Ay, Conan, tú no ere de Cadi, picha mía. Parafraseando a mi vecino de García Escámez, cuando el Morera y yo vivíamos allí de chiquititos, encima de la clínica Asepeyo. Que tú no ere de Cadi de nacimiento ya lo sabíamos, pero si fueras cadista desde que el Morera me contaba sus primeros chistes no nos provocarías sufrimientos de esta categoría. Tendrías un poco de solidaridad con la causa y evitarías los infartos que de aquí a mayo vas camino de provocar, esos que el Diario publicó hace unos meses. El Diario que, por cierto, con un sorprendente cruce de cables al estilo votación en el Congreso, te ha dado tres puntos tras el encuentro de hoy y a Akapo uno, cuando el lateral ha hecho un partido casi impecable y tú has provocado esas miocarditis que los cadistas no necesitamos, porque ya llevamos el sufrimiento como marca de la casa, sin necesidad de esas cosas que nos haces. Desde los tiempos del bueno de Sankaré no rezaba yo tantos padrenuestros, pangelinguagloriosi y San Cucufato los huevo te ato en tan solo medio minuto cuando el defensa de color (negro) tenía el balón en los pies. Ahora resulta que las palpitaciones regresan porque te da por despejar a lo justo, hacer acrobacias raras o sacar el balón desde atrás con pases con más peligro que una caricia de Eddy Silvestre.
Oye, que vale, que dos cohone ahí parando el penalti, pero ¡gritemos ay otra vez! Casi dos temporadas ya en España y no te das cuenta de que un roce con el contrario ya es más que motivo para que, en esta Liga sin criterio, un árbitro te pite un penalti. Ay esa manita y esa rodillita tras -todo hay que decirlo- una nefasta cesión, que te quedas con las manos vacías porque os roban la tajá y entonces miras al ladronzuelo, y sacas el brazo, y... "No puedo volverme transparente", le dices a Mateu Lahoz. Claro, pero a éstos, con que pongas la manita ajín pal laíto y le toques la barriguita al contrario mientras lo miras con cara de preguntar dónde puñetas está la pelota, ya les vale para pitar penalti. Y si es el Cádiz, se lo pones en bandeja. De manera que ha sido cojonudo que hayas detenido el penalti, pero si esa va a ser tu tónica estos casi cuatro meses de sufrimiento, yo me pongo ya desde hoy la pastillita debajo de la lengua.
En fin, que un punto es un punto, que es una medio mierda, pero peor es comérnosla entera. Y dado que nuestra capacidad goleadora es nula, pues al menos nos sigue dando oxígeno mientras insisto -para que me volváis nuevamente a poner como los trapos- que Choco Lozano no debe jugar más allá de al trompo o al subbteo, como se ha demostrado hoy, y hay que darle minutos a Lucas Pérez, que en pandillita con los nuevos que han llegado, parece que se han puesto de acuerdo para callar bocas. Queda por ver la evolución de Idrissi, pero tengamos esperanza y paciencia -toda la que el tiempo que nos queda nos permite-, porque el chaval es como si hubiéramos pretendido explicarle a Jonsson recién llegado a Cádiz un pasodoble de Juan Carlos Aragón.
La semana que viene, el Getafe, dicho sea de paso, uno de los equipos, y club, más antipáticos de mundo mundial. No hace falta preguntar porqué, es como ver venir de frente, por la acera, a un tío que tiene la pinta esa de sieso que tiene el Getafe. No sé si me he explicado bien.
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