jueves, 22 de mayo de 2025

La cruz en Roma


Quien me conoce sabe que no soy nada partidario de las procesiones extraordinarias. Para ser más exactos, quien me pregunta, porque hace ya tiempo decidí no exponer públicamente mis opiniones sobre asuntos relacionados con las hermandades y cofradías. No se trata de un ejercicio de contenida frustración, ni mucho menos de despecho hacia un mundo al que pertenezco desde que nací. Llegó un día en el que me convencí de que se trata de un orbe que necesita refundarse en muchos aspectos, mirarse al espejo para preguntarse si no sería necesario volver a sus orígenes basados en una evangelización a través de señas de identidad que deberían ser innatas: la simbología y la semiología bien empleadas, el anonimato penitencial potenciado por la discrección individual sin que ello conlleve sectarismo, o un profundo sentido cristiano que, entre muchas cosas, supone interpretar las cosas según los principios de Jesús. Es decir, amando al prójimo y sus planteamientos, que no es otra cosa que respetarlos y entroncarlos con los tuyos, y viendo con ojos de misericordia lo que procede de él. Como Dios dijo hermanos pero no primos, el debate de todo es lícito y necesario. Pero da la impresión de que el mundo cofrade entró hace ya tiempo en la espiral de la mala baba, de la predilección por la polémica que supera el espectro convivencial y fraternal de sus componentes para convertirlo en pugnas mundanas parecidas a las que mantienen entidades de otra naturaleza. Con la diferencia de que los miembros de asociaciones, peñas y otros grupos sociales laicos no se suben a los ambones de las iglesias a proclamar la Palabra de Dios en las lecturas ni a decirles a los demás lo que deben hacer con sus vidas para alcanzar el paraíso. De ahí que no debamos considerar con tanta ligereza que los enfrentamientos cofrades deben juzgarse como res humanae y utilizarlo como excusa para actitudes corporativas e individuales inaceptables en una fraternidad.

Hablaba sobre las procesiones en fechas inhabituales. Son un ejemplo, aunque con una repercusión lógicamente mayor, de la saturación de actividades cofrades de dudosa necesidad. Pero lo acontecido en Roma el 17 de mayo de 2025 no es un cortejo extraordinario más, sino una encomienda del Papa Francisco enmarcada en un acto ecuménico de gran trascendencia como es un Jubileo que cada 25 años convoca nuestra Iglesia. El pasado diciembre nos quedamos con aquella elocuente definición que el fallecido pontífice hizo de los cofrades, a los que llamó «chiflados de amor por Dios». Pero sus palabras fueron más allá, afirmando que «el Señor nos propone cargar sobre nuestros hombros al hermano que encontramos postrado en el camino» en su sentido más amplio de la expresión. Desde el necesitado hasta a quien, bajo una misma advocación de fe, difiere de nuestros planteamientos.

Francisco ha muerto, llega León XIV e la nave va. Y con ella, el jubileo que auspició el Santo Padre argentino. Y a ese profundo pálpito, las hermandades han sido llamadas no a participar, sino a ser un brazo fuerte de su cuerpo a través de la particular manera evangelizadora que significa acercar a Dios a la gente mediante la representación plástica del sufrimiento de su Hijo. No a través de una «puesta en escena», término muy utilizado últimamente, no mediante el «disfrute», sino del «sentir». No como invitados, sino como habitantes de la casa de Dios, anfitriones en este caso de quienes han peregrinado a Roma o de los oriundos de la Ciudad Eterna.

En estos días se suceden las estadísticas, los balances, y los cofrades cometemos el error de juzgar nuestro privilegio de 'ser' del Jubileo por el número de espectadores en la aceras, por los costes de los traslados o un quítame allá el presupuesto de una banda. Los números son materia de los estadísticos, no de los creyentes. Números sobre los que existe un error de concepto si creíamos que iban a contarse por cifras disparadas de millares a la hora de sumar espectadores de la gran procesión. El ombliguismo cofrade también asoma desde hace tiempo y alguien parece haber pensado que el motivo central del Jubileo -que dura todo un año- éramos nosotros. O que debíamos salir en procesión desde la misma Basílica de San Pedro. O que una estructura efímera no está a nuestra altura. De eso a la soberbia solo va un paso.

Nuestras retinas han captado en Roma decenas de momentos que quedarán para la historia. Todos nuestros sentidos se han puesto en guardia ya sea presencialmente o a través de las televisiones presentes. En la Via di San Gregorio, cinco veces más ancha que la calle Castilla, El Cachorro se hizo aún más portentoso y sus 1,89 metros de altura parecían alcanzar las de los pinos romanos a los que Respighi dedicó su poema sinfónico sin imaginarse por un momento que el Hijo de Dios crucificado sufriría sus últimos estertores contemplando las copas de los árboles imperiales. Tanto o menos aún como el maestro Pedro Gámez Laserna pudo soñar con que sus marchas al Señor de la Expiración y a Su Madre del Patrocinio triunfarían sobre los sones marciales de los cornicines de las legiones de Vespasiano.

Lo que yo quería confesarles (disculpen que me haya extendido de manera difusa) tiene mucho que ver precisamente con el triunfo. Porque a pesar de lo que suscitan tantas imágenes para la historia ofrecidas por la gran procesión, yo me quedo con una: la de la cruz de guía de la Hermandad del Cachorro rompiendo la estética matemática de los arcos del Coliseo. La foto fija del signo del cristiano, la cruz, erguida y victoriosa, portada por un cofrade en el anonimato que le confiere la Roma infinita y gigante, anunciando la llegada de un cortejo de amor y redención de la humanidad, por el mismo lugar donde tropas imperiales dominaban al mundo con sus cuádrigas y sus dioses. La cruz de Cristo alzada al cielo contemplada por las milenarias piedras del coliseo donde tantos cristianos fueron sacrificados y masacrados ante el vano intento de expolio de su fe, inquebrantable, inmutable, frente a un poder que creyó ser eterno. 

Solo por contemplar la cruz que vino a cambiar el mundo ya ha merecido la pena la gran procesión del Jubileo. La cruz que sigue siendo instrumento válido para hacer valer los pilares del cristianismo, el amor hacia los demás con sus obras y la fe, especialmente a nuestro alrededor. Donde parece que la soberbia habita, sin darnos cuenta de que la Iglesia nos ha dado la responsabilidad de llevar la cruz hasta las entrañas de donde nacía el odio. Y además con nuestras imágenes, la de Cristo en su máxima expresión como crucificado y la de Su Madre con la Esperanza de un mundo mejor. Las que permanecieron en el Vaticano durante los días previos, ante los ojos de miles de visitantes, en la capilla de la Presentación de la Virgen. ¡Qué nombre más bonito para acoger allí al Hijo de Dios y a Su Madre! Llegué a preguntarme si El Cachorro no fue expresamente tallado para formar parte de la obra magna artística que supone la Basílica de San Pedro. El Señor quedó magnificado en el imponente centro neurálgico de la cristiandad a la vez que se erigía en una creación barroca perfecta cuya bendita madera se codeaba con los mármoles esculpidos por las manos de Miguel Ángel o Bernini.

¡Qué privilegio nos ha dado nuestra Iglesia y qué orgullosos debemos de mostrarnos!




domingo, 4 de mayo de 2025

«Habemus Papam», la casi desconocida película sobre un papa con pánico escénico que decide huir



En medio de películas muy mediáticas en semanas convulsas por el próximo nombramiento del nuevo papa («Las sandalias del pescador», «Cónclave», «Los dos papas») quiero comentaros en #UltimoEstreno una particularísima cinta dirigida por Nanni Moretti en 2011 y que es casi desconocida para el gran público.

«Habemus papam» es un filme deliciosamente tierno, no exento de crítica social que tanto gusta a su director, disparatado pero ideal para visionarlo mientras el mundo aguarda expectante que los cardenales decidan quién será el sucesor de Pedro.

Michel Piccoli interpreta extraordinariamente a un recién nombrado pontífice que, preso del pánico escénico, decide no salir al balcón para ser proclamado recién elegido papa. Desde ese momento, se sucederán situaciones inverosímiles que sitúan la película en los terrenos de la comedia pero también de lo social y la necesaria apertura de la iglesia a juicio del personaje protagonista.

Los cardenales siguen enclaustrados porque no hay oficialmente papa, y para entretenerse, juegan al voleybol; el Santo Padre se ha escapado para andar por las calles de Roma, se sube a un autobús, va al teatro, se detiene para disfrutar de un grupo de música callejero... porque nadie sabe que él ha sido el elegido. Y un guardia suizo hace aparecer su silueta por el ventanal del aposento papal para que los cardenales crean que el pontífice está allí siendo atendido por el médico (interpretado por el propio Moretti) de su pánico y sus dudas.

Delicioso filme ideal para visionar en estos días mientras esperamos, disponible en Amazon Prime Vídeo.
Videocrítica en #UltimoEstreno en este enlace:
https://youtu.be/BOKTHz3N3Hg

domingo, 27 de abril de 2025

VIII Encuentro de Literatura Gaditana y entrega del libro del sorteo de «Las bandas sonoras para despedir los días»


Estupenda tarde de viernes en el VIII Encuentro de Literatura Gaditana organizado por la
Librería Papelería Plastilina. Muchas gracias por contar conmigo para firmar ejemplares de «Las bandas sonoras para despedir los días» junto a otros autores y escritores gaditanos en una jornada de tertulias, de compartir experiencias y de hablar un rato con quienes disfrutan de mi libro y sobre todo de la música de cine.

También entregamos el ejemplar que la Editorial Círculo Rojo y #UltimoEstreno sorteamos con motivo del Día del Libro, que le tocó a David Ibernia. Fue un placer charlar contigo y espero de corazón que tu nuevo cortometraje de animación vea pronto la luz.

Ya sabéis que en Plastilina están a vuestra disposición ejemplares de #lasbandassonorasparadespedirlosdias si aún no lo tenéis en vuestras bibliotecas particulares

¡Seguimos!

















martes, 22 de abril de 2025



El próximo VIERNES 25 de abril estaré en la Librería Papelería Plastilina de Cádiz, a partir de las 19:00 horas, para firmar ejemplares de mi libro «Las bandas sonoras para despedir los días». Participo de esta manera en el VIII Encuentro de Literatura Gaditana que organiza esta estupenda librería y que reúne a autores y escritores gaditanos desde el martes 22 al sábado 26 que participan en coloquios, lecturas y firmas. Todo un placer y ya sabes: si compraste mi libro en estos meses y lo quieres firmado, pásate por Plastilina el viernes y compartimos un rato si incluso te apetece charlar sobre música de cine distendidamente. Si no tienes el libro aún, puedes adquirirlo en la librería esa misma tarde o cuando desees, aún quedan ejemplares.

Por otra parte, aprovecharemos este acto del viernes para hacer entrega del ejemplar de #lasbandassonorasparadespedirlosdias que desde Círculo Rojo y #UltimoEstremo sorteamos este 23 de abril, Día del Libro, entre todos los interesados que enviéis un correo a 'librobandassonoras@gmail.com' antes de las 15:00 h. del miércoles, contándonos en solo una línea cuál es vuestro compositor de música de cine favorito y vuestra banda sonora preferida. En el siguiente vídeo es cuento cómo podéis participar y cuándo haremos el sorteo, que será el mismo miércoles por la tarde noche.

¡Os espero el viernes y también vuestros correos! ¡Corred, insensatos, que quedan apenas 24 horas de plazo!

lunes, 21 de abril de 2025

El Papa Francisco



A pesar de ser el año en el que la esperanza debe ser inquebrantable, tenía poca fe -perdónenme la puntual incompatibilidad- en volver a verle dentro de apenas tres semanas. Su última aparición, en el día de la conmemoración de la resurrección de Cristo, revelaba su delicadísimo estado de salud y un físico llamativamente deformado por sus tratamientos entre otros factores.

Francisco ha sido el Papa que la Iglesia necesitaba hace doce años, que necesita en estos tiempos convulsos. El debate sobre sus decisiones, aplaudidas por los sectores más progresistas, y el azote que ha sufrido por parte del tradicionalismo católico, revela la pugna que la Iglesia mantiene sobre su identidad para seguir ejerciendo su papel en el mundo. Nada nuevo desde hace ya muchos años, pero la sensación es que el reloj corre y que el embudo se estrecha en tiempos de excesivo apresuramiento en todo. De ahí la importancia de los momentos, de aquel en 2013 y del que viviremos en breve.

El conservadurismo más influyente moverá ficha para elegir a un Papa de corte clásico que evite las reformas que Francisco inició desde los primeros tiempos de su pontificado. La pregunta es si los cambios pueden evitarse, si realmente la Iglesia no tiene más remedio que mirar hacia adelante si quiere continuar siendo capital en una civilización occidental que se mueve en la frágil línea que separa su ocaso tal como la conocemos o los cambios que la adapten a los nuevos tiempos. Unos cambios que posibilitarían mayor acercamiento de sectores históricamente denostados por la Iglesia, 'ganar adeptos a la causa' si me permiten otra expresión inadecuada, o en todo caso la convivencia y el respeto que evitaría enfrentamientos de los que la Iglesia saldría perdiendo al ser tachada de retrógrada y exclusivista. Nada más que por interés estratégico, necesitamos a un Papa que continúe la línea de Francisco, que sume y no reste, por inclusión o proximidad, evitando además acciones que sirvan de excusas para quienes atacan al catolicismo y para quienes viven permanentemente en el discurso del victimismo.

La Iglesia necesita gente, desmontar el argumentario de quienes la odian y participar activamente en las decisiones de un panorama mundial actualmente aterrador. No solo de palabra, sino también de obra. Si eso es hacer política, hágase. Las últimas palabras del obispo de Roma, como Francisco quería que se le llamase en uno de los gestos por evitar la ostentación de sus títulos, han sido para condenar la incipiente carrera armamentística incluyendo el incremento presupuestario propuesto («¡No más estruendos de armas!») y su defensa de los pobres, las mujeres y los niños. Y un, creo personalmente, que importantísimo mensaje en su homilía para mirar al frente dejando atrás el pasado: «A Cristo no se le puede encerrar en una bonita historia que contar, no se le puede reducir a un héroe del pasado ni pensar en Él como una estatua colocada en la sala de un museo. Al contrario, hay que buscarlo, y por eso no podemos quedarnos inmóviles. Debemos ponernos en movimiento».

domingo, 20 de abril de 2025

¡Sorteo de un ejemplar de «Las bandas sonoras para despedir los días» con motivo del Día del Libro!



La editorial Círculo Rojo y #UltimoEstreno te ofrecen la oportunidad de tener un ejemplar del libro «Las bandas sonoras para despedir los días» gracias a un sorteo que se llevará a cabo el próximo miércoles 23 de abril, fecha en la que se conmemora el Día del Libro. Con esta iniciativa queremos fomentar la lectura aprovechando un día tan importante para las letras y hacerlo prestando también importancia al papel de la música de cine en las películas.

«Las bandas sonoras para despedir los días» fue uno de los libros publicados sobre cine de mayor trascendencia en 2024, con un completo contenido valorado muy positivamente por los lectores y revistas especializadas como la reconocida «Fotogramas», escrito por el periodista y crítico de cine José Carlos Fernández Moscoso. Su contenido puede conocerse con detalle en la web www.lasbandassonorasparadespedirlosdias.com

Para participar en el sorteo de un ejemplar, solo tienes que escribir un correo electrónico a «librobandassonoras@gmail.com» antes de las 15:00 horas del miércoles 23 de abril, en el que nos digas cuál es tu compositor de música de cine favorito y la banda sonora de tu vida, sea de él o de otro músico. Sortearemos el libro entre todos los correos recibidos a lo largo de la tarde noche y daremos a conocer a la persona ganadora poniéndonos en contacto con ella y en redes. Déjanos tu nombre completo en el mismo correo. Puedes participar desde cualquier lugar del mundo.

¡YA PUEDES ENVIARNOS TU CORREO PARA COMPRENDER Y DISFRUTAR DE LA MÚSICA DE CINE A TRAVÉS DE CASI 300 PÁGINAS QUE INCLUYE MÁS DE 80 CÓDIGOS QR PARA VER SECUENCIAS DE PELÍCULAS!

domingo, 13 de abril de 2025

Diez bandas sonoras para películas de la Pasión



Ha sido agotador. He revisionado las diez películas, he resumido tanto material sonoro-narrativo de cada una de ellas, he grabado y montado hasta la extenuación y el dolor de espalda ha dado leña desde el primer día, pero ha merecido la pena:
Tenemos, en #UltimoEstreno, un programa especial de casi dos horas y media con una selecta selección de las músicas y el papel que desempeñan en películas que tratan la figura de Cristo. No se trataba de hacer algo sobre Cristo en el cine, eso ya se ha hecho muchas veces y yo he dado numerosas conferencias al respecto en estos años. Este vídeo es la muestra de lo que hace una música con un personaje. Desde la identificación instrumental con él en «Ben Hur» gracias a Miklos Rozsa a la percusión del tormento -pero también del poder de convocatoria de gente- de «La última tentación de Cristo» de Peter Gabriel. Desde el tardío clasicismo de Maurice Jarre y su experimentación musical setentera en «Jesús de Nazaret» a la desconocida aportación de la oscarizada Anne Dudley en un filme sobre Cristo hecho por animadores rusos con figuras de plastilina. O cómo el compositor español Roque Baños jugó con el 'duelo' de Cristo y el tribuno Clavio en «Risen» y sus temas para cada uno de ellos.
Es un especial para sentarse frente al televisor en un día de esta Semana Santa, relajarse y dejarse llevar por lo que la música de cine es capaz de crear sin que nos demos cuenta. Espero que lo disfrutéis mientras recupero fuerzas. Aunque me temo que eso no será posible en estos días 😅

ENLACE PARA VER EL PROGRAMA: https://youtu.be/Vd8dyBDKj8w