon a Star», la extraordinaria canción escrita por Leigh Harline y Ned Washington en 1940 para la película de Disney «Pinocho». Otros dos fueron un título de su admirado Elvis Presley y el concierto para violín en re mayor de Beethoven, «una obra que podría estar escuchando constantemente», afirmó Puttnam el lunes 11 de noviembre en el marco de la 21ª edición del Festival de Cine de Sevilla, durante la Master class que el productor de películas como «El expreso de medianoche», «La misión» o «Carros de fuego» ofreció bajo el título «Usar la música en el cine».

Con los gustos musicales expuestos, no cabe duda de que David Puttnam es un melómano empedernido. En ello estriban los motivos por los que el festival hispalense ha contado con la presencia del cineasta británico para que diera a conocer la estrecha relación que, a lo largo de su carrera, ha mantenido con los compositores que eran designados para musicalizar las películas que producía. Y entre ellas se encuentran cintas capitales con bandas sonoras que también se han escrito con pentagramas de oro en la historia del cine gracias al talento de Vangelis, Mark Knopfler, Giorgio Moroder, George Fenton o Ennio Morricone. «No me gusta emplear la expresión ‘genio’ porque actualmente se usa demasiado. Pero Ennio sí lo es, hay que decirlo claramente. Él es un genio», afirmó Puttnam sin contemplaciones cuando, ya en el último tercio de su clase magistral, explicó el porqué trabajar con el compositor italiano había sido prácticamente lo mejor de toda su carrera. Su experiencia compartida con el público se afianzó aún más con las proyecciones de secuencias de «La misión» o el antológico desenlace de «Hasta que llegó su hora» con la llegada del ferrocarril mientras Claudia Cardinale luce en su esplendorosa y enmarañada guapura. Claro que, para culmen de belleza, Morricone en su máximo ejemplo armónico, eterno y esperanzador, plenamente identificado con todo lo que representa el personaje protagónico femenino, transformando en magistral un final que Puttnam calificó de «sublime, que creo que es la palabra española que lo define».

Y si el dolor de tráquea de emoción contenida hacía acto de presencia a tenor de algunos rostros entre el público, las emociones fluyeron en un silencio roto con un explosivo aplauso tras los minutos de proyección de algunas de las confesiones metodológicas expuestas por el propio Morricone en el documental «Ennio: el maestro» estrenado poco antes del fallecimiento del genio italiano, culminadas con varias secuencias más de «La misión». «El doble mordente, el doble giro… La acciaccatura, la apoyatura. Todos los elementos que enriquecieron la melodía… Y parecía adecuado darle a la película un motete. Lo increíble es que el tema del oboe se fusionó con el motete, éste se combinó con la parte étnica, la parte étnica podía fusionarse con el tema del oboe, así que los temas podían entrelazarse todos juntos. Todo ocurrió sin quererlo. Casi como si hubiera algo que me lo susurrara, la música… Su lógica». Palabra de Morricone en pantalla. Amén.

Pero del maestro romano no solo bebe la felicidad musical del hombre, por lo que David Puttnam hizo una semblanza sobre su experiencia con algunos de los compositores más populares mostrados fotográficamente en pantalla en un panel de diez creadores que han venido musicalizando películas producidas por el conferenciante. Desde Paul Williams a Enya, pasando por Rachel Portman o Howard Blake. Y Giorgio Moroder, con el que inició el recorrido selectivo.




No faltaron las referencias a una celebrada banda sonora que supuso una ruptura en el clasicismo musical presente en las películas hasta los años setenta y el triunfo de lo experimental que vino a cambiar conceptos y estilos. Puttnam justificó el Oscar a la mejor música para Giorgio Moroder en 1978 para «El expreso de medianoche» en base al ritmo que marcaba el score en el filme, una virtud detectada que provocó que la película se remontara en parte en función del trabajo hecho por Moroder. Pero también confesó que la estatuilla para la banda sonora fue colateral, al menos a su juicio. El año anterior habían nominado «Fiebre del sábado noche» de The Bee Gees, lo que supuso un escándalo en Hollywood ante el cambio de patrón musical a la hora de los reconocimientos. Aquello abrió brecha. «Los Bee Gees no ganaron, pero nosotros fuimos los beneficiarios de todo aquello porque hicimos la primera partitura electrónica en ganar un Oscar».

Se detuvo con Mark Knopfler y «Local Hero» (1983), cómo la combinación de la fotografía degradada al final de la película con la música y los timbres telefónicos se fusionaron en una perfecta combinación no solo para llevar al público al estado anímico deseado en el guión, sino también para convencer a la Warner de que el fundador de Dire Straits era el ideal para aquella pequeña joya de Bill Forsyth, que no dudó también en mostrar sus reticencias hacia el compositor desde el inicio del proyecto de su filme. «Yo había oído su disco «Making Movies» (1980) y pensé que a alguien que había hecho ese trabajo seguramente le gustaría escribir una banda sonora para el cine –explicó Puttnam-, así que contacté con él. Fue muy agradable trabajar con Knopfler, pero tuve que organizar muchas reuniones para llegar a acuerdos entre él y Bill para sacar adelante la película», apostilló.

Mención especial mereció Vangelis. David Puttnam ya había confesado, en sus comentarios sobre «El expreso de medianoche», que fue su primera opción para musicalizar la película de Alan Parker, pero la casa discográfica del compositor griego era un obstáculo para ello, «de manera que yo necesitaba a alguien que hiciera la partitura del estilo de Vangelis pero que no fuera él. Moroder era una opción porque con su discográfica sí podíamos trabajar. Así lo acordamos y trabajó muy duro, hizo una obra estupenda. Y ya después pudimos establecer un acuerdo con Vangelis».

 Fue entonces cuando surgió aquella música retenida por millones de espectadores que acompañaba al grupo de corredores por la playa en los prolegómenos de la historia de «Carros de fuego» (1981). Puttnam evitó lo que a todas luces hubiera sido una frustración como productor y, tras años de gestiones intentando fichar al compositor de «Blade Runner», logró contar con él para un filme que Vangelis entendió desde el inicio porque su padre era atleta y había fallecido. “Vangelis quería hacer una especie de tributo hacia su progenitor», explica Puttnam, revelando que en realidad tanto el tema de inicio de la película como los créditos finales llegaron a convertirse en inmortales aunque ‘sobre la bocina’: «Vangelis llegó con el tema, lamentándose que ya era demasiado tarde. Habíamos musicalizado la película pero, casualmente, nos faltaba incorporar la música en los créditos iniciales y finales, de manera que acordamos ubicar el nuevo tema que trajo el compositor para el comienzo del filme». Así fue como nació uno de los inicios más celebrados de la historia del cine gracias especialmente al papel de la música de Vangelis.

No faltó la referencia de Puttnam al trabajo que llevó a cabo con Mike Oldfield. De hecho, «Los gritos del silencio» («The killing Fields», 1984) ha sido la única banda sonora que ha compuesto el creador de «Tubular Bells». «Hizo un trabajo maravilloso, no perfecto porque hay un par de momentos que se podrían haber hecho mejor las cosas, pero esa partitura fue un reto para él. Estábamos buscando una partitura que tuviese esa sensación de caos, de terror, con música electrónica». El productor explicó que en la secuencia de la evacuación de la ciudad tenía asimilado que emplearían música clásica. «Mike me dijo que le dejara intentar hacer algo con ella. Y escribió una pieza magnífica, una obra casi neoclásica perfecta para el momento. Con ello se confirmó que debería haber confiado en él más de lo que lo hice».




A lo largo de su master class, David Puttnam expresó también sus consideraciones con ejemplos de músicas de películas ajenas a su producción, como «Titanic» (1997) o «Star Wars» (1977), esta última aprovechada para abordar el controvertido asunto de los temptracks o pistas musicales utilizadas como referencia previas a la música que finalmente escribe el compositor. Porque el propio Puttnam admitió haber usado diez pistas de Vangelis para «El expreso de medianoche» (aunque posteriormente tuviera que remontar el filme, obviamente, ante el brillante trabajo de Moroder). En este sentido, y refiriéndose a la película de George Lucas, relacionó el punto de referencia que, según el productor, suponen obras preexistentes como «The Kings Row» compuesta por Erich W. Korngold para el filme de 1942.

Paralelamente a la ortodoxia del contenido de su clase magistral, David Puttnam también expresó sus reflexiones u opiniones personales sobre la perspectiva del productor a la hora de trabajar con los creadores musicales. En este sentido, aseguró no recordar haber tenido disputas importantes con compositores. «Yo empleo la palabra control. No es que yo les controle (el trabajo creativo), es simplemente negociación de poder, persuasión… tienes el derecho de tener la última palabra y cuando lo ejerces, vas a tener que estar con una persona que va a seguir peleándose contigo. Pero sí, yo logré salirme con la mía en mi trabajo, y también cometí errores».

Preguntado por el público sobre el abandono que en el cine parece existir actualmente respecto a la melodía,  Puttnam asintió sobre ello afirmando que “las bandas sonoras gustan al público, es algo melódico, y parece que se ha abandonado. Pero volverá. Hay ciertas cosas que no van a irse para siempre”, y apostilló de manera distendida que, aunque no quisiera que esta afirmación trascendiera como suya, «mi experiencia con los directores es que tienen unos ojos maravillosos y unos oídos reguleros. Por eso si se dejan las decisiones finales en manos de los directores, siempre se terminará con un puzle que no va a quedar tan redondo», y para acabar de poner el debate sobre la mesa, compartió una de sus experiencias: «Ridley Scott es un buen amigo. Empezamos juntos y yo produje «Los duelistas» (1977), su primera película. Solo tuvimos una pelea. Ridley quería obras de música clásica, era como un puzle, y yo me sentía en el deber de buscar un compositor (Howard Blake). Siempre le preguntaba porqué le negaba a un compositor esa oportunidad que él había tenido como artista de hacer una película de cien minutos con principio y fin».

(Crónica publicada en esta web y en el medio de comunicación especializado 'SoundTrackFest'. Fotografías de Rafa Melgar y JCFM. Vídeo de JCFM. Derechos de autores reservados. Prohibida la reproducción sin citar siempre las fuentes y autores).