martes, 19 de marzo de 2024

Benito Zambrano: «El salto» es una herramienta de solidaridad y de denuncia hacia quienes se ven obligados a migrar»



La Escuela de Cine de la Universidad de Cádiz ha dado la oportunidad de visionar, un mes antes de su estreno en los cines, la nueva película del director Benito Zambrano, «El salto», un drama social sobre la inmigración en el que el personaje de Ibrahim, originario de Guinea pero asentado en Madrid desde hace unos años con su pareja Mariama, embarazada, es detenido por carecer de permiso de residencia y deportado a su país. Desde ese momento su tragedia se acentúa y el cineasta lebrijano ofrece una visión sobre el padecimiento de quienes viajan a países desarrollados para buscar una vida mejor, teniendo como culmen del filme el salto de la valla fronteriza con España.

La película fue proyectada el 14 de marzo en el Teatro Principal de Puerto Real (Cádiz) con la presencia del director y de Rafa Caballero, jefe de producción, que expusieron el proceso de rodaje y las circunstancias que han rodeado la realización de un filme comprometido y muy actual con un problema social de primer orden mundial. Benito Zambrano y Rafa Caballero fueron muy críticos con las políticas migratorias actuales en sus intervenciones y, aunque el director ha rodado películas de potente contenido social o político («Solas», «La voz dormida», «Padre coraje»), aseguró el pasado jueves que «El salto» es la película más necesaria que he hecho y espero que sea útil. Se trata sobre todo de una herramienta de denuncia y de solidaridad».

Benito Zambrano destacó la importancia de Flora González como guionista de una historia tan candente como desgarradora y al director de producción, Rafa Caballero, que pudo hacer frente a los tres millones de euros de presupuesto de una película «sobre un montón de negros saltando una valla», queriendo destacar con ello lo complicado de encontrar financiación para un tema tan poco tratado en el cine como incómodo, «algo sobre lo que teníamos que haber hecho muchas más películas durante todos estos años», aseveró el cineasta.

Y es que Zambrano alerta sobre el hecho de que la inmigración está candente no solo en África sino en otras zonas del mundo, recordando el drama de las fronteras sudamericanas en unos momentos de la historia en los que están brotando nuevamente los discursos xenófobos que tratan de pescar votos para el radicalismo racista en países de todos los continentes.

Profundizando en el debate con el público asistente, Benito Zambrano fue tajante al preguntarse que «cómo se va a llevar a cabo una inmigración regulada como dicen si gente experta en esta materia nos insiste en que solo existen dos consulados españoles laborales en toda África para trabajar en ello. No hay manera de regularlo porque no hay condiciones, ni presupuesto para dotar a las embajadas de recursos que solventen este problema». Como contraposición, lamentó que los mandatarios mundiales estén más preocupados porque viajar a Marte que por hacer posible que el ser humano viva mejor y pueda moverse con dignidad. «¿Qué coño me importa a mí lo que haya en Marte? Eso es para las grandes empresas que negocian con ello», afirmó, apostillando que «cualquier migrante que quiera traer a su familia a España o a los países desarrollados le cuesta una pasta. Los cubanos están pagando 6.000 euros para un billete de avión que los lleva a Nicaragua y las mafias los trasladan a Estados Unidos. Hay tal negocio con el tema de la inmigración con los pobres que necesitan viajar... Porque los ricos viajamos por placer, por gusto, a veces por cultura. Y los pobres emigran por necesidad».

Entre las intervenciones del público destacaron las de conocidos artistas que se encontraban en el coliseo puertorrealeño y amigos del director de la película, como Javier Ruibal, Pasión Vega, Antonio Romera «Chipi» o Julio Tapia, activista de una ONG que lleva a cabo su labor en África, que aseguró que «en África todavía no se puede solicitar un visado de entrada legal a Europa, y eso lo sabemos todos los que estamos aquí. Existen dos, tres oficinas para esos países carceleros a los que Europa paga para que no se pueda salir del gran campo de concentración africano. El racismo institucional europeo existe». Muy emotivas fueron las intervenciones de dos de los africanos que interpretan papeles protagónicos en la película y que estuvieron presentes en el acto, al contar detalles de sus experiencias personales y de asesoramiento al director, así como el hecho de que no se pueda contar «todo lo grave de lo que padecen los migrantes» en determinados momentos y lugares de sus particulares odiseas para evitar la intervenciones policiales o de las mafias que negocian con los seres humanos.

El acto y el debate fue moderado por Bruto Pomeroy, coordinador de la Escuela de Cine de la UCA, artífice de eventos de esta relevancia que está llevando a cabo esta institución.

#UltimoEstreno estuvo allí para cubrir este preestreno -la película se podrá ver en los cines a partir del 19 de abril- y ofreceros el vídeo de las intervenciones. En el lugar de la proyección de la película os ofrezco el tráiler que la anuncia desde hace ya varias semanas.

Enlace para ver el vídeo: https://youtu.be/DqyOwwo22mE?si=PJBELaUMrhaKc746

Galería fotográfica (Fotos: JCFM):




















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