miércoles, 13 de julio de 2022

Pepe Ribera


Yo solo puedo decir maravillas de José Ribera Tordera. No porque fuera mi amigo, con quien hablaba más de bandas sonoras que de marchas de procesión, con el que tarareaba cosas cuando disfrutábamos de nuestra mutua compañía y me llamaba la atención su detallismo, lo curioso que me resultaba que me matizara, "así no termina eso: las notas más largas y marcadas", dejando entrever su profesionalidad y el que era su mundo, la música, incluso con los cafés por delante en un ambiente distendido.

Decía que no quiero dejarme llevar por mi amistad con Pepe Ribera, sino ser lo más grato posible con él a la hora de recordarlo tras su muerte. Solo puedo tener palabras de halago para quien siempre mostró una predisposición extraordinaria hacia mí. Hace poco me mostraba el recorte de una entrevista que le hice para la Semana Santa de 1992 -ya ha llovido-, en la que explicaba el trabajo que estaba llevando a cabo para revitalizar la Banda de la Cruz Roja. En una de estas dos fotos que adjunto se aprecia esa publicación que incluía una fotografía de un joven Ribera, no recuerdo si de Rioja o de Franzón.

Pero lo que jamás podré olvidar será su abnegada disposición a colaborar con SAN FERNANDO COFRADE desde que lo fundé en el año 2009. Mi propuesta para que escribiera en el periódico una página sobre música procesional le entusiasmó, tituló su sección 'Desde mi atril' y no faltó a su cita hasta que la edición impresa se mantuvo, en 2015. Más de seis años al pie del cañón, siendo uno más, asistiendo a todos los actos del periódico y a nuestros ratitos de celebraciones por el hito que supuso aquella publicación. Sintió el periódico como suyo y en 2019, Miguel Ángel Sanz y Aurora Ruiz le hicieron una entrevista en la que estuve presente y donde hablamos de tantas cosas ocurridas en todos esos años...

Se ha ido un extraordinario músico, un gran compositor, un militar forjado y un amigo que siempre estaba ahí. El otro día, sabiendo que el desenlace estaba cerca, hablamos. "Te sigo debiendo una marcha", me dijo, entre las risas de ambos. Como si a Pepe no le debiera yo tantas cosas. Como también le debe una ciudad que ha venido mirando hacia otro lado respecto a la propuesta de nombrarle hijo adoptivo de San Fernando, iniciativa que puso sobre la mesa José Moreno Fraile hace ahora casi año y medio.

Descansa en paz. Y gracias por tanto. 



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