viernes, 26 de septiembre de 2008

Los girasoles ciegos, ¿a los Oscars?

Si no le pongo la interrogación a la expresión del titular de mi comentario de hoy, estaría invitándoles a caer en el error que muchos medios de comunicación ya comenten desde esta mañana. Porque en realidad, Los girasoles ciegos deberá ahora competir con más de medio centenar para, finalmente y si lo consideran los académicos, entrar en el elegido grupo de las cinco películas finalistas que realmente serán las que compitan por el Oscar al mejor filme de habla no inglesa.

Por lo pronto, España ya ha elegido la cinta de José Luis Cuerda (en la foto, dirigiendo a la extraordinaria Maribel Verdú) de la terna en la que estaban Gracia Querejeta con Siete mesas de billar francés y José Luis Garci con Sangre de mayo. Me resulta sorprendente que aún no se haya estrenado en las pantallas comerciales una de ellas y eso nos prive de un debate que no sólo lo mantienen los críticos y amantes empedernidos del cine, porque los Oscar y todo lo que rodea a este evento trasciende mucho más allá. No sé qué aguarda la Academia española para optar por una serie de medidas que incentivarían el cine español a través de varias iniciativas, como por ejemplo que los propios espectadores eligieran mediante sus votos depositados en las salas la película que desean que represente a España en los Oscar, para lo cual tendrían que estrenarse en un periodo estipulado de tiempo, así como rebajas en el precio de las entradas o incentivos para 'enganchar' a los espectadores a las producciones de propia cosecha en lugar de soltar dinero público en un agujero negro... De acuerdo, es probable que piensen que son medidas populistas o con inconvenientes por razones como la posible competencia desleal con otros países, pero son los expertos académicos y el Ministerio de Cultura los que deben alcanzar acuerdos que permitan relanzar el cine español y no mirar hacia otro lado. Que inventen ellos, que para eso les pagamos.

Por lo pronto, y a la espera de ver la película de Garci, me alegro de la elección de Los girasoles ciegos por varios aspectos, como la excepcional música de Lucio Godoy, compositor del que les recomiendo enfervorizadamente esta banda sonora, El lápiz del carpintero y de manera muy especial Los aires difíciles, así como por Maribel Verdú y Raúl Arévalo.

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