Los barracones 22 al 26 son especialmente estremecedores. En el pabellón 25 esperaban las mujeres a ser enviadas a las cámaras de gas y a los hornos de incineración. De allí a la muerte directamente, de ahí que, entre las reclusas, empezara a ser conocido como 'el pabellón de la muerte', donde apenas estaban unas horas, una noche... No les daban comida ni bebida, y cuando preguntaban los vigilantes les decían que "para qué" porque era un derroche inútil.
A Ginette Kolinka la llevaron a Auschwitz-Birkenau desde su París natal con tan solo 19 años. Deportada al campo de exterminio junto con su padre, su hermano pequeño y su sobrino, gaseados poco después, logró sobrevivir y regresó a este lugar en el año 2000. "Recuerdo los montones de trapos en los rincones del barracón. Eran las muertas de esa noche (...) A ninguna de nosotras nos venía la regla. ¿Era por la alimentación, el miedo, las condiciones de higiene? (...) En mi cabeza está el olor, la suciedad, la gente deambulando por todas partes. Y me entristece pensar que la gente que lo visita pueda imaginarse otra cosa… ¿Cómo ver el humo, los gritos, los empujones; esas decenas de miles de personas que trabajan, que corren, que caen al suelo? Ya no hay nada de todo eso. Ya no hay barro. Y tampoco hay un alma. Birkenau es ahora un decorado", se lamenta temiendo que pueda haber gente que crea que aquello no existió.
Hoy hace 77 años que los rusos liberaron aquel lugar afortunadamente conservado para que el ser humano, tan dado a olvidar, contemple sus vergüenzas más extremas.
Enlace al reportaje del canal #UltimoEstreno cuando se cumplió el 75 aniversario de la liberación de Auschwitz: https://youtu.be/oZSqxRGFphw
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