Más allá del morbo que el público siempre está dispuesto a ver sobre las cuitas en el seno de la Iglesia Católica y más a la hora de hablar sobre todo lo concerniente al Papa, el interés de «Cónclave» radica en debatir apasionadamente en grupo si la estrategia del cardenal Lawrence (Ralph Fiennes) a lo largo de la película es producto de su celo por mantener el buen proceder y la moralidad de la jerarquía vaticana o de su ambición por llegar al papado. Lawrence manda investigar, incluso rompe las reglas de la ética y la moral para que el puzzle se vaya conformando eliminándose a los candidatos ¿por sus pasados que afectarían al papado o para su provecho a la hora de aspirar a ser Santo Padre?
Esto, más allá de las fáciles muestras de lo que hay bajo las alfombras del Vaticano, es lo mejor de una película que no he comentado en estos meses desde que la ví hace ya tiempo porque es muy susceptible de ser pasto de spoiler. Pero en estos días, entre los Oscar y la actualidad que rodea al Papa Francisco, me habéis pedido mis comentarios, de modo que sin montar, preparar ni nada, ahí va una grabación 'a pelo' sobre «Cónclave» en #UltimoEstreno, una película solvente pero cuya justificación para que "suceda lo que sucede" da la risa floja en un guión adaptado sorprendentemente premiado. Ya se sabe que las historias que se enredan o crean autores mediocres terminan con todo el elenco criando malvas... o con una potente bomba que cambia radicalmente el devenir de los hechos.
Más allá de lo sinóptico de «Cónclave», la película está cuidada en su factura, en la puesta en escena de algo que se desarrolla a puerta cerrada y que nadie conoce porque los cardenales no pueden contar lo que sucede en sus reuniones para dirimir el papado. Llama la atención la intencionada actualidad con la que la película está narrada desde su exposición de motivos: El Papa no muere en las dependencias vaticanas, sino en una residencia adjunta a San Pedro... que precisamente es donde reside Francisco habitualmente, y el énfasis de la pugna entre purpurados progresistas y conservadores presenta muchas connotaciones actuales.
También merece la pena detenerse en la banda sonora. La música compuesta por Volker Bertelmann, del cual ya hablamos en la interesante «Sin novedad en el frente», no se basa en leit motivs sobre los personajes que aparecen en pantalla, sino que cumple una función descriptiva y atmosférica. En este sentido, desempeña un papel idéntico al que desarrollaron scores como los de Richard Robbins para «Lo que queda del día» o el francés Armand Amar en «Amén», cuyos temas de inicio de ambas películas caracterizados por sus obstinatos, aumentan la sensación de presentación de situaciones, suspense en el espectador y de desenlaces contrarreloj. La llegada de los cardenales al cónclave nos hace recordar ineludiblemente a los primeros minutos o a la secuencia de la cadena de vehículos de «Lo que queda del día» llegando a aquella reunión secreta donde los 'notables' iban a dirimir el futuro de Europa ante la irrupción de la Alemania nazi, de igual manera que los planos de Costa Gavras con los trenes hacia los campos de concentración en «Amén».
Enlace a la crítica de «Cónclave» en #UltimoEstreno: https://youtu.be/d2ZjTVsqh14?si=k2SzMIqU79tY7OYa
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