sábado, 7 de abril de 2012

Sinverguenzas

A Paz Padilla le diré que puedo soportar el bochorno que supone ver a toda España identificándola con Cádiz. Miro y escucho para otro lado cuando demuestra que la concordancia entre singulares y plurales no la llegó a conocer en la escuela a la hora de construir las frases, cuando sus soeces chistes los lleva a gala como si en mi ciudad, en mi provincia, sólo supiéramos bromear con las partes pudendas. Hasta puedo agachar la cabeza casi derrotándome cuando en conexiones telefónicas de deficiente calidad dice aquello de "uy, es que esto parece una cacofonía", o manda a callar a los contertulios como el que está en el patio de vecinos más ordinario del mundo.

A Kiko Matamoros le consiento, aun siendo yo hombre, su grosero trato hacia las mujeres, demostrado en las maneras de dirigirse a cada una de ellas, su continua demagogia, sus vanos y frustrados intentos por parecerse a aquel hermano suyo de hace ya años.

Al resto de la caterva del programa de Telecinco 'Sálvame' le demuestro mi indiferencia a la vez que le admito que me gusta trabajar por la tarde en el ordenador y escuchar sus berridos de fondo, muy de fondo, como el que utiliza música ambiente, que también tiene su lugar en otros horarios en mi despacho. A mí me divierten de vez en cuando, pero si desaparecen voy a conciliar el sueño igualmente. Tened por seguro que si tuviera una empresa a la que Telecinco viniera a pedirme que me publicitara en 'Sálvame' no los mantendría ni con un solo euro de mi bolsillo.

Todas estas circunstancias las soporto porque, al fin y al cabo, no dejan de ser un reflejo de la sociedad en la que vivimos, tan carente de fluidez verbal, de conocimientos, tan proclive a jactarse de sus desconocimientos transformados en gracietas, tan atentatoria contra las buenas maneras e ilustrativamente lamentable para nuestros hijos y generaciones dependientes del televisor. Pero lo que no os voy a consentir, y así elevaré mi queja al ente catódico privado por los cauces oportunos, es vuestra mofa de nuestras tradiciones religiosas, vuestro desprecio a la Semana Santa subiendo a Matamoros ataviado con una mantilla en un púlpito como si fuera una de nuestras dolorosas con marchas procesionales de fondo, con la patulea grotesca que formáis vestidas todas con mantilla faltándole el respeto a una prenda tan nuestra y con tanto sentido, trivializando nuestras creencias, mostrando orgullosos tan mal gusto hacia elementos religiosos e intrínsecos de nuestra religión y nuestra sociedad y usándolos para montar un teatrillo televisivo lamentable e impropio.

Me dáis verguenza y os reto a que, en el mes del Ramadán, os vistáis de musulmanes, con chilabas o como puñetas deseéis, y ridiculicéis a Mahoma o a cualquiera de los elementos externos y ejemplos de culto de los seguidores del Islam, a ver cuánto duráis en pantalla en esa misma tarde. Pero eso no, eso no lo váis a hacer. A vosotros, como a muchos, os gusta pisotear mi religión, hacer un mal uso de nuestras prendas, de la mantilla, de nuestras túnicas, de nuestras imágenes, de nuestra fe, de nuestras oraciones, de nuestro silencio en el templo,... Y tú, Paz Padilla, tan gaditana, tan chovonista de nuestras 'tradiciones', participas de este show sin pestañear, sin sentir el más mínimo recato que te debe aportar el concepto del respeto. Dios no quiera que te vea viendo la Procesión Magna de Cádiz de hoy sábado, ni en una iglesia rezando a algunos de nuestros titulares, porque te diré que no sólo no tienes preparación para ser vista por millones de espectadores. Tampoco tienes verguenza. Y las varias sevillanas que hay en ese programa, ojalá paseéis por la calle Feria y vuestros paisanos os digan lo que os merecéis.

Que algunos desgraciados insulten a nuestros Cristos y Vírgenes con sus soplapolleces y signos de incultura en las redes sociales me la trae al pairo porque ello lo único que consigue es retratar al individuo en cuestión. Yo he visto montajes fotográficos con nuestra Madre la Esperanza Macarena que cuesta trabajo pensar que puedan ser productos de la mano humana, pero al fin y al cabo, la influencia de esas muestras de odio visceral infundado no llegan más allá de unos amiguetes iguales de descerebrados, de modo que la absoluta indiferencia es la más adecuada de las actitudes. No es el caso en una televisión que ven millones de personas con la consiguiente influencia sobre quienes ellos mismos se encargan de preparar para que asuman estos contenidos sin reflexionar sobre ello. Auguro, a este paso, un paulatino, y necesario, declive de este medio televisivo, e invito a quienes lo mantienen con su publicidad a replantearse este apoyo.

6 comentarios:

  1. A mí me es completamente indiferente lo que esta u otra gente haga o deje de hacer. Lo importante es quien seas, lo que sientas y cómo lo vivas tú sin necesidad de ir por ahí intentando "censurar" lo que hacen o dicen otros por muy "ofensivo" que lo consideres hacia tus creencias.

    A los árabes les ofende que las mujeres vayan por la calle sin burka, a los protestantes, que los católicos veneremos imágenes de bulto y a mí me ofende que haya gente que vote al PP, con lo cual, o nos matamos entre todos o que cada uno haga lo que le de la gana y santas pascuas.

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  2. A mí me es completamente indiferente lo que esta u otra gente haga o deje de hacer. Lo importante es quien seas, lo que sientas y cómo lo vivas tú sin necesidad de ir por ahí intentando "censurar" lo que hacen o dicen otros por muy "ofensivo" que lo consideres hacia tus creencias.

    A los árabes les ofende que las mujeres vayan por la calle sin burka, a los protestantes, que los católicos veneremos imágenes de bulto y a mí me ofende que haya gente que vote al PP, con lo cual, o nos matamos entre todos o que cada uno haga lo que le de la gana y santas pascuas.

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  3. Corro el riesgo de parecer petulante al decirlo, pero te garantizo que tengo claro quién soy, lo que siento y lo que vivo. Tanto como mi concepto de la libertad, que pasa por hacer lo que a uno le venga en gana siempre sin la mofa hacia creencias intrínsecamente relacionadas con civilizaciones, culturas, formas de vida. No intento censurar nada, ni con ni sin comillas, mis palabras muestran mi desagrado ante algo que es manifiestamente ofensivo y especialmente influyente y contribuye al desprestigio de mis creencias y de una forma de vivir y sentir de nuestra tierra.

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  4. Me encanta la Semana Santa pero no estoy por la labor de denunciar -ni defender- cierto tipo de manifestaciones por aquello de que no ofende quien quiere sino quien puede. Si estos frikis son ateos, agnósticos, anticatólicos o anticofrades y tratan a las procesiones como un objeto de burla me parece de lo más coherente. Coherencia que no predomina entre gran parte del colectivo cofrade donde las imágenes titulares no son consideradas como aquello a lo que representan sino como una especie de ídolos de madera en constante competición con el resto de ídolos de las demás cofradías (mi virgen es más guapa, mi cristo es de mejor calidad, mis titulares son más importantes por tener más antigüedad)

    El mundo cofrade aporta muchas cosas -arte, tradición, folclore, belleza, historia, acción social-, pero en la mayoría de casos, la verdadera devoción no está entre ellas, por eso me hace gracia que ante tipo de esperpentos apelemos con tanta facilidad a ese "sentimiento devocional" que nosotros mismos nos encargamos de desacreditar día a día. Para exigir a otros colectivos que nos tomen en serio tendríamos que empezar nosotros por mudar la ropa interior, de lo contrario nos harán el mismo caso que los occidentales a la indignación provoca en el Este nuestro modo de vida.

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  5. Tienes toda la razón. A las hermandades, a nuestras devociones, las desacreditamos tan fácilmente en tantos ámbitos, en tantos foros,...

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  6. Criticar no es malo siempre y cuando no se incurra en esa dualidad moral que se torna más frívola o sentimental según convenga, eso es a lo que me vengo a referir.

    En mi caso particular, siempre he dicho sin tapujos que mi interés por la Semana Santa se reduce al "arte" y a la "historia", por eso no soy quién para poner el grito en el cielo si Kiko Matamoros parodia una procesión o si Paz Vega posa para un calendario vestida de virgen.

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