Me parece estupendo que el cine sensibilice a los espectadores sobre temas aún pendientes por normalizar: la homosexualidad, la igualdad racial y esas cosas. Pero no se puede supeditar el todo de alguien o algo por un único mensaje o condición.
Me explico. No entiendo cómo es posible que Bradley Cooper haga «Maestro» y, con un personaje tan sustancioso como Leonard Bernstein, centre su película en la condición homosexual del protagonista y cómo ello influyó en su matrimonio. «Maestro» pasa de puntillas por el aprendizaje musical de uno de los directores de orquesta más grandes del siglo XX, por su insatisfacción por el resultado final de cómo adaptaron su música en «West Side Story» cuando estamos hablando de una de las películas capitales de la historia, de las acusaciones de comunista que sufrió en tiempos convulsos, de su relación artística con compositores como Aaron Copland, creadores cruciales por entonces para el futuro de la música escénica y cinematográfica...
'Maestro', que se acaba de estrenar en Netflix, se queda en el devaneo sexual de un grande poliédrico que no merece esta película, por muy pulcramente rodada que esté -exceptuando eternas secuencias de un solo plano- y cuente con interpretaciones notables.
Videocrítica de 'Maestro' ya disponible en el canal #UltimoEstreno en este enlace:
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