lunes, 12 de octubre de 2009

La parábola de la traición

El viejo maestro forjaba espadas cerca de Ginèvre. Curtido en batallas de la fragua que preludiaban las de los campos abiertos, aún conservaba el espíritu joven casi relegado al olvido de un tiempo acá hasta que en el patio de palacio, tras los fastos conmemorativos de aniversario del reinado, creyó encontrar al alumno ideal para heredar el noble arte del modelado del hierro que reúne a los caballeros en una mesa ovalada, bajo la mirada de los dioses que aguardan la llegada de su día de gloria radiantes ante el sol.

Bastaron apenas unas horas para recopilar toscos fragmentos de hierro atelarañado bajo las vetustas patas de tres mesas con las muescas producidas por mandobles, abalorios de mangos oxidados por la humedad que rezumaban las paredes pétreas donde pendían restos del pasado en forma de leyendas literarias escritas con runas en pergamino ennegrecido y oquedades en la techumbre por donde pirueteaban hilvanes de negras aguas que apelmazaban el heno arrumbado en la esquina, mezclado con la paja para los animales. Aquella casona era el reflejo del espíritu olvidado del herrero, que no dudó en compartir con el joven Arraón los secretos del forjado, para lo que fue necesario trazar un camino de obstáculos, alejar lenguas de serpiente que habitaban el poblado, charlatanes pendencieros y vendedores de bálsamos baratos.

Viriles espadas de argénteos reflejos, empuñaduras talladas sobre el metal a imagen y semejanza de los dedos del aprendiz y opíparas cenas en las que Arraón llegó a sentarse en la mesa como especialista en modelar alfanjes, paso previo a tomar el testigo del anciano; todo ello se contituyeron en diáfanos indicios de que había aparecido la persona adecuada para dejar en sus manos cincuenta años de sacrificada labor.

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Las lluvias habían cesado. Aquella fresca mañana de junio era un claro ejemplo de que la primavera había dado paso al verano hacía apenas varios días. Los haces de luz entraban por la ventana frente al yunque patinado que despedía rabiosos rayos de sol tamizado. El maestro había decidido bajar al zoco con las barricas vacías para colmarlas de agua que sofocara las primeras jornadas de verano que se presentaba caluroso, de cielo de ceniza y bochorno. Hacía horas que había despuntado el sol, podrían ser casi las diez, y decidido a continuar su camino con el resuello recuperado, se detuvo un instante ante una ventana ojival del teatro de comedias. Extrañado por las carcajadas que adivinó desde la callejuela, no pudo reprimir dirigir su mirada al interior donde parecía escenificarse una burda opereta. Entonces contempló a su alumno empuñando la espada que apenas un tiempo atrás le había regalado el anciano tras dos años de trabajo: una erguida y amenazadora hoja labrada con hojas de acanto de 24 kilos de peso con la que el nuevo sastrecillo valiente podría demostrar su valía cuando llegara un momento concreto en el que el callado y aparentemente huraño maestro le cedería todo su taller, sus pertenencias y su alma.

Arraón empuñaba grotescamente la espada mientras bromeaba con ella, bramaba a mandíbula batiente ante las estridentes risas de cuatro deformes de la aldea que jamás habían tenido en sus manos un objeto de tal valor. El joven vociferaba rogando ayuda para conquistar campos de batalla alejado de un maestro “decrépito y aburrido”, desafió a Dios para que le enviara “aventuras” en las que luchar y culminó la sorprendente reunión vendiendo su espada a un cacharrero extranjero experto en el estraperlo del que nunca supo más.

Abatido y con el corazón partido, el anciano aguardó a que su alumno le explicara lo sucedido. Al caer la tarde del duodécimo día, el maestro le rogó que le dijera cuál había sido el destino de su espada. Tras jornadas de silencio hacia su mentor y gritos de fiesta en corrillos de tabernas de cante y de lujuria, el joven Arraón reconoció la venta del preciado regalo de su maestro que, preso de la pena, abandonó apresuradamente la casona para buscar consuelo en sus colegas del gremio.

Transcurrieron dos soles y dos lunas a la intemperie. El barbilampiño Avroal había conocido la traición del discípulo, pero temió por su negocio de hierro azufrado y le confesó al maestro que creyó que era mejor callar. Observando la pena del anciano, le dijo que oyó a Arraón, la noche anterior, pavonearse en la calle empedrada tras el taller tras haberse trazado como objetivo esperar a que el viejo le regalara todas las espadas que había logrado forjar con la ayuda de sus jóvenes manos.

Apenas se sucedieron dos horas más y el maestro vio a su antaño alumno recorriendo las calles con brabucona felicidad rodeado de los cuatro tullidos ociosos. El joven casi rehuyó la mirada de su antiguo maestro y continuó la fiesta pagana mientras sonaban un laúd y una guitarra tocada por una joven mujer a la que Arraón dirigía sus ojos con lascivia mientras recitaba ridículos ripios alabados por una infame corte de descerebrados.

¿Qué fue del anciano maestro? ¿Cómo terminó el impaciente y desagradecido discípulo? El final del cuento es probable que no sea tan dramático. Es tan simple como saber que siempre habrá quienes no merecieron lo que recibieron. Y como no lo valoraron, después regresan a un mundo, su verdadero mundo, del que el ingenuo maestro jamás debió apartar a su pupilo porque es el que realmente le corresponde. Lo del determinismo geográfico impone mucho, y no sólo como concepto espacial,... ¿El anciano? Seguro que aparece su verdadero alumno antes de que fallezca.

Dedicado a todos los que han sentido en sus venas el amargor de la traición.

viernes, 9 de octubre de 2009

Nobel a Omaba: golpe de desprestigio... y de marketing

Me creía curado de espanto con decisiones esperpénticas, como aquello de otorgarle el Príncipe de Asturias a Woody Allen o este pasado año proponer nada menos que a tres grandes de la música de cine (John Williams, John Barry y Ennio Morricone) en una sola candidatura, como si no pudieran aspirar al galardón individualmente. O premios literarios más cercanos, de andar por casa, con jurados coincidentes en apellidos de ganadores. Pero la sabiduría popular jamás se equivoca y conviene recordar aquello de que siempre pueden salir peor las cosas o elevar tu nivel a la hora de no comprender determinadas decisiones.

Hoy han anunciado que el Premio Nobel de la Paz es para Barak Obama. Si fuera otro, adjuntaría a su nombre el cargo que ostenta. No es necesario. El comité noruego (no sueco como dicen, aunque a nosotros nos parecen igualitos) que determina la concesión del premio más prestigioso del mundo puede elegir a quien le venga en gana, eso no lo vamos a discutir, porque para eso lo concede una institución privada. Otros lópez son las subvenciones públicas, cajas B y ayuditas consuetudinarias, casi hechas ley, que puedan recibir este tipo de iniciativas. Lo que resulta obvio es que el carácter privado del galardón ha trascendido en importancia durante todas estas décadas y hoy día es punto de referencia mundial. Por eso la frase "por mis cojones porque lo pago yo" no vale en este caso.

Y estos tipos van y se lo dan a Obama. Sin ripios literarios lo digo: mi más absoluta oposición y rechazo a esta decisión, sin paños calientes. Concederle al presidente estadounidense el premio es un golpe de marketing para ellos, porque la ceremonia de entrega se convertirá en una de las imágenes más seguidas en televisión en el mundo y quedará para la historia. Dejo para los entendidos las posibles prebendas de otra índole -incluidas las económicas- que, desconozco, pueda suponer beneficios para los organizadores del cotarro. Pero es tan proporcional la parafernalia como el desprestigio causado por esta decisión.

El Nobel de la Paz será tomado en serio cuando se le conceda a luchador@s fuera del 'stablishment' o gente lo suficientemente curtida en él como para haber demostrado su verdadera lucha por él equilibrio mundial. Es un craso error conceder el Nobel por declaraciones de intenciones, que no deja de ser lo que hasta el momento ha lanzado Obama en los círculos mundiales; porque un premio de este peso no se concede por oratoria bienintencionada, reservada para galardones menores. ¿Se le concede un Nobel de la Medicina a un médico que asegura estar a punto de encontrar un remedio contra el cáncer?

¿Algún defensor del premio a Obama va a salir ahora con la cantinela de que el presidente de Estados Unidos es el máximo exponente del entendimiento de las razas humanas por el mero hecho de ser mestizo? ¿A estas alturas con esas, cuando se supone que debemos tener superado el color de la piel a la hora de elegir a nuestros líderes? ¿Discurso manido de razas, traumas del medievo del siglo pasado, racismo en la sombra a este nivel, con lo que 'vende' un gobernante de color a estas alturas y lo que a él y a Michelle le gusta venderlo, véase la fallida y torpe campaña promocional de Chicago como sede olímpica y el discursito de la consorte?

Tecnicismos aparte,... Me importa tres rábanos con bicho dentro el Premio Nobel, pero me siento impotente cuando galardones de esta categoría se le conceden a estadistas a los que estoy esperando que se decidan claramente por un discurso a favor de los derechos de los palestinos, problema en el que aún no ha dicho 'esta boca es mía'. En sus manos, y quemándole, tiene el desastre de Afganistán, y en menor medida pero relevante, conviene recordar sus vacaciones estivales, hace apenas varios meses, a cuerpo de rey, con un inmoral derroche de placeres, mientras el país y sus satélites estábamos sumidos en una crisis precisamente parida en Estados Unidos.

Ni sus propios asesores se lo creían. Hoy se lo comunicaban y pensaron que se trataba de una pesada broma de las emisoras del país. De ahí que transcurrieran horas hasta que Obama habló de la concesión del galardón. Ello refleja un claro indicio de que nadie da crédito a esta decisión. Ni el propio monstruo que la sociedad está creando, con dos víctimas: el mundo y el propio Obama. Aún está a tiempo de declinar, amablemente, la recepción del premio.

lunes, 5 de octubre de 2009

Agua con gripe... y las carmelitas descalzas

El Obispado de Cádiz ha hecho caso a las 'recomendaciones' de los organismos sanitarios competentes, y continuando con la cadena de decisiones, también ha decidido 'recomendar'. Y en muchos templos diocesanos ya están las pilas de agua bendita más vacías que la piscina común de la urbanización de Roche y su correspondiente cartel informando de la manera que se puede observar en la imagen que capté el sábado no precisamente en una iglesia multitudinaria, sino en la capilla del convento de clausura de las monjas Carmelitas Descalzas de San Fernando, con las que los cofrades de la hermandad de la Misericordia estuvimos charlando apaciblemente esa tarde durante un prolongado rato.

Es extraño entrar en un convento de unas monjas cuya relación con el exterior no existe. Ellas viven de los víveres que les llevan, si la cosa se pone apretada apenas emplean unos escasos euros en alimentos de primera necesidad. La crisis hace estragos en los bolsillos de las familias y las descalzas son conscientes; la leche, el aceite, las alubias y el arroz ya no llenan las despensas de las hermanas, bien porque muchos tienen que guardar en las suyas ante los crueles tiempos que vivimos o por el criterio de priorizar la ayuda hacia familias "antes que a unas monjas". Pero ellas siguen ahí, desde siglos atrás cuando sus antecesoras, en su recoleto y austero convento, y conversamos a través de una reja. Nosotros nos sentamos en unas escuetas sillas de tijera y observamos sus rostros de bondad, sus atentas miradas y respondemos a sus preguntas interesándose por nuestras vidas, sobre lo que sucede en el exterior,... Algo surrealista, sí, más de una hora separados por una celosía de hierro, nuestro mundo se confiesa en el corazón de un convento donde no existen las estridencias, sólo las oraciones musitadas dedicadas a muchas personas -más de las que creemos- y como bastión de la modernidad internet; eso sí, apenas para comprar esos alimentos que pueden faltar y que un chico del supermercado les lleve varias cajas con un par de kilos de lentejas y algunas latas de conserva,...

No os puedo explicar qué sentido tienen los conventos de clausura. Tampoco es el objetivo de mi reflexión de hoy. Quizá me sea imposible porque en frecuentes ocasiones, y a tenor de lo que veo, se me hace cuesta arriba creer en Dios, creer en el ser humano,... ¿Seré un hombre de poca fe? Pero las monjas recuerdan tu nombre de la última vez que estuvistes allí, te dicen "José Carlos, ¿tienes trabajito?" y yo les digo que tiro como puedo mientras ellas siguen mis palabras con interés; y les cuento que me pongo a maquetar y diseñar hasta las tres de la madrugada, y en ese instante que les hago esa confesión les puede el respingo del simpático escándalo que les supone saber que a esas inusuales horas estás frente al ordenador. Sonríen y les comento que al menos no me levanto temprano, y vuelven a emanar una extraña y deliciosa fuerza de sus gestos, apenas perceptibles, lo justo para encontrarte con una paz inexistente fuera de aquellos muros ubicados en plena calle Real, donde en el exterior todo es ruido de obras por el futuro tranvía metropolitano, polvo depositado en los zapatos y carreras con teléfono en mano.

Son de clausura, pero espero que no se me enfaden por publicar la foto de Álvaro Baturone Salado, nieto de mi amigo Diego Salado, uno de los hombres más admirables y con más corazón que he conocido. Ellas me siguen haciendo novillos en su ordenador, y seguro que en ocasiones les entran ganas de reñirme por lo que escribo y divago. Pero nunca lo hacen cuando voy a verlas. Ni a mí ni a mis hermanos de la Misericordia.

¿De dónde, de quién sale la fuerza que te da un grupo de mujeres sencillas bajo un hábito marrón que miman la tumba de la futura santa cuyos restos custodian en su modesto patio, donde una lápida sin más aderezo ni ínfula alguna reza para siempre la leyenda 'Hermana María Cristina de Jesús Sacramentado'?

viernes, 2 de octubre de 2009

850 millones para la provincia gaditana en los PGE

Anoche vi un interesante debate -en ciertos momentos algo descarriado y no por culpa de la presentadora precisamente, señor Blanco- sobre las partidas destinadas para la provincia de Cádiz contempladas en los Presupuestos Generales del Estado de 2010. Fue en Onda Cádiz, en el programa La provincia opina. El vicesecretario general del PSOE, José Luis Blanco, trató de defenderse de las andanadas del edil gaditano de Hacienda, José Blas Fernández, y el experto en Economía Fernando Sicre. El primero curtido en discusiones y en política en general, no vamos a descubrir ahora a Pepe Blas, a cuyo despacho acudí casi diariamente durante años -hasta desesperar a Charo, su secretaria- en busca de noticias económicas del Consistorio gaditano y siempre mantuvimos una extraordinaria relación, y el segundo un profesional como la copa de un pino y gran conocedor de la situación laboral y económica de la provincia. Yo siempre he sido mucho de Sicre, la verdad, un tecnócrata que en debates de esta índole suele no conectar con los espectadores -jamás fue un político a pesar de haber ocupado la concejalía de Fomento- por su empleo de un lenguaje económicamente demasiado purista y elevado. Eso sí, Sicre, cuando quiere, lanza dardos envenenados. Ayer le dijo a todos que "no he suspendido las clases que doy para venir aquí y escuchar hablar del caso Gurtel o Filesa", cuando José Blas y Blanco empezaron a andarse por las ramas de lo que en realidad fue un preludio de próximos debates presupuestarios.

El dirigente socialista se defendió como pudo de frases gloriosas, "porque la gente va a las filas del paro como manojitos de boquerones", dice el edil de Economía gaditano. Sicre, por su parte, criticó duramente a Elena Salgado, definió la refoma fiscal como "un despropósito y una incoherencia" y José Blas volvió a la carga diciendo que las instalaciones construidas gracias al Plan E del Gobierno "tendrán que cerrar y se morirán de asco porque los ayuntamientos no tendrán dinero para mantenerlos". Fue a la yugular contra los sindicatos acusándolos de dejarse instrumentalizar por el Ejecutivo de ZP y aseguró que los bancos "no dan un duro a las pymes, que son las que crean empleo, cuando el PSOE les ha dado dinero para eso".

Y Blanco se defendió detallando las partidas presupuestarias para la provincia gaditana que seguramente serán hoy difundidas de manera oficial, pero ya adelanto algo. Dice el vicesecretario general del PSOE en la provincia que serán más de 850 millones de euros los que irán a parar a Cádiz con estas partidas como más relevantes:

-Segundo puente sobre la Bahía: 173 millones de euros.
-Desdoble ferroviario de la alta velocidad: 123 millones de euros.
-Tren tranvía metropolitano Cádiz-San Fernando-Chiclana: 23 millones de euros.
-Puerto de la Bahía de Algeciras: 125 millones de euros.
-Inversión en el puerto de Cádiz: 19 millones de euros.
-Inversiones en el aeropuerto de Jerez: 26 millones de euros.
-Barcos de aprovisionamiento de combate con sede en la Base de Rota (sin especificar).
-Catedral de Cádiz: 3 millones de pesetas (sic).
-Plan de Reindustralización de la Bahía de Cádiz con partidas incluidas para el Campo de Gibraltar: 165 millones de euros.

Un fiasco, según José Blas Fernández. Y Sicre asegura que lo decidido a nivel estatal será extrapolable a la provincia, es decir, descenso en inversiones en tecnología I+D, recorte de partidas presupuestarias para Defensa "cuando Rota mantiene una altísima dependencia en este sentido" y bajada en Fomento, "tres pilares que precisamente pueden generar riqueza en la provincia gaditana".

Matices, subjetividades y broncas con la razón de parte de todos y de nadie se sucederán en estos próximos días.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Cádiz 0, Trabajadora 3

Joder, cómo están las cosas en el Cádiz CF. Y ya no hablo en el ámbito meramente futbolístico, que es lo que parece que nada más importa a muchos de golpe de pecho y venas marcadas los domingos. Hay otras cosas, y muy importantes. Reproduzco una nota de prensa que me envía el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) sobre la movida con la empleada Ana Valverde. Me limito a plasmarla, no a opinar. Estos del SAT parece que no se andan con remilgos. Y aunque tengo decenas de fotos de aquellos tiempos en los que trabajé con Ana y muchas vendrían como anillo al dedo, voy a tratar el tema gráfico con la misma imparcialidad que el textual, y pongo una foto de uno de los carteles de la campaña Ahora más que nunca que se gestó en el que fue mi departamento de Medios y Comunicación. Ana se hartó de currar en aquella lucha por no perder abonados tras el descenso a Segunda, en el verano de 2006. Una campaña que seguro que algunos dicen por ahí que fue idea suya. Je.

El SAT también remite las sentencias. Contienen datos enormemente reveladores. Pero lo dejamos ahí.

"CADIZ C.F. 0 – TRABAJADORA 3

Mediante el presente escrito, desde el Sindicato Andaluz de Trabajadores/as queremos denunciar públicamente el grave incumplimiento de normativas laborales en el que continuamente parece recaer la Gerencia del Cádiz CF con algunas trabajadoras de su plantilla.

El ejemplo más grave y reciente de esa transgresión contante de la legalidad lo hemos vivido en la persona de Doña Ana María Valverde González, quien, a pesar de llevar trabajando en el club desde el año 2004 y de tener un contrato por obras y servicios que aún no había finalizado, resultó impunemente despedida en enero de 2009 argumentando “causas económicas, organizativas y productivas”. Las condiciones en que se realizó el despido fueron tan inaceptables que ni siquiera se le entregó a la trabajadora despedida la indemnización a la que legalmente tenía derecho (2.440,62 euros), ya que, según le manifestó el propio club, no había dinero para abonársela.

La trabajadora obviamente no aceptó el despido y, tras no encontrar el apoyo necesario en su delegado de personal, se dirigió a nuestro sindicato, donde acordamos presentar demanda solicitando su nulidad y exigiendo el regreso inmediato de la trabajadora a su empleo.
El juicio del caso se celebró el día 1 de abril de 2009 y a él acudieron para justificar el despido de Ana el Presidente del club, D. Antonio Muñoz, el abogado del Cádiz CF (y presidente del consejo local de hermandades y cofradías) D. Martín José García y un “auditor-censor jurado de cuentas” que se llevaron como testigo para demostrar la presunta crisis económica del Cádiz.

Pero las reiteradas y preparadas exposiciones de tan insignes señores no lograron rebatir los sencillos argumentos de Ana y de su abogado, de tal forma que con fecha de 21 de abril el Sr. Juez titular del Juzgado de lo Social nº 3 de Cádiz dictó sentencia declarando el despido nulo y condenando al Cádiz C.F. a la readmisión inmediata de la trabajadora. (Cádiz 0 - Ana María 1).

Con una sentencia tan clara, cualquier entidad mínimamente coherente o que, al menos, tuviese un elemental sentido de la justicia habría readmitido automáticamente a Ana con todos sus derechos e, incluso, se habría excusado con ella por lo ocurrido. Pero el Cádiz CF no actuó, desgraciadamente, así. En primer lugar (y aunque no tuvieron más remedio que readmitir obligatoriamente a la trabajadora) no se conformaron con la sentencia y la recurrieron ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía; obviamente, están en su derecho, pero no nos parece (ante la contundencia de la misma) la actitud más coherente, ni tampoco la mejor opción para intentar corregir lo sucedido. Y, en segundo lugar, tras la obligada readmisión de la trabajadora, lo primero que hicieron con ella fue imponerle forzosamente el disfrute automático de sus vacaciones anuales, con la intención evidente de eludir su presencia y aparentar, así, que no habían perdido nada. Legalmente todo trabajador debe conocer sus vacaciones con, al menos, dos meses de antelación, salvo, al parecer, esta trabajadora del Cádiz, a la que el club aplica una estrategia absolutamente discriminatoria y vergonzosa que, a nuestro juicio, roza ya el acoso y la persecución más evidente. Desde el SAT, como no podía ser de otro modo, presentamos una nueva demanda por esta nueva agresión. El juicio se celebró, y con fecha de 16 de julio de 2009 la señora juez sustituta del Juzgado de lo Social nº3 de Cádiz dictó sentencia declarando la nulidad del periodo vacacional y condenando al Cádiz C.F. a restablecer el derecho de la trabajadora al disfrute del periodo vacacional para el año 2009. (Cádiz 0 - Ana María 2).

Pero aquí no queda la cosa, tras la readmisión y días antes de la finalización de las vacaciones forzosas (luego declaradas nulas por sentencia judicial firme) la trabajadora recibió del Cádiz una nueva carta de despido alegando, como vulgar excusa, el bajo rendimiento de la trabajadora. ¡! Pues claro ¡! ¿Como va a rendir la trabajadora estando de vacaciones forzosas? El propio Cádiz C.F reconocía, esta vez, la improcedencia del despido con la clara intención de quitarse de en medio definitivamente a Ana María a cambio de una indemnización a razón de 45 días por año. Pero, ni nuestro sindicato, ni la propia trabajadora estuvimos dispuestos a aguantar esta nueva agresión y presentamos una nueva demanda ante el juzgado, esta vez por evidente vulneración de derechos fundamentales, puesto que Ana María (antes de ser despedida por segunda vez) comunicó a la empresa su deseo de representar sindicalmente a los trabajadores/as del Cádiz, que así lo deseasen, bajo las siglas de nuestro sindicato, SAT. Aunque más que un deseo era una acción de primera necesidad, ante el aluvión de agresiones que estaba recibiendo de la empresa y el desamparo más absoluto que experimentó por parte de los miembros del comité de empresa (compuesto íntegramente por delegados de CC.OO), los cuales, no sólo no apoyaron a la trabajadora en ningún momento del proceso, sino que, según declaraciones del letrado del Cádiz efectuadas en el primer juicio, estaban de acuerdo con la decisión tomada por la empresa. Para más INRI, el presidente del comité de empresa acudió al segundo juicio por despido como testigo citado por el Cádiz (aunque no les sirvió para mucho). El juicio se celebró, y con fecha de de 25 de septiembre de 2009 el señor Juez titular del Juzgado de lo Social nº2 de Cádiz dictó sentencia declarando el despido nulo y condenando a la empresa a que readmita a la trabajadora en su puesto y le abone los salarios dejados de percibir desde el día siguiente al cese hasta el día anterior a la readmisión. (Cádiz 0 – Ana María 3) ¡! HAT TRICK ¡!

De nuevo el Cádiz pierde un partido, aunque esta vez única y exclusivamente, por la ineficacia y prepotencia de sus dirigentes. La soberbia demostrada, al emperrarse en echar un pulso a las decisiones judiciales y poner de patitas en la calle a Ana María a cualquier precio, les ha llevado a pagar el sueldo íntegro de 9 meses, más pagas y vacaciones a una trabajadora que no ha pisado su puesto de trabajo. No creemos que esta deplorable gestión les haga mucha gracia al resto de accionistas de la entidad. Aunque quien más ha perdido en todo esto es, sin duda alguna, la trabajadora, que lleva casi un año sufriendo las crueles decisiones de estos señores, calvario que ha repercutido sensiblemente en su salud física y mental.

Para nuestro sindicato lo ocurrido con esta trabajadora es totalmente inaceptable. No se puede comprender que un club con la imagen pública del Cádiz, que hace bandera constantemente de su gaditanismo y que llama sin cesar al esfuerzo y apoyo de todos los gaditanos/as tenga, sin embargo, esta forma de actuar con una trabajadora gaditana que sólo aspira a mantener su trabajo y ganar un sueldo dignamente (¡¡quien se puede creer que los presuntos problemas económicos del Cádiz se iban a resolver despidiendo a una trabajadora “mileurista” contratada para “venta de entradas”!!). Y aún menos normal resulta, siempre desde nuestro punto de vista, que esa práctica sea defendida por una persona que, como Presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, tantas veces ha exaltado en sus intervenciones el respeto, la tolerancia y la caridad entre los seres humanos. Si no recordamos mal, Jesús, el del evangelio, el crucificado, el que las hermandades exhiben en sus pasos de Semana Santa, siempre estuvo al lado de los débiles y en contra de los poderosos, defendió a los pobres y no a los ricos. Lástima que muchos de sus actuales seguidores olviden, al parecer, tan a menudo ese importante matiz.

Desde nuestro sindicato animamos a todos los trabajadores y trabajadoras a, que como Ana María, luchen hasta el final por su puesto de trabajo y a no permitir que un empresario pisotee sus derechos laborales impunemente. En los tiempos que corren, un puesto de trabajo es un bien muy preciado y hay que luchar por él hasta el final aunque el camino, con empresarios tan desalmados, sea largo, duro y tormentoso.

También queremos agradecer públicamente a nuestro letrado Francisco Javier García Páez su dedicación, interés y el buen trabajo realizado esperando que, al menos en este caso, no tenga que volver a intervenir, aunque mucho nos tememos (conociendo el “modus operandi” de estos señores feudales del siglo XXI) que no será así.

Por último nos gustaría hacer una mención especial a la presentadora y algunos comentaristas del programa de Onda Cádiz, “El submarino amarillo” quiénes en un alarde de desinformación supina o en un derroche de servilismo periodístico, comentaron en el citado programa algo así como que “el despido de esta trabajadora era una cosa normal que ocurre todos los días en las empresas”, avalando en todos sus términos la postura adoptada por la empresa. Nos gustaría saber con qué eminentes disquisiciones nos deleitarán ahora tan doctos tertulianos después de conocer el resultado de la tercera sentencia.

SINDICATO ANDALUZ DE TRABAJADORES/AS
(UNIÓN LOCAL DE CADIZ)".