«La leyenda del indomable», «Acorralado» y la casi desconocida «La leyenda de Spitfire Grill» (cuya banda sonora suma más seguidores que la película) son tres filmes de distintas décadas (sesenta, ochenta y noventa) con un denominador común: todas tienen como elemento crucial a un excombatiente que ha batallado en guerras que los americanos han sufrido en sus carnes y cuyas consecuencias muchos han padecido. Paul Newman viene de la Segunda Guerra Mundial y se desubica en su retorno; Stallone muestra su lado más desquiciado cuando la sociedad no lo reintegra y Eli/Johnny B. es un habitante de un bosque, zumbado perdido tras regresar del Vietnam, con una madre que mantiene un restaurante de pueblo y el secreto que rodea a su hijo.
Desconozco la cantidad de películas que los americanos han rodado con sus traumas bélicos. Pero estos tres ejemplos los he estudiado durante estas últimas semanas para llegar a la conclusión de que tienen algo mucho más en común: la música. Y no me refiero a que las notas del tema principal de Lalo Schifrin para «La leyenda del indomable» pudieran servir de inspiración a James Horner a la hora de escribir «Spitfire Grill», o que Jerry Goldsmith copiara para Rambo los temas de persecución de Luke Jackson. Más allá de eso, hay toda una filosofía musical, toda una 'modalidad' de género en el uso de instrumentos intimistas y personales o descriptivos de cada personaje que reflejan sentimientos de tristeza, melancolía por lo perdido, de fracaso...
Las contiendas bélicas, y especialmente la guerra del Vietnam, las enlaza la música de cine con un estilo que pudiéramos considerar representativo del género que los americanos han creado tras unas guerras no deseadas por sus ciudadanos, que pagaron consecuencias personales irreparables.
El último vídeo subido a #UltimoEstreno es un estudio de este fenómeno que te trasladará, desde 1967 a 1996, a la frustración yanki de la que no sabemos si habrán aprendido. Y la música, con sus formas y estilo, es el hilvane de este lamento.
Siéntate en el salón, pilla algo fresco y disponte a seguir el hilo de este videorreportaje que es el claro ejemplo de que me gusta hacer desde tiempo atrás ante un cine actual insustancial. Cincuenta minutos para que te hagas tu composición de lugar... y de música. Disfrútalo.
ENLACE AL VÍDEO: https://youtu.be/ZACUQRwRwE0?si=pUmDaebUFh4XkiZH
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