
Pero no era mi intención hablar de RDSO ni de mí, sino de ED en Cádiz. Me alegra que mi amigo Porqui -como es conocido universalmente- salga adelante con esta iniciativa y lleve la batuta de esta nueva aparición mediática. Por lo que sé lo hará con otros dos buenos tipos, un redactor y un fotógrafo que, como no he hablado con ellos, no creo que sea prudente escribir sus nombres, no vaya a ser que les perjudique en algo. No me pregunten por qué, esto del periodismo es así de jodido,...
Espero que la iniciativa cuaje en un complicado momento para obtener lectores, debido entre otros factores a las convulsiones que sufren clubes emblemáticos como el Cádiz CF o el Xerez. Estando Porqui hay que comprarlo y leerlo, nos guste o no el envoltorio (léase El Mundo), porque el colega es de una escuela de gente en la que me curtí mucho a pesar de que yo era de una generación anterior. Hemos disfrutado con el periodismo que hemos hecho desde hace dos décadas, hemos sufrido, nos hemos sentido impotentes ante muchas cosas, otras orgullosos y hemos hecho portadas de periódicos con cubatas en mano a las tantas que eran las mejores. Nos hemos fotografiado hace muchos años -arriba puede comprobarse- él con pinta de pillo y yo de padre. Hemos vivido concursos del Falla juntos y muchas confesiones, y es un tío que si llega a saber escribir de cofradías y hermandades de La Isla lo hubiera fichado el año pasado sin dudarlo. Sabe también del mundo cofrade, pero le van mejor otras cosas. Para una de ellas, en la que se mueve hasta más acertadamente que en Deportes, lo llamaré el próximo año. Espero que rechace mi oferta de lo bien que le va en ED.
Qué satisfacción da saber que un buen periodista se ilusiona con algo nuevo en lo que pone todo su empeño. Eso sí, seguiré dándole caña en el facebook diciendo que me importa un rábano las copas que se toma en el Café de Levante, lo que ha hecho de comer hoy, que deje de mandarme invitaciones diarias de Los Latinos Tovar y que para qué carajo quiere 1.500 amigos en la red si la mitad son de la gran puñeta y algunos son unos perros. Lo pasamos de bien picándonos con los mensajes privados en el 'caralibro'...