sábado, 4 de octubre de 2014

Francesco

El 4 de octubre debería servirnos para recordar las enseñanzas de San Francisco de Asís y, porqué no decirlo, sus reivindicaciones. Hace unos años estuve en esta preciosa localidad italiana y pude comprobar el verdadero espíritu de un hombre que quiso promulgar la sencilla belleza de la humildad, plasmada no solo en su basílica, en su tumba, sino en cada piedra de un pueblo por el que parece no han pasado los siglos en el sentido más positivo de esta afirmación.

Por mucho que he tratado de entender, de leer, de descubrir, no llego a comprender cómo en el legado de Francisco pueden existir tantas manifestaciones de ostentación y obras realizadas por su propia orden y quienes la han utilizado, que no tienen nada que ver con las básicas enseñanzas y la doctrina que predicó. Vivimos en un mundo en el que sería muy necesario poner en práctica sus ideas y para la Iglesia yo diría que crucial. Pero 'Francesco' siempre fue muy incómodo y había que 'reprogramar' sus enseñanzas, algo que la jerarquía de la Iglesia logró apenas varios siglos después.

Mi sencillo homenaje a un hombre que, si no llega a ser santo, hubiera bastado aprender de su intrínseco sentido del valor de lo humano, despojado de todo lo accesorio.

"Francisco, vete y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas...". Fue la frase que le cambió la vida. Tan actual como hace nueve siglos.

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