Independientemente de que la llorera ha sido descomunal al verlo -termino el año sin emocionarme con ninguna película y lo hago con esto-, y que hacer algo nuevamente con un icono de esta categoría resulta bastante arriesgado, lo cierto es que lo que viene a demostrar es que, a pesar de los años, nada menos que treinta y siete, ET es inmortal.
Hay ocasiones en las que mencionas la película y el personaje y te hacen una mueca como de cine ya 'desfasado' no solo en su género, sino en general. Y nada más lejos de la realidad. Las obras maestras perduran y en cuanto se regresa a ellas el mundo se moviliza. Solo con las cosas imperecederas sucede esto. Por eso, para mí, mis superhéroes preferidos -porque ET es para mí un superhéroe además de un Jesucristo renacido, como ya he explicado desde hace muchos años- me marcaron mi vida en los años 1978 y 1982 y los de ahora me importan un rábano.
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