miércoles, 7 de julio de 2021

Richard Donner (1930-2021)



Sucede que hay directores de cine que son ellos y nuestras circunstancias. Es decir, que cuando los recordamos se acumulan en la memoria no solo los títulos de las películas que han rodado, sino también todo lo que a nosotros nos rodeaba cuando se estrenaron porque llegaron a nuestra vida en unos momentos en los que crecíamos viendo cine. De siempre estaban John Ford, Frank Capra, Curtiz… Sí, ellos fueron los maestros, pero para la generación que empezó a vivir el cambio de la infancia a la adolescencia en los emblemáticos años setenta y ochenta y el cine ya empezaba a formar parte de nuestras vidas, existían por un lado las obras maestras clásicas de una época dorada y por otro las pelis que íbamos a ver contemporáneas, de las que sabíamos que sus directores harían otras más y también iríamos a verlas, los actores los veíamos en la tele tal y como aparecen en ellas y salían los discos con las bandas sonoras de aquellos John Williams, Dave Grusin o Bruce Broughton que tenían algo más de cuarenta años. Toda una vida aun por componer puñados de obras maestras. Por eso, cuando hablamos de Richard Donner no solo lo hacemos de Superman, sino del cine en el que la vimos, de los padres con sus niños diciendo en su apabullante inicio aquello de “¡qué largo es lo de las letras, a ver si empieza la película!”. Cuando hablamos de Donner no solo lo hacemos de ‘Los Goonies’, sino de con quién fuimos a verla, con aquellos amigos de la pubertad, con las amigas para que captaran la indirecta pandillera besos incluidos. Cuando hablamos de Donner nos lleva al terror creado por la música de Golsmith y cuántas veces la oímos y la utilizamos para grabaciones de adolescentes. Cuando hablamos de Donner lo hacemos de ‘Lady Halcón’ y de la carrera de Alan Parsons, ‘alma mater’ de su peculiarísima banda sonora aunque esté firmada por Andrew Powell, que por aquellos ochenta barría con su rock progresivo y nos marcó a muchos hasta hoy día. Y así podríamos seguir. Es seguro que, para quienes ya están jubilados por decir algo para determinar su edad, Richard Donner sea ese que hizo pelis que tuvieron que ver porque sus hijos no paraban de pedirles que les llevaran al cine, y para la actual generación veinteañera, el nombre del cineasta no les diga nada porque no saben ni quiénes eran los goonies. Pero para muchos, millones de amantes del cine de una generación que tuvo la dicha de ver en pantalla grande aquellos estrenos de los ochenta y noventa, Donner es un director de cabecera porque son sus películas y nuestras circunstancias. Películas que, además, junto con las de los clásicos, nos moldearon nuestros ojos y nuestra visión cinematográfica para aprender a amar el cine y tener el concepto actual de lo que es una cojonuda película y lo que no lo es. Y eso se lo debemos, entre otros como Spielberg o Scorsese, a Donner. Te lo cuento en este video homenaje al director, fallecido hace varios días, que está a vuestra disposición en el canal #UltimoEstreno de Youtube.

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