miércoles, 7 de abril de 2021

Coppola cumple 82 años



Francis Ford Coppola cumple hoy 82 años. Id cruzando los dedos, porque quien fuera capaz de rodar la saga de 'El padrino', 'Apocalypse Now' -aunque se le desmadrara- y aquel extraordinario homenaje al cine de Murnau que fue 'Bram Stoker Dracula' va cruzando el río de una década cuya siguiente orilla es casi improbable de alcanzar.

Coppola pertenece a una generación cuyos cineastas han demostrado tener una impronta propia que, unidas, han creado un sello propio: la de la casta de aquellos directores que, entre los setenta y noventa, fueron capaces de hacer un cine que hoy día no tiene herederos porque, entre otras cosas, ni hay casta, ni sello ni ostias.

Así que sigamos con el dolor de dedos, apretando al cruzarlos, porque Brian de Palma cumple 81 años en pocos meses, Clint Eastwood 91, Martin Scorsese va camino de los 79 y Spielberg de los 75.

"Creo que es mejor ser demasiado ambicioso y fracasar que ser poco ambicioso y tener éxito de una manera mundana. He sido muy afortunado. ¡Fallé hacia arriba en mi vida!" (F. F. Coppola)

sábado, 27 de marzo de 2021

'Nomadland'



Además de interminables y áridos paisajes, una buena parte de ellos feos de narices, ‘Nomadland’ también te ofrece la oportunidad de ser timado bajo la premisa de una historia existencial, la de una mujer víctima de las putadas económicas con las que nos hace sufrir el sistema. En realidad, el papel que interpreta Frances McDormand –que vuelve a hacer de ella una vez más- es de una desarraigada social más rara que un perro verde y que prefiere cagar en una furgona que en su casa. Porque que no se olvide nadie que la protagonista de esta plasta de película tenía familia y hogar. Como conviene no olvidarse de que ‘Nomadland’ es de Disney, la directora está forrada y vienen a hacer cine social con la cara de cemento armado: de la manera más floja posible, con cuatro piojosos impostados y con el cuento del semidocumental.
Basura de primera categoría, especialmente por el engaño.

lunes, 15 de marzo de 2021

'Minari' y aprovechamos para analizar las nominaciones a los Oscar 2021



Quería subir hoy la videocrítica de 'Minari', y dado que ha coincidido con el día en el que se han conocido las nominaciones a los Oscar, en el canal #UltimoEstreno tenéis un único trabajo que incluye al principio los comentarios sobre la película y después ya entro en materia con las nominaciones, detallando cosas curiosas de cada categoría.

Unas claves del nuevo videorreportaje en #UltimoEstreno:

-'Minari' es un truño de narices. Estamos asistiendo al peligroso concepto de que hacer 'películas sociales' debe ser serio, sin mover la cámara, sin música tan solo de ascensores para separar secuencias unidas larguísimas y con menos pulso que ET cuando está jodido. Los personajes van pasando por delante, no hay nada, no hay dinamismo, solo un campo con una casa de madera sobre ruedas y llega una abuela zombi para completar el cuadro con un loco que lleva una cruz de un lado a otro. La vieja intenta hacerle gracietas a un niño con el que el director trata de sostener, infructuosamente, una película aburridísima.
-En las nominaciones: Os cuento en qué plataformas o en cines podéis ver las nominadas, aun quedan por visionar unas cuantas que no se han estrenado. De lo visto, 'Mank' tiene diez nominaciones y debería tener once por el guión, trabajado por el padre de David Fincher durante años y francamente sabroso. Sus competidoras más cercanas tienen todas seis. De las bandas sonoras, lo más justo es premiar a James Newton Howard por 'Noticias del gran mundo', que sí es una banda sonora, el resto son cortinillas ambientales, os lo explico en el vídeo.
Que disfrutéis. Ah, media hora. Lo siento. Con un par de cervezas entra mejor.
https://www.youtube.com/watch?v=yubuXG4qozs

domingo, 14 de marzo de 2021

Veinte años de la desaparición de 'la mili'



Diario de Cádiz recuerda hoy que hace 20 años se suprimió el servicio militar, con especial impacto en una ciudad como San Fernando por razones que todo el mundo conoce.

Yo tuve que hacer la mili, sí. Había agotado ya todas las prórrogas posibles, en septiembre de 1994 iba camino de cumplir los 26 años y llevaba trabajando en esto del periodismo desde 1989. Es decir, que a los cinco años de estar metido en el mercado laboral, hablar y escribir de películas, recorrer no sé cuántos festivales de cine, hacer informativos en radio, redactar y pertenecer al equipo que puso en marcha un nuevo periódico diario en San Fernando, tenía que detenerme para lo que llamaban servir a la patria.
Los nueve meses comenzaron creo que con 28 días aislado en el Cuartel de Instrucción, ese complejo que a algunos parece que les entra nostalgia al verlo en vivo o en fotografías pero que a mí, en aquellos tiempos que se había estrenado 'La lista de Schindler', le encontraba más similitud a Auschwitz que a otra cosa. Con sus barracones, sus enormes patios, una barbería y otras dependencias por las que parecía que no había pasado el tiempo, murales gigantes sobre paredes con lemas espeluznantes... Había un salón con máquinas recreativas, eso era lo único agradable.
Como yo iba camino de los treinta años y los del rancho (creo que se llamaba así a cada grupo de diez idiotas que éramos apilados en los camastros con las taquillas) apenas llegaban a los veinte, varios de ellos hicieron el payaso alguna que otra noche, por lo que venían los cabos pegando porrazos contra las chapas metálicas de las taquillas como si te fueron a llevar a las cámaras de gas y te sacaban al patio en calzoncillos a dar vueltas. Juro que lo he vivido. Entonces pensabas en los años que llevabas ya currando, haciendo cosas, trataba de entender cómo era posible que aquello sucediera en plenos años noventa y, sobre todo, la degradación que estabas padeciendo.
Recuerdo a un cabo con bigotito al estilo del personaje del comisario Emilio Bretón en 'Cuéntame' y casi siempre oculto tras unas gafas de sol, un tarado mental que se creía alguien en la vida porque daba berridos. A ese le dije un día que a mí no me sacaba más al patio de madrugada, que con los demás hiciera lo que le saliera del carajo, pero que si volvía a intentarlo me iba a buscar a Juan Vargas, que por entonces trabajaba en el CIM siendo un mando militar y yo lo conocía porque era el presidente de la peña Colorín Colorao. Vamos, como si Vargas fuera el almirante, pero el farol resultó porque el bigotitos creyó que yo debía ser alguien de familia militar, cuando entre los míos no ha habido nadie con galones en nuestra vida.
Luego llegó lo de la jura de bandera, a la que nadie de mi familia asistió por expreso deseo mío. Terminadas las vueltas aquellas por el patio vestido de blanco al paso de la oca, me cambié tras una puerta antes de salir, metí aquello en el saco ese como de arpillera que nos daban donde el mes antes teníamos que escribir en grande un número para identificarnos (otra más de sensación de ir al exterminio) y me fui a comer a mi casa. A los pocos días, o al siguiente, no lo recuerdo, regresé al CIM, donde nos dejaron durante horas en el patio a la espera de que un camión nos recogiera. Me dieron destino en la antigua Capitanía, en una oficina que llamaban de Las Damas del Carmen, donde una entrañable señora se dedicaba a obras dadivosas con los huérfanos de la Armada o algo similar y a poner flores a una capilla que yo tenía que limpiar. El resto del tiempo me sentaba en una silla con un escritorio que podía ser atrezzo de 'Mientras dure la guerra' con una máquina de escribir indescriptible. Ya por entonces venía yo de años con ordenadores, pero aquello no se estilaba allí. A esta buena mujer le dieron unos cuantos disgustos por no sé qué tonterías, solo recuerdo uno de ellos porque un día entró la señora del almirante de la ZME por entonces y yo no me cuadré, y la pusieron a caldo por no amaestrarme bien. Se tuvo que ir a su casa de baja un par de días y todo.
En Capitanía estaban destinados dos amigos, el brigada Juan Vidal, secretario de mi hermandad de la Misericordia, y un subteniente pequeño, redondete, que tenía por costumbre coger de las orejas a los marineros como los maestros del régimen. Antonio Ruiz me recordaba a Carlos Pumares y enseguida hicimos migas. Sus hijas eran además hermanas de la Misericordia. Supe que, a pesar de todo, era un buen tipo, que tenía un especial feeling con los reclutas que no querían problemas y con el que mantuve muchas charlas. Me dio días libres porque me 'ordenó' montar el Nacimiento de Capitanía en las navidades de 1994 para ganar el concurso de belenes que se organizaba entre dependencias militares. Como quedamos segundos, creo que me tiró de las orejas. Cuando me marché en junio de 1995, le ví los ojos vidriosos. "Don Antonio, ¿qué le ocurre?", le pregunté: "Lo de siempre. Que cuando os váis, uno no es de piedra", me dijo. Después lo he visto por la calle algunas veces, con su mujer. Dos encantos de personas.
En Capitanía llevé una vida surrealista. Me dejaban salir al mediodía tras las mañanas de oficinista y limpiando un sagrario. Almorzaba dos veces, en el 'destino' y en mi casa, por lo que me puse como un zollo. Por las tardes me iba al San Fernando Información, a currar. Al rato a la radio, y volvía por las noches, donde frecuentemente me tocaban guardias en horas jodidas, como a todo el que hacía la mili. Puerta 'A', Puerta 'B', Puerta 'C'... Te levantaban a las dos o tres de la madrugada para sentarte en una mesa frente a una de las puertas de acceso al edificio, para vigilar no sé qué porque si entraba un yihadista majarón yo solo llevaba un bolígrafo para escribir mis apuntes que se me ocurrían sobre películas. Lo peor era la guardia en el aparcamiento, ese en la calle Arias de Miranda con garita. Allí te pelabas de frío sin pasar ni las moscas.
Recuerdo la noche de los Oscar de 1995. Me dejaron salir por permiso de trabajo para retransmitirlos, como venía haciendo desde años atrás en la radio, pero a las ocho en punto tenía que estar allí uniformado. Fue el año que la ceremonia más se prolongó en el tiempo, y eran las 07:50 h. y acababa de terminar. Como recordaréis, esos programas especiales se hacía con mis colaboradores en el estudio, e intercalaba telefónicamente a gente del cine: directores, actores, otros críticos de renombre, etc. Las nueve horas en el estudio daban para mucho pero especialmente para proveernos de bebidas para refrescar el gañote, por lo que a las siete de la mañana ya estábamos algo tocados. A las 07:55 h puse el tema principal de 'El Rey León' que se había llevado el Oscar a la mejor banda sonora y a las ocho en punto llegaba yo a Capitanía bastante achispado. Qué lucha...
En definitiva: la mili me dejó el sueldo a la mitad, me hizo perder el tiempo, montar un belén que no era el de mi hermandad, aprender a no cuadrarme jamás ante nadie por mucho que le dé un síncope a una buena mujer, me impidió ir al Festival de Sitges en 1994 y no tengo contacto alguno con quienes compartí aquella imbecilidad vestido de marinerito.
Y así es como algunos decían que yo me hice un hombre.

jueves, 11 de marzo de 2021

Manuel Alejandro, Hijo Predilecto de la Provincia de Cádiz

Creo que no tiene compuesta ninguna banda sonora cinematográfica, me refiero a trabajos instrumentales hechos especialmente para películas. Otra cosa es que sus canciones, interpretadas por otros, muchos de ellos artistas de primer orden, hayan aparecido en muchas de ellas.

Una lástima, es un autor de una gran formación instrumental y su padre era un gran maestro. Estoy convencido de que Manuel Alejandro hubiera musicalizado imágenes extraordinariamente.

Todos los reconocimientos son pocos para él. Enhorabuena.

lunes, 8 de marzo de 2021

Diez películas, diez conceptos para el 8 de Marzo



Diez películas, diez conceptos para el 8 de marzo: mujer/lucha política, mujer/rebeldía, mujer/machismo, mujer/frustración, mujer/arte, mujer/maltrato, mujer/libertad, mujer/lucha y familia, mujer/derechos civiles, mujer/derechos laborales.

Un repaso por una decena de títulos cinematográficos que reflejan esta relación que rescato del canal #UltimoEstreno en Youtube con motivo de este día y que dedico a todas las mujeres del mundo. Incluye una entrevista al cineasta Benito Zambrano, director de 'Solas'.

domingo, 7 de marzo de 2021

¿Un antes y un después de la gala de los Goya de 2021?



Lo he subido con el epígrafe 'En corto y de paso', pero ni caso, os engaño como un político de ahora porque empiezo a hablar y me alargo.

En el nuevo videorreportaje en #UltimoEstreno os comento la gala de los Goya de 2021.

Dejemos para otros el rosario interminable de películas premiadas, porque lo que ha dado juego ha sido la manera de celebrarse la ceremonia. Aun no entendiendo qué hacían presencialmente quienes estaban designados para entregar las estatuillas y en sus casas los nominados, lo cierto es que la manera de desarrollar la gala -con dinamismo, más corta, sin comentarios impostados ni gracietas copiadas de los americanos- ha sido lo más positivo y hay que preguntarse si esto servirá para por fin dar con la tecla a la hora de celebrar este evento en condiciones.

Antonio Banderas ha sido el alma mater, se ha metido a la audiencia en el bolsillo, pegada a la pantalla con sus reflexiones, mediatizadas por lo que está ocurriendo. Hablando ha ganado tanto como interpretando con el paso del tiempo. Ha habido respeto y austeridad, quizá en algunos momentos demasiada, y cuando se ha querido dar el toque alegre, se optó por el desacierto del sonrojante numerito de Carlos Latre dedicado nada menos que al gran Berlanga. ¡Si está todo inventado, pones fotogramas de sus películas como se hizo luego, una buena música y ya nos echamos a llorar! ¿Para qué inventar astracanadas?

Estoy convencido de que ha sido una gala complicada de hacer, de coordinar, de emitir. Hay muchas cosas que me han gustado, otras no tanto, pero si todo nos encamina a cambiar el concepto de la ceremonia para hacerla como debe ser, pues estupendo.

De ello y los premios, el reparto de los Goyas, os hablo en este nuevo trabajo en #UltimoEstreno con el deseo de que os guste y comentéis.

Vídeocrítica de la película 'Las niñas', ganadora de la noche, publicada cuando se estrenó: https://www.arrozamargo.com/2020/09/las-ninas-honestidad-frente-la-falta.html