martes, 18 de noviembre de 2025
Así interpretó la ROSS la banda sonora de Verano Azul en el concierto de clausura del Festival de Cine de Sevilla
jueves, 13 de noviembre de 2025
Frankenstein: las creaciones del monstruo desde 1910 y 2025
Han sido varios días de intensa recopilación y análisis, pero ha merecido la pena. Probablemente, la creación del monstruo de Frankenstein sea el momento más importante en cada una de las versiones cinematográficas que se han hecho de la novela de Mary Shelley. Por eso, qué mejor que darle un toque de originalidad en #UltimoEstreno al asunto de la última película de Guillermo del Toro, de modo que os ofrezco un programa de los de sofá, luces y móvil apagado para que durante un buen rato disfrutéis de cómo nos han mostrado sus diferentes directores la secuencia culmen en la que don Víctor hace realidad su criatura. Empezamos por el Frankenstein de 1910, el primero en la historia del cine que adaptó la novela. Seguiremos con la más icónica, la de James Whale de 1931, continuaremos con la delicia de Terence Fisher de 1957, no me olvido de la parodia de Mel Brooks («El jovencito Frankenstein») para adentrarnos posteriormente en la espectacularidad de Kenneth Branagh en su versión de 1994 y finalizar con la de Del Toro de 2025.
¿Por qué además estos títulos? Porque también os hablo de la música que acompaña a todas estas secuencias. Sus características, curiosidades, qué ocurrió con la muda de hace 115 años, los balbuceos de la música narrativa casi inexistentes aún en 1931, la magistral banda sonora de Patrick Doyle para Branagh...
Seis creaciones para elegir. Y a todo esto, ¿Que qué me parece la nueva de Guillermo del Toro? Lo primero, me quedo sorprendidísimo con el hecho de que el director sea uno de los adalides contra la inteligencia artificial pero yo termine de ver la película con la sensación de que todo lo que he visto lo ha generado la IA: el barco, para qué hablar de los lobos, el ciervo, decorados… Eso sí, recolectar trozos de fiambres para crear al monstruo a los sones de un vals del elegantísimo Alexander Desplat, además de parecerme original (lo único de un filme muy deudor del de Branagh, tan denostado por su barroquismo pero no menos que el de Del Toro), me provocan unas maravillosas ganas de crear algo juntando piezas, aunque sean de un puzzle, que es menos macabro. ¡MA-RA-VI-LLO-SO!
Póntelo en pantalla grande y prepárate para un videorreportaje
en #UltimoEstreno que no vas a encontrar en ningún otro sitio.
ENLACE AL VIDEORREPORTAJE: https://youtu.be/mm61GZJx3tw?si=Y5PS8rLi_yk4s2 rL q2
martes, 4 de noviembre de 2025
Cierra la cafetería Cavana en Nerja. Siguen desapareciendo localizaciones de la serie sin que consten en documentales audiovisuales
La noticia ha llegado a través de varios cauces, pero en las redes sociales ha sido el perfil del Museo de Nerja el que ha lanzado una triste novedad tanto para el municipio de Nerja como para los seguidores de la serie VERANO AZUL. La cafetería bar Cavana, situada en la plaza del mismo nombre, ha cerrado sus puertas el domingo 2 de noviembre de 2025.
Este céntrico establecimiento no solo ha sido punto de encuentro de generaciones de nerjeños y de visitantes foráneos por su privilegiada ubicación, sino también un lugar activo para la vida social y cultural de la localidad. Museo de Nerja recuerda en su perfil de Facebook que, a lo largo de su extensa trayectoria, además de su actividad estrictamente hostelera, «el establecimiento se convirtió —junto a la recién inaugurada Librería Europa y el colegio XXV Años de Paz— en un referente de las inquietudes político-culturales de la Nerja de los años setenta en Nerja. En sus instalaciones era habitual la celebración del Torneo Local de Ajedrez, las “12 Horas de Parchís” o exposiciones con obras de artistas como Pepe Carneros o el homenaje a Som Cerezo en 1975, así como muestras de los fotógrafos Juan Carlos Piovano en 1976 y Paco García en 1977, acuarelas de David Kenning en 1994, pinturas de Liza Bolinguer en 1996 o collages de Roberto Díaz en 2006. En un artículo publicado en SUR el 27 de marzo de 1975, titulado `Promoción cultural de la Sala Cavana´, Juan Palomo señalaba que desde su inauguración, en 1973, se habían celebrado doce exposiciones, destacando una organizada por el colegio XXV Años de Paz, correspondiente a la Escuela de Pintura Infantil. Los propietarios, los hermanos Salvador y Rafael Pérez Bueno, manifestaron a Palomo que su principal propósito «era fomentar el arte y la cultura en Nerja y en la Costa del Sol».
Pero los amantes de VERANO AZUL la recordarán por ser una de las localizaciones de la serie que aún permanecían en activo, visitables y ademas prácticamente igual, ya que la cafetería Cavana conservaba su sabor añejo. Su fachada aparece en varios momentos de las andanzas de los chicos protagonistas de la serie, al igual que la plaza Cavana -actualmente muy cambiada con respecto a hace 45 años-, y sobre todo el local es recordado especialmente por el capítulo «Beatriz mon amour», en cuyo interior discurre el simpático episodio de Bea, Rafa, Tito y Desi como testigo de la desternillante secuencia en la que Bea y el personaje guaperas interpretado por Clipper Ledgard se encuentran en la barra del Cavana y Tito interrumpe varias veces para trasladarles los mensajes de la pandilla, que aguarda en el exterior esperando acontecimientos… y preparando la gamberrada de la motocicleta de Clipper a la que dejan sin gasolina.
La cafetería Cavana fue además lugar donde se gestionaron algunos trámites relacionados con el rodaje de la serie, como las contrataciones de extras, a los que se les citaba en su interior. Cabe reseñar también que, durante los años en los que Miguel Joven 'Tito' realizó las rutas de localizaciones de VERANO AZUL, Cavana era una de las localizaciones que visitaban los componentes de los grupos en la que mostraban mayor interés, antes de visitar el hotel anexo que también ostenta el nombre de la plaza, donde se hacía un receso para tomar un refresco y en el que Miguel explicaba algunos detalles incluso tras la barra de la zona interior al fondo, como puede verse en la fotografia que encabeza esta noticia. Allí también se firmaban fotografías dedicadas y autógrafos a quienes realizaban esta ruta.
VERANO AZUL desaparece sin que nadie registre su historia en una producción profesional
El cierre de la cafetería Cavana de Nerja es una
consecuencia más, indefectible, del paso del tiempo por los lugares en los que
vivimos o donde hemos sido felices en nuestra vida. La desaparición de
emplazamientos simbólicos que han formado parte de nosotros nos provoca
tristeza, desazón, aún entendiendo que nada es para siempre y que los enclaves,
los pueblos y ciudades, van transformándose y lo hacen de una manera francamente
acelerada, a veces de una forma tan apresurada que resulta difícil valorar si
son los cambios que necesitan nuestros lugares de cabecera. Este fenómeno
resulta aún más frecuente en el caso de los negocios, muchos de ellos puntos de
encuentros de generaciones pero siempre pendientes del debe y el haber, de la
estacionalidad de su clientela, de la necesidad de adaptarse a los tiempos y a
las modas, y cuando sus responsables llevan décadas luchando con sus negocios,
y como un suspiro, alcanzan la edad de la jubilación y, en muchos casos, no hay
relevo para una profesión tan sacrificada como es el comercio, la hostelería y
su gestión.
La cafetería Cavana se une a muchas otras localizaciones de
VERANO AZUL que, en estos 45 años, han desaparecido. El inmueble de la lechería
de Pancho, el abandono de la Casa de Julia ante la incomprensible indolencia de
su propiedad o del Ayuntamiento nerjeño, los exteriores de la casa del Mago
Massip, los recreativos, varios comercios,… otros emplazamientos se han visto
muy alterados aunque sigan en su sitio porque así lo han requerido los tiempos:
los merenderos de Ayo y la Barca, en general el entorno de Burriana, por
ejemplo, donde también se encontraba el barco de Chanquete, los jardines del
Parador, pendientes ahora de una nueva y amplia reforma. De las calles del
centro, ya sabemos. Y algunos siguen conservando su magia, como la cala de Maro
que en la serie conocimos como Calachica, o el Bar El Molino/Tasca de Frasco,
gracias a la sensibilidad de su responsable, el artista Fernando del Paso.
Sea como fuere, y sin entrar en la discusión sobre si los
cambios corresponden a las necesidades reales de Nerja o producto de la
turistificación, que no es el objetivo de estas letras, lo cierto es que los
escenarios de VERANO AZUL van desapareciendo paulatinamente sin que camino de
conmemorar el 50 aniversario del rodaje de la serie en 2029, hayan quedado
inmortalizados más allá de fotografías de aficionados de la serie o en algunos
que otros vídeos caseros grabados especialmente en la última decada, habiéndose
perdido la oportunidad de recoger audiovisualmente vestigios desaparecidos nada
menos que desde 1979 a ya metidos en la segunda década de los años 2000.
Resulta bastante triste que una serie tan popular, que forma
parte de la historia de la televisión de nuestro país, exportada a decenas de
otros países y que aún sigue viva como se demuestra en cada reposición, además
de haber dando tanto a Nerja y siendo santo y seña de importantes nombres del
cine y de la pequeña pantalla, no haya tenido jamás un documental televisivo en
el que quedaran reflejadas sus localizaciones, cómo se rodó la serie y, un
factor también fundamental del que no nos estamos percatando: el humano. Porque
quienes han seguido vivos entre nosotros que hicieron posible VERANO AZUL hace
años están falleciendo por lógicas razones de edad. Desde técnicos que
participaron en el rodaje que podrían contar muchas cosas del día a día, a sus
propios creadores, pasando por gente anónima del pueblo que participó como
extras, o estuvieron allí y vieron cómo se hizo una producción catalogada como
de las mejores de la historia de este país.
Los lugares desaparecen, la gente se muere y nadie ha rodado
el documental de VERANO AZUL. Muchos programas televisivos han hablado de lo
mismo, Miguel Joven mantiene viva la esencia en Nerja, todo el mundo cuenta
siempre lo que ya sabemos, hay cientos de fotos mejor o peor captadas de
anónimos seguidores. En regresoaveranoazul.com y #UltimoEstreno hicimos dos
capítulos sobre las localizaciones en 2018 y 2019, de dos horas de duración, y
cuál fue nuestra sorpresa que hasta esa fecha, es decir, 40 años después del
rodaje de la serie, no existía ni siquiera en redes sociales reportajes
audiovisuales sobre VERANO AZUL. Les reto a encontrarlos. Muchas fotos y
textos, en gran parte gracias a la estupenda labor de la web veranoazul.org
durante tantos años, pero vídeos escaleteados y planificados sobre los lugares
de rodaje es imposible encontrarlos porque, sencillamente, no existen. Como
también resultó increíble que no hubiera productora discográfica que, en 40
años, apostara por grabar la banda sonora que compuso el maestro Carmelo
Bernaola para la serie. Todo el mundo silba la melodía del tema principal,
todos recordamos esos temas emblemáticos de cabecera o el acordeón de
Chanquete… pero no fue hasta 2018 cuando se grabó el primer trabajo
discográfico con la banda sonora. Otro ejemplo más del maltrato global a VERANO
AZUL. Y aún hay quien dice que «somos unos pesados» quienes reivindicamos esta
serie…
Transcurre el tiempo y seguimos sin el documental de VERANO
AZUL. Oficial o no. RTVE ha tenido la oportunidad, en este casi medio siglo, de
haber rodado un trabajo magnífico profesional al respecto. Recoger testimonios,
captar enclaves, localizar a personas… Una producción audiovisual que estoy
convencido hubiera sido seguido masivamente por el público de la televisión
estatal, que después se hubiera editado en formato casero y hoy tendríamos
inmortalizado lo que poco a poco está desapareciendo. Si RTVE no lo ha hecho
porque no ha tenido esa sensibilidad o miopía en el ámbito de la producción,
¿por qué una productora privada no ha optado por ello? A todo lo más, algunos
hemos grabado -como he comentado- reportajes caseros, que incluso cuando lo
hicimos no pudimos imaginar que, algunos años después, sus visualizaciones
alcancen los dos millones de clickeados, lo que denota la demanda que estamos
exponiendo. Pero lejos de que podamos hacer con voluntarismo es necesario un
proyecto sólido, una producción, un presupuesto y unos equipos profesionales
que hagan realidad algo que aún no se hecho?
Hoy día, que se hacen documentales por todo e incluso con
las temáticas o motivos centrales en ocasiones sin interés alguno -está de moda
hacer documentales-, aún sigue pendiente el trabajo que muestre cómo se hizo
VERANO AZUL, lo que supuso y cómo viven hoy la serie sus millones de
seguidores. Si desde luego RTVE o alguien está pensando en ello esperando el 50
aniversario, conviene recordarles que el tiempo avanza inexorablemente y nos
vamos quedando sin patrimonio material y humano. Para entonces puede ser tarde
porque ya, de hecho, en 2025, lo es. Y mucho.
Fuente original: www.regresoaveranoazul.com
viernes, 31 de octubre de 2025
Placa de «Cosmic Alien» arreglada
Seguimos avanzando en la recuperación completa de la máquina recreativa «Cosmic Alien» que desde este pasado verano pertenece al 'Equipo MOSKODA', un simpático nombre que se nos ha ocurrido a mi amigo David y a mí para llamar al grupo arcade que formamos con tres máquinas ya bajo nuestra 'tutela'.
Paralelamente al RECAP y su puesta a punto general que emprendimos durante este último trimestre (cableado, cambio de condensadores, repaso general de otros componentes, etc.), la placa del juego necesitaba algunos ajustes por manos expertas que dispongan de equipos capaces de comprobar fallos electrónicos que ya se nos escapan. A una indefinición de los elementos que aparecían en pantalla y algunas líneas se unía que el juego, al llegar a la tercera pantalla, no continuaba con la siguiente fase. Era evidente que ese problema al menos tenía relación con los componentes de la placa, así que la enviamos al mejor restaurador de placas de recreativas de España, referente a la hora de atajar los problemas en equipos ya antiguos sobre los que hay que tener un conocimiento muy concreto y bueno. Este es el caso de Víctor, de City Game (podéis encontrarlo en redes sociales), que la ha dejado perfecta. Ha trabajado en ella más de un mes, porque no es una placa fácil por su antigüedad y la avería era complicada de encontrar, pero ha podido con ella y luce como nueva además tras su limpieza. Víctor nos envió este lunes un vídeo desde su taller para decirnos que ya estaba arreglada, así que comenzamos la semana con mucha alegría :-)
Os dejo el vídeo que grabamos para el canal #UltimoEstreno con la llegada de la recreativa este verano y algunos detalles del Unboxing y el RECAP que le realizamos: https://youtu.be/fdZLi2iHunE?si=8uvbeUFzn0RU_VgE
Seguiremos informando ;-)
martes, 28 de octubre de 2025
Música de videojuegos y dramaturgia. John Williams y su herencia
Asisto como oyente, el 27 y 28 de octubre, al Congreso Internacional de Videojuegos, Entornos Virtuales y Creación Interactiva organizado por varias universidades e instituciones relacionadas con este ámbito, en el que ha participado el amigo Andrés Valverde Amador con una interesantísima ponencia titulada «La influencia del sinfonismo de John Williams en los videojuegos. La franquicia de Star Wars a través de la ludomusicología».
Andrés Valverde, músico y biógrafo en España de John Williams, introduce la figura del autor de «Superman» o «ET» como recuperador del sinfonismo clásico de Hollywood, citando sus bandas sonoras para «Tiburón» y «Star Wars» como las dos composiciones que sirven de credencial para calificarlo así. Un sinfonismo basado en tres elementos: el uso de la gran orquesta, la música con una gran carga dramática o evocadora y el uso de leitmotivs para presentar personajes, localizaciones, elementos concretos y destacados, etc.
Basándose en las premisas que estableció la profesora y musicóloga Isabella van Elferen en 2016 y su modelo 'ALI', Andrés Valverde establece tres puntos claves en la relación jugador/música: la conexión emocional del jugador a través de la música, el bagaje adquirido por el jugador gracias a su consumo musical y la interacción del jugador con las dinámicas del juego en cuestión y la dramaturgia, es decir, el desarrollo de lo narrado por imagen/música.
La teoría da pie a la práctica y el ponente cita al compositor Gordy Haab como un brillante ejemplo de la influencia de Williams en la música para videojuegos, exponiendo algunas características de las bandas sonoras que el californiano Haab escribió para la saga de «Star Wars Battlefront (I y II)». Ambos son dos buenos ejemplos de la nueva era del videojuego que no ha comenzado ahora, ya que ambos vieron la luz en 2015 y 2017. Una nueva época que ha venido a desarrollar los videojuegos con un contenido sinóptico y un estilo narrativo deudor del cine, con personajes con vida propia, entramados en guiones que convierten al jugador en partícipe de guiones que han venido a generar historias mucho más allá de aquellos matamarcianos y comecocos que tanto adoramos.
Ni que decir tiene que esto ha provocado que muchos compositores de cine vengan trabajando en los videojuegos desde hace años. Y, volviendo al amigo Andrés y su exposición, los casi ocho minutos de su sustanciosa ponencia también sirven para interesarse por la música de Gordy Haab para «Star Wars Battlefront» y comprobar hasta dónde llega la influencia de Williams y cómo aún puede haber luz para asegurar un futuro decente en la música de cine. Ambas BSO fueron grabadas además por la Orquesta Sinfónica de Londres.
Vayamos por partes. En estos dos enlaces tenéis el acceso a las ponencias del congreso y a la ponencia de Andrés Valverde:
jueves, 23 de octubre de 2025
«Los últimos del Tívoli» ya puede verse en #UltimoEstreno un año después de su estreno en el Festival Internacional de Cine de Benalmádena
Hace justamente un año, el 23 de octubre de 2024, el Festival Internacional de Cine de Benalmádena estrenaba, en una sesión especial, mi documental «Los últimos del Tívoli». De ello os hablé en aquellos momentos y desde casi un año antes. Fueron meses duros porque el tema tratado en esta película era muy delicado. Lo mediático era ese admirable grupo de trabajadores que desde que el parque de atracciones cerrara sus puertas sorpresivamente en 2020 ha permanecido al pie del cañón en el interior de sus instalaciones con el objetivo de, a la vez que reivindicar la reapertura de un icono de la Costa del Sol y de los parques de ocio españoles, cuidar sus infraestructuras: los cacharritos, los establecimientos cerrados, los jardines en la medida de lo posible, los animales como los pavos y gallinas que desde hace años tienen allí su hogar…
Pero paralelamente a todo ello existe un complejo problema con ramificaciones en lo empresarial, lo político, lo económico… Contar lo que allí ha venido sucediendo era meterse en un entramado en el que había que pisar con pies de plomo.
No obstante, jamás me interesó ese agujero negro desde el punto de vista cinematográfico. Mi tristeza por lo que estaba sucediendo en uno de los lugares de los que guardo mejores recuerdos de mi infancia e incluso de toda mi vida se centraba en esa admiración que sentía por esos trabajadores al pie del cañón, acudiendo diariamente a un parque, en un silencio mortecino, donde antes había jolgorio y risas; sacrificando la compañía de sus familias; alimentando a los animales con el pienso que los vecinos de Benalmádena le regalan; manteniendo engrasados los coches de choque, la montaña rusa, remendando los toldos cuando el viento arrasaba con ellos… «Que todo esté preparado para cuando abramos otra vez», como dice en el documental Miguel Martín en su ingenuidad, tras llevar en Tívoli trabajando desde que cumplió los 17 años.
La visita y la convivencia con ellos es el fruto de esta película. Un documental desnudo, sin alaracas, sin música, sin aspavientos ni hecho con cámaras arriflex de última generación. Con un limitado equipo técnico, pero necesario, que se identificó con lo que estaba sucediéndole a este grupo humano de gente que ha resistido todos los embates venidos desde fuera, bien por problemas empresariales, políticos o de cualquier otra naturaleza. Ellos quieren su parque, trabajar en él de nuevo y abrir cada mañana sus puertas para volver a ver las caras de ilusión de niños y mayores. Y la historia emocionó a Paco Martín, mi ayudante en la dirección, y a David Fuentes, sonidista profesional como la copa de un pino. Y por su puesto a la productora Rosso Demente, sin ella no hubiera sido posible. Y salió «Los últimos del Tívoli». Con la firme promesa a los empleados de que esta película no iba a beneficiar económicamente a nadie (más bien lo contrario), por eso no ha estado ni estará en circuitos comerciales. Solo se trataba de lo principal: mostrar la amarga historia de estos hombres y mujeres, que ya peinan canas, que de la noche a la mañana perdieron su trabajo pero aman donde lo venían haciendo.
Al haber transcurrido un año, creo que es periodo suficiente como para celebrar este aniversario -gracias por aquella noche inolvidable, querido Jaime Noguera- ofreciendo a todo el mundo la posibilidad de que puedan ver «Los últimos del Tívoli». Me hubiera gustado haberlo proyectado en Alcances, el festival documental de Cádiz, una ciudad tan cercana a Málaga y una provincia desde la que miles de familias han viajado para visitar Tívoli en su medio siglo de vida. Pero alguien-algunos decidieron ignorarla y no la eligieron. Una lástima, porque independientemente de la calidad que pueda tener este modesto trabajo, su temática es enormemente sensible hacia la clase trabajadora y muestra una dramática experiencia de un grupo de currantes única e inédita en España. Es motivo suficiente como para haber ‘organizado algo’. Después se nos llena la boca reivindicando cosas laborales en Cádiz. Pues nada, ellos se la han perdido. Pero yo no quiero que la gente no tenga la oportunidad de ver «Los últimos del Tívolí», así que aquí está un año después.
Me alegra mucho que la presión mediática, que las gestiones entre el Ayuntamiento de Benalmádena y la propiedad del Tívoli y que documentales como el realizado por Canal Sur y el mío hayan contribuido a que en febrero de 2025 se anunciara que el Tívoli reabrirá sus puertas en un par de años reformado y actualizado. Ya en cada cual está la opinión y los temores sobre si conservará el espíritu que de siempre ha tenido o será ‘otra cosa’. Lo dejo a cada criterio personal. Siguen sin interesarme la política ni las cuitas empresariales. Yo me emocioné repetidas veces con esos trabajadores que, desinteresadamente, contribuyeron a SU película y me permitieron hacerla, incluso conviviendo en Navidad, algo que solo se puede ver en este filme. A ellos está dedicada y a toda la gente que lucha por su empleo.
Hace un año, la noche de su estreno en Benalmádena, el alcalde Juan Manuel Lara hablaba conmigo largamente antes de la proyección y me contaba las gestiones que se estaban haciendo para reflotar Tívoli. Pero no podíamos adelantar nada. Solo pude decir al público que llenó la sala que me constaba el esfuerzo por sacar adelante el parque. Pero suceda lo que suceda, la historia de estos hombres y mujeres luchadoras durante estos cinco años –y continúan allí, cuidando de todo, evitando el vandalismo- no puede permanecer en el olvido.
miércoles, 22 de octubre de 2025
«La vida de Chuck», una película que contiene multitudes de cine
En los tiempos que corren, lo mejor que te puede ocurrir
cuando te sientas en una sala de cine es que la película te provoque
sensaciones, altere tus sentidos y los saque de su estado habitual para
causarte risa, llanto, anhelo, miedo, ofuscación…
Es lo que una película debe causar desde que el cine es cine. Pero los tiempos son tan planos, lo que vemos está tan a falto de sustancia, que cuando algo que ves te agita el interior, debemos mostrarnos agradecidos porque el producto haya cumplido su misión. Aunque tenga sus defectos, aunque no sea redondo, aunque las costuras en ocasiones dejen ver algún deshilachado o no sea un modelo griego de diez.
Eso es justamente lo que sucede con La vida de Chuck. Y eso, ya, la hace distinta, atrayente y sobre todo la convierte en una flecha dirigida al corazón, emponzoñada en su punta por una fórmula con elementos de alquimia muy potentes: un poco de Frank Capra y las esperanzas y amarguras de Qué bello es vivir; los musicales que nos avivaron el alma convirtiendo las calles en improvisados escenarios de inesperados bailes: Cantando bajo la lluvia, West Side Story, incluso La La Land o Grease. O un poco de matemáticas cuánticas y retazos de metafísica que han irrumpido en el cine con Christopher Nolan o el existencialismo de Kubrick plasmado en 2001 una odisea del espacio.
Todo eso, agitado y quizá en ocasiones eso sí, revuelto, es La vida de Chuck que, además, pertenece a un universo muy particular y complicado de trasladar a la pantalla como es el de Stephen King, muy dado a conceptos, ideas plasmadas en destellos cuando de escribir sobre lo fantástico se trata. El resplandor y su sentido, que Kubrick no logró trasladar correctamente en su película, o en este caso el concepto de «todo lo que habita en mi mente que constituye mi universo, que es el mundo en sí con millones de universos» reflejado en la vida de Chuck y basándose todo realmente en la frase del poema Canto a mí mismo de Walt Whitman.
Para entender esta película hay que despojarse de la racionalidad de los conceptos del espacio-tiempo por mucho que la película transite por varios raíles y uno de ellos sean las matemáticas aplicadas a la evolución. En este caso, al ocaso de un hombre anónimo, Charles Krantz. La vida de Chuck es un viaje al revés de un personaje metafórico presentado en pantalla como un hombre famoso, quizá un hombre de negocios, del que todos van sabiendo que se está muriendo con tan sólo 39 años pero a la vez el mundo desaparece: maremotos en California, la electricidad e internet dejan de funcionar y, en una de las secuencias más impresionantes de la película, las estrellas del cielo van apagándose una a una ante quienes van asumiendo que es el fin del mundo porque muere Chuck.
Aquí termina el primero de los tres actos de la película que, en los dos restantes y en sentido regresivo, nos contará ese momento en el que Chuck, convertido en un ejecutivo, rompe los moldes de un estirado enchaquetado que corre de un lado a otro por las calles porque se detiene ante una chica que se gana la vida tocando la batería. Suelta la maleta, se gira al compás, la chica empieza a cambiar los ritmos, ambos se acompasan, Chuck baila mientras la gente se agolpa y llama a una joven para que baile con él, una joven que minutos antes la ha dejado su novio por whatsapp, anda desesperada y se encuentra bailando con un desconocido que la dota de felicidad, de comprensión y de receptora de nuevos horizontes. Chuck es un monolito de Kubrick que en el primer acto irrumpe en el universo para ambos marcar el destino de la humanidad, Chuck es un monolito de Kubrick en el segundo acto cuando dota de dones y capacidades a seres que ven la luz y la vida cobra sentido porque fue creada para ese momento y Chuck es un monolito de Kubrick cuando en el tercer acto de la película descubre lo que descubre en aquel cuarto alto de la casa de sus abuelos y que resuelve todo lo ocurrido y lleva al protagonista a otra dimensión, a otro concepto de existencia viviendo conteniendo muchísimas cosas. «Dios mío, está lleno de estrellas… está lleno de cosas».
No os asusteis. La vida de Chuck no es una película metafísica ni surrealista. Es un original en su forma y profundo en contenido canto a la vida en tiempos en los que, además de cine, son necesarios motivos para vivir. Es una mirada interior a través de un personaje que es un niño con sus ilusiones y sus traumas, que es un adulto que necesita volver bailar porque eso le une a los recuerdos y a ser más querido, y que es la razón de ser de la humanidad porque en él se condensan los millones de universos de todos nosotros. Es una bellísima película con, eso sí, alguna irregularidad que otra en su tiempo narrativo, algún choque abrupto que sufre el espectador que al estar metido en lo trascendente se ve de repente envuelto por premisas adolescentes intrascendentes en las que se recrea mucho (demasiado baile con la chica mayor que él, demasiado protagonismo de la profesora de baile y algunos otros detalles) pero que nos hace sentir millones de sensaciones y de contradicciones en un nuevo ejemplo de cine solvente dirigido por Mike Flanagan, que ya demostró su buen hacer con Doctor sueño, que ha sido elogiado por Stephen King o William Friedkin y que ha pasado del terror de sus películas al existencialismo con grandes dosis de esperanza contenidos en La vida de chuck.
Videocrítica disponible, como siempre, en #UltimoEstreno a través de este enlace: https://youtu.be/ISo-LvB7wkc
viernes, 10 de octubre de 2025
Trevor Jones salva los muebles del MOSMA 2025. La necesidad de que la música de cine sea escuchada (festivales) y entendida (congresos)
El problema comenzó a principios de octubre, cuando los organizadores revelaron la programación vendiendo que este año será especial porque se cumple una década desde la creación del festival. Y es que 'lo extraordinario' del anuncio no coincide con 'lo ordinario' de un elenco de compositores y actividades que respondan a lo que debe ser un aniversario. Ni siquiera a la altura de una edición que no sea conmemorativa de algo. Así que numerosos aficionados y algunos medios especializados en música cinematográfica no escatimaron en críticas a la hora de valorar la apuesta del MOSMA, que está a punto de empezar (del 24 al 26 de octubre) y ya iba tarde en dar a conocer su oferta para 2025.
En plena marejada de estos pasados días, el festival ha dado un golpe en la mesa. El jueves 9 de octubre, después de anunciar la programación, la organización revelaba que el compositor Trevor Jones se suma al cartel con un encuentro con el público en la mañana del sábado 25 -acceso gratuito- y la inclusión de varias de sus obras en el concierto que tendrá lugar por la tarde con bandas sonoras mayoritariamente recordatorias de compositores que han estado presentes en Málaga en ediciones anteriores. La presencia del músico que ha escrito 'El último mohicano', 'Máximo riesgo', 'Dentro del laberinto' o 'Excalibur' ha venido a salvar los muebles de un MOSMA muy tocado en estos días por la crítica.
Tengo la impresión de que traer a España a compositores extranjeros para que participen en estas iniciativas es, actualmente, muy complicado. Ni la economía, ni la situación político-social actual ni la disposición de los propios compositores es la misma que cuando hace años comenzaron estos extraordinarios eventos que han permitido escuchar música de cine en directo y además, conocer de primera mano las impresiones y la manera de trabajar de maestros reconocidos. Porque se echa de menos que, además de imbuirnos en la música, los festivales recobren o adquieran un carácter congresual, para que, durante los días de su celebración, se puedan dar clases magistrales con alumnos/aficionados inscritos, donde proliferen los apuntes, anotaciones, donde quienes están interesados en la música de cine aprendamos durante el día y por la noche nos deleiten los oídos. Parece que nos hemos quedado en las conciertos y, además, podemos dar las gracias ante las dificultades que muchos aficionados desconocen o, porqué no decirlo también, la gestión insuficiente y conformista en algunos casos de quienes organizan eventos de este calibre.
De todo ello os hablo en este programa/vídeo ya disponible en #UltimoEstreno y cada cual extraiga sus conclusiones.
ENLACE AL PROGRAMA: https://youtu.be/KLsjGq3ar2osábado, 4 de octubre de 2025
Arrinconando la cultura e imponiendo la IA: malos tiempos para el cine y la crítica
viernes, 26 de septiembre de 2025
La música en las películas de Robert Redford
miércoles, 24 de septiembre de 2025
Claudia Cardinale
Claro que, en todo esto, tiene mucho que ver la maravillosa brutalidad de Sergio Leone, cuya cámara sigue su trayecto aunque Jill entre en la estación, para mostrarnos todos los planos escénicos a través de la ventana, la eleve al cielo con una perspectiva general y nos lleve de la mano al desértico Flagstone. Y, especialmente, Ennio Morricone que, casi media hora después de iniciarse la película a base de sonidos y los primeros compases de la inquietante armónica, nos da la gran cachetada de magistralidad con el tema musical que siempre va a prevalecer sobre los demás por su significado: el de la señora Jill McBain. Sublime, con la voz de la soprano, que irrumpe como algo diametralmente distinto a lo que llevamos visto/oído hasta ese momento. Es la música de una heroína celestial, pero también de una mujer en soledad, de la melancolía pero también de la esperanza.
Y de repente, aquel cine de entonces se convierte en magia y te provoca dolor de tráquea como no dejes escapar la lágrima aunque los malhechores se tiroteen, el pueblo sea un lugar sucio mal trazado y aquella fantasía se extienda por casi tres horas. Hay más cine -y, por lo tanto, música de cine- en esos minutos que en películas enteras actuales. Y yo no quería que te murieras, Claudia, pero márchate con el consuelo de que tu ida servirá para rememorar que hubo un tiempo en el que las pantallas, tú y la intimidad inconfesa del cine de las sábanas blancas nos cambiaban la vida cada vez que os contemplábamos.
sábado, 20 de septiembre de 2025
«Sirat» y la manía de eternizar lo que vemos en pantalla
viernes, 19 de septiembre de 2025
David Gilmour y su circo máximo
El tiempo ha sido tan sabio que nos dio grandísimos temas creados por la banda para su época. Demasiado tiempo estuvieron juntos para como son no solo en sus caracteres, sino en sus conceptualidades musicales, aunque los incluyamos en un mismo campo. Waters átono, con su música lastimera, maravillosamente sucia, su voz truncada, su atormentado intimismo que lo persigue como fantasma de sus traumas, a veces tan tóxico y siempre tan necesario para crear, en su caso, y puro goce para nosotros. Gilmour, más armónico, con riffs interminables que enriquece hasta hacer maravillosamente eternos los finales de sus canciones, con la elegancia conceptual elevada a la máxima expresión. Dos tipos tan distintos que de sus diferencias musicales desde su génesis parieron obras inmortales de la música. Ahora, o mejor, dicho, desde hace ya nada menos que cuatro décadas, nos regalan lo mejor de sus egos.
El pasado 17 de septiembre disfruté en el cine con el documental grabado en octubre. Gilmour y su banda (muero con Charley Webb y su ukelele, sorry) ofrecieron un monumental concierto en el Circo Máximo de Roma ante casi 20.000 personas. Como es frecuente últimamente, se comete el error de llamar documental a todo y, con la excepción de algunos minutos iniciales, la película es prácticamente en su totalidad eso: un concierto. El espectáculo acaecido en este singular recinto. «David Gilmour Live at the Circus Maximus, Rome» se ofrece en cines solo los días 17 y 21 de septiembre. El pasado julio le tocó el turno a Roger Waters, cuando se estrenó «Roger Waters This Is Not A Drill Live From Prague», la cuidada filmación del concierto que ofreció en la capital checa en 2023.
Para los amantes del morbo, decir que en taquilla parece ir ganando Gilmour, al menos en mi apreciación: ayer la sala de los Cines Yelmo de Jerez (Cádiz) presentaba mucho más público que hace dos meses con la cinta de Waters. Pero lo importante es el contenido en pantalla.
Quédense con varios apuntes al respecto: si buscan muchos temas musicales de Pink Floyd en Gilmour, saldrán decepcionados. El fenomenal guitarrista reivindica lo que ha sido capaz de componer en todos estos años sin recurrir al pasado, cosa que sí hace Waters aunque... qué puñetas, la mayor parte de la obra de Pink Floyd la escribió él. Pero derechos de autor aparte, Gilmour parece empeñado en refrendar su creatividad mientras Waters se encierra en su pasado dándole pinceladas de sus discos con el brillo que le otorgan algunos temas de «Is This the Life We Really Want?», su último trabajo publicado. Al final, las desavenencias son alargadas y lastimeras. Curiosamente, «Roger Waters This Is Not A Drill Live From Prague» comienza sobre el escenario con la icónica «Comfortably Numb» de «The Wall» versionada con mayor dosis de intimidad por Waters, pero de la que suprime el apoteósico final del tema con guitarra que le concedió media inmortalidad a Gilmour. Y el guitarrista, por su parte, apenas da concesiones a la obra cumbre de Waters con el grupo, «The Wall», sobre el que pasa de soslayo y con el que culmina su espectáculo con... «Comfortably Numb» y su guitarra en todo su esplendor. En el resto de las dos horas y media, ni rastro.
Ojalá sigan dándonos lo mejor de sí mismos a pesar de alcanzar ambos una edad octogenaria y su imposible, e innecesaria, reconciliación.
sábado, 13 de septiembre de 2025
Miguel Joven propone que RTVE sea el ente organizador del 50 aniversario de VERANO AZUL «que se merecen los seguidores y nosotros»
Las palabras de quien fue actor con tan solo seis años interpretando a uno de los personajes más icónicos de VERANO AZUL y actualmente monitor deportivo y turístico en Nerja las pronunció en el transcurso del acto que organizó el Ayuntamiento de Vélez-Málaga el pasado 30 de agosto de 2025, enmarcado en el programa ‘Noche en blanco’ en el que se ofreció una amplia oferta lúdica y cultural durante la jornada nocturna en distintos puntos del municipio de La Axarquía malagueña y que se encuentra a 27 kilómetros de Nerja. En ‘Recordando a Chanquete’, que es como el Consistorio veleño denominó este evento, Miguel Joven fue entrevistado durante alrededor de media hora por la periodista Mari Ángeles Salguero en un acto público celebrado en el Museo que antaño fuera el Hospital de San Juan de Dios y donde se rodaron escenas inolvidables del capítulo ‘Algo se muere en el alma’, el penúltimo de la serie, ya que el equipo de localizaciones eligió este enclave como lugar para hospitalizar al marinero ‘Chanquete’. De esta manera, en el mismo sitio y a pocos metros de donde Ferrandis interpretó al personaje convaleciente antes de su muerte, tuvo lugar este acto que reunió a numerosos vecinos y seguidores de la serie. Tras la participación de Miguel Joven tuvo lugar el descubrimiento de un mosaico recordatorio del rodaje de VERANO AZUL en este enclave.
Joven Braun explicó que los protagonistas de la serie se reúnen cada diez años para conmemorar el aniversario de su estreno, que tuvo lugar en octubre de 1981, y quiso dejar constancia del impacto que causaron especialmente los encuentros celebrados en el veinte y el treinta aniversario, con la presencia de toda la pandilla y personal del equipo de rodaje y unos completos programas de actos. Recordó que en la celebración de los treinta años él fue el maestro de ceremonias y destacó la cercanía que desde la organización se quiso tener con los aficionados que acudieron a Nerja durante los días de celebración. Lamentó que el 40 aniversario no pudiera conmemorarse por los efectos de la pandemia del COVID-19 y afirmó que «nos encaminamos al 50 aniversario. RTVE puede hacer una celebración como nos merecemos para conmemorar algo que ha sido un éxito y que todos llevamos en el corazón de alguna manera».
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| Imagen de uno de los momentos de la celebración del 30 aniversario en 2011. |
Cabe recordar que en los programas de los años 2001 y 2011 tuvieron lugar importantes actos como la inauguración del paseo marítimo Antonio Mercero, el parque Verano Azul, proyecciones, desfiles, etc. pero no cabe duda de que la proximidad de las bodas de oro del estreno de VERANO AZUL merece que desde ya se produzcan movimientos para que se cumpla lo que Miguel Joven, y posiblemente todos los seguidores de la serie, desean de cara a una fecha tan señalada. Por lo pronto, ‘Tito’ ha lanzado el órdago que, con seguridad, le llegará al ente público o a quienes quizás quieran contribuir como intermediarios para que ello se haga realidad.
«Hacía falta un Verano Azul que nos explicara que la sociedad estaba cambiando»
En el transcurso de la entrevista, Miguel Joven trató distintos temas relacionados con VERANO AZUL: el impacto social que supuso, anécdotas del rodaje, propuestas de continuación, reflexiones personales… Especialmente importante fueron sus apuntes sobre lo que sociológicamente vino a significar, sabedores ya de que la serie trataba temas demasiado avanzados para aquellos inicios de la década de los ochenta en los que los españoles aún estaban marcados por los cuarenta años de dictadura franquista. El divorcio, la especulación inmobiliaria, las madres solteras y las relaciones padres-hijos fueron asuntos puestos en liza por VERANO AZUL a través de sus guionistas, Horacio Valcárcel y el propio Mercero. «Para muchos de nosotros -explicaba Miguel Joven- VERANO AZUL cobra valor conforme va pasando el tiempo. Podemos hacer la comparativa de la sociedad de aquella década con la actual, en la que ya tenemos muchas cosas superadas, pero por entonces éramos niños y jóvenes que pertenecimos a la primera generación en libertad y democracia. Y la exigíamos como un derecho», aseveró. «Hacía falta un Verano Azul que nos explicara que la sociedad estaba cambiando y que no tenía nada de malo que lo hiciera. Y hablábamos de temas polémicos que ni siquiera se trataban en los programas nocturnos de televisión. Sin embargo, Mercero tuvo la genialidad de adecuarlos con el rasgo de la inocencia. Por ejemplo, yo introducía un chascarrillo gracioso e ingenuo y con una sonrisa se producía el debate sobre un tema como podía ser el de las madres solteras».
Respecto a la relación entre los protagonistas, el embajador turístico de Nerja afirmó que durante el rodaje de la serie se creó «una pandilla de verdad. Disfrutamos de dos veranos azules durante 16 meses: el del rodaje y el de después durante el tiempo libre que vivíamos siendo chavales. Piraña (Miguel Ángel Valero) y yo teníamos una amistad real y nos íbamos a hacer el golfo. El secreto estaba en que éramos un par de amigos». Miguel Joven dijo que, además de los encuentros de aniversarios de cada década, los protagonistas de la serie visitan con frecuencia Nerja. «Seguimos siendo una pandilla, aunque ya no subamos a las bicicletas, y contactamos muy a menudo», apostilló.
«No quise pagar el precio de irme de Nerja»
Entrando ya en las semblanzas del rodaje de la serie en el antiguo hospital de Vélez-Málaga, Miguel Joven recordó que precisamente en este lugar se hicieron unas fotos de las que guarda un entrañable recuerdo, citando una especialmente de toda la pandilla, con Antonio Ferrandis y María Garralón, en la planta alta del patio interior. Así mismo, aseguró que, aunque el capítulo rodado en Vélez-Málaga es dramático por el hecho del preludio de la muerte de Chanquete, allí se sucedieron momentos muy divertidos del rodaje. Así, explica que uno de ellos fue con Antonio Mercero haciendo el cameo de médico que todos los aficionados a la serie conocen. «Era imposible que rodáramos con el semblante serio. Estábamos acostumbrados a ver a Mercero tan serio, en su papel de director, y de repente aparece con una bata blanca, vestido de médico… Hasta en la escena se puede ver a Desi conteniendo la risa. Nos meábamos», cuenta Miguel.
El propio ‘Tito’ afirmó además que a Antonio Mercero lo llamó TVE para convencerle de que hiciera más capítulos de VERANO AZUL tras el éxito de los 19 estrenados, pero el director se negó por completo aduciendo entre otras cosas que sin Chanquete, la continuación no tendría sentido. Con respecto a una posible segunda parte de la serie, aseveró que «llama la atención» que una producción tan exitosa no tuviera secuela. «Los fans de la serie saben que aquellos niños ya somos padres, así que habría que actualizarlo. Para mí tendría sentido, pero es un proyecto difícil».
Ya en la recta final del acto, el alcalde de Vélez-Málaga, Jesús Lupiáñez, agradeció a Miguel Joven su presencia en este homenaje a VERANO AZUL, asegurando que se había cumplido «un deseo histórico» al contar con su presencia y la ilusión que le suscitaba como primer edil veleño, trasladándole la invitación a acudir en otra ocasión con el resto de los protagonistas de la serie.
Tras los prolongados aplausos, se descubrió el mosaico en tonos blancos y azules recordatorio del rodaje de VERANO AZUL en el recinto con la mención especial a Chanquete, realizado por Estudio 21, un taller veleño dedicado a la azulejería entre otras artes.
Información extraída de la web www.regresoaveranoazul.com
Texto de José Carlos Fernández Moscoso. Fotografías y vídeo de Jose S. Sarabia.























