jueves, 18 de julio de 2013

La muerte del cine


El 23 de agosto se reestrena en los cines 'Parque Jurásico'. La excusa para ello es su remasterización y haberla adaptado a 3D. Mejorar en imagen y sonido una película de tan solo veinte años de existencia es una soplapollez, teniendo en cuenta además la productora y el equipo técnico responsable de ésta, y volverla a proyectar es un ejemplo más del alarmante empobrecimiento en el que está sumido el cine desde hace ya tiempo.

Recuerdo perfectamente aquellos años noventa en los que la ceremonia de los Oscar nos servía para revisar secuencias de excelentes películas que, escasas semanas antes, nos habían dejado un estupendo regusto. No es necesario trasladarse a los años cincuenta o sesenta para reivindicar el buen cine, hoy perdido. Basta advertir -ya llevaba unos años haciendo mi programa cinematográfico en la radio- que en 1991 competía 'JFK' con 'Thelma y Louise' o 'La bella y la bestia', y varias ceremonias después, 'Lo que queda del día', 'En el nombre del padre' o 'La Lista de Schindler', que era realmente la película que quería rodar Spielberg en aquellos años 1992 y 1993, no la de los dinosaurios. Pero a los que le daban la pasta para ello les sonaba a locura rodar un filme de tres horas en blanco y negro y de nuevo sobre nazis malísimos. Al final los convenció haciendo como el que rodaba 'Parque Jurásico', a la que no le prestó atención durante la mitad de la producción. De hecho, con la excepción de alguna que otra secuencia o detalle -el velociraptor dejando su marca al respirar en el ojo de buey es absolutamente spielbergiano- la película me pareció una gilipollez, por mucho que John Williams estuviera inspirado -no más que en otras y en este caso con un tema principal deudor de 'El color púrpura' de Quincy Jones- y los bichos se movieran a sus anchas. Si en 1993 la ILM no era capaz de hacernos creer a los dinosaurios, entonces apaga y vámonos. Claro que la Digital Domain quería que nos tragáramos lo del Titanic cuatro años después y los FX eran una mierda. Sirva como ejemplo aquel plano general del barco de popa a proa en el que los tripulantes se mueven como el protagonista del 'Manic Miner', aquel osito bimbo del famoso juego de ZX Spectrum del año 1982.

Me detengo cebolléticamente en décadas pasadas y me quedo sin hablar de ese estupendísimo ejemplo de la situación del cine actual que demuestra la originalidad con la que nos topamos en las pantallas: veinte años después, y nos colocan 'Parque Jurásico'. Recientemente hemos visto otra película de temática inédita, la releche como soplo de aire fresco: trata de aquel superhéroe del que hicieron ya un buen puñado de películas y hasta la Cannon se atrevió a estropear la saga con su cuarta parte. Lo bien que estábamos recordando a su protagonista con aquel golpe de cojones dando la vuelta al mundo para que su insulsa amada no sufriera aquel accidente en su coche. O su enfrentamiento con los tres cabrones más grandes del universo vestidos de coro de eurovisión. Y aquella ostia en el bar en el que Superman descubre que tiene sangre, ¿qué? Si ya nos contaron hasta la humanización humillante del hijo de Jor-El, si ya John Williams hizo la música inmortal del superhombre, ¿para qué puñetas lo convertimos en un personaje 'oscuro', cuentan algo innecesario, contratan a Zimmer para que haga las mismas mierdas que lleva haciendo desde hace años y, lo peor de todo, algunos aplauden semejante timazo? ¿Desde cuándo Superman ha sido un personaje 'oscuro'? ¿En qué se parece a Batman, a Spiderman, aparte de lo pleonásmico de su reaparición en las pantallas?

Lejos de vericuetos sobre los cómics, que no me interesan, volvamos al originalísimo cine de hoy día. ¿Necesitaba Sam Reimi producir un remake de 'Evil Dead'? Menos mal que Roque Baños nos consuela. ¿Cuántas más van a salir sobre Bat Man, Harry Potter? ¿La nave de Star Trek ha sufrido ya los suficientes reciclajes? Cuando Robert Wise acudió invitado al Festival de Sitges en 1995, le entrevisté y me habló con absoluta desidia ya de la primera. Entonces, ¿para qué once secuelas más? Si ya conocemos la historia de Gatsby, ¿es necesario que nos la cuenten de nuevo?

Una lástima, pero la fe en el cine es algo que he perdido casi por completo. No digamos ya de aspectos técnicos fundamentales como su música. Aviso a los navegantes: Las taquillas han tocado fondo el pasado mes de mayo, cuando en un fin de semana, todos los cine de España apenas llegaron a recaudar algo más de dos millones de euros y solo 300.000 espectadores acudieron a las salas. No me invento las cifras, aquí están pormenorizadas: http://www.diariosur.es/20130618/mas-actualidad/cultura/recaudacion-taquilla-espanola-toca-201306180108.html.

Basta fijarse en los títulos de las películas estrenadas en ese momento: una tercera y una sexta parte de dos sagas, por poner varios ejemplos. ¿Crisis o divorcio de espectadores ante filmes sonrojantes? Si fuera lo primero, se verían afectados otros ámbitos relacionados en mayor o menor medida con el mercado audiovisual. Pero las cifras revelan que no es así: el mercado mundial de vídeojuegos alcanzará un valor de unos 76.000 millones de dólares estadounidenses a finales de 2013, lo que significará un crecimiento de 9% respecto al año anterior, de acuerdo con la firma de análisis Business Insights.

El cine ha muerto. Viva el cine.

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