viernes, 2 de noviembre de 2007

La chapuza del tranvía

Padua es una mediana localidad italiana, centro neurálgico del Veneto, similar en extensión a San Fernando, con una población algo superior. Este pasado verano la visité en un viaje a un país de numerosas similitudes con España en cuanto al comportamiento ciudadano. Los italianos son aspaventosos, vivarachos, les gusta vivir la noche y son un auténtico desastre en cuanto al orden en las colas de los taxis, trenes, autobuses,... En definitiva, son latinos, venden frutas en plazas públicas, gritan mucho y la picaresca les puede. Mucho más divertidos, por tanto, que los británicos o daneses...

Padua tiene la plaza más grande del mundo. Ellos al menos así lo aseguran y rechazan de plano que sea San Pedro de Roma la mayor del planeta. Un río y un rosario de estatuas de grandes hombres italianos circunda el Patro della Valle. Como también la rodea un tren tranvía como el que os muestro en la fotografía.

La imagen la capté a sabiendas de la polémica existente en San Fernando y Sevilla con respecto a la puesta en funcionamiento del tren tranvía. Y lo hice para que, una vez más, y a pesar de que Italia se parezca a España y entre sus ciudadanos también podamos establecer esa similitud, aprendamos de las cosas bien hechas. Sobre el turismo y sobre el tranvía tenemos mucho que aprender del país romano.

Los sevillanos ya viven entre una maraña de cables y postes enormes y enlutados de los que se alimentan las máquinas que recorren el casco histórico de la capital hispalense. Hace varios días, uno de los tranvías descarriló. La polémica ha vuelto a la calle, si es que alguna vez desapareció. El faraónico proyecto para cercenar el celaje del cielo sevillano y la vista de su maravillosa catedral lleva ya "comidos" más de 80 millones de euros. Su penoso paisaje de aceros y catenarias ha destrozado la belleza de la luz de la ciudad.

En San Fernando se prevé contar con algo parecido. Demasiado similar. Siempre he conocido por mi profesión periodística, que la intención de los gobernantes municipales en La Isla ha sido peatonalizar la calle Real. Ahora le incluyen un tranvía. De acuerdo. No pertenezco al grupo de los que rechazan la idea porque me gustaría ver el centro neurálgico de La Isla con establecimientos hosteleros y terrazas, paseantes que disfrutan plácidamente de los escaparates, bicicletistas en armonía con los viandantes y el agradable sonido del bullicio humano mezclado con el del piar de los gorriones. Pero de eso a meter un monstruo que enmarañe el cielo isleño como si el mismísimo Spiderman hubiera lanzado su tejido sobre la ciudad hay un abismo.

En Padua tienen la oportunidad para comprobar que es posible un tranvía sin catenarias. Si les pilla lejos, les muestro la fotografía. No es un montaje ni se ha borrado nada con Photoshop. Lo vieron mis propios ojos y así lo plasmo. ¿Cómo es posible que una ciudad universal como Sevilla habilite una red tranviaria sin energía propia en las máquinas y destroce su entorno? ¿Acaso es un pueblo de mala muerte sin dinero ni existen administraciones para que no se produzca este esperpento? El propio alcalde socialista, Alfredo Sánchez Monteseirín, es consciente de lo que sucede. Pinchen en este enlace y verán lo que ha prometido ante la evidencia del error consumado: http://www.20minutos.es/noticia/284321/0/recorrido/utilizar/catenarias/

Y en San Fernando....¡Ay, esta Isla de mis culpas! Algunos cegatos protestan contra el tranvía porque molesta a las procesiones de Semana Santa. Como si eso fuera lo más grave. Se pregunta el porqué de tanto cable previsto y se nos dice que los tranvías con energía propia o a través del raíl "son muy caros". ¿Acaso un proyecto de esta envergadura no bien merece echar el resto y llevarlo a cabo con la perfección que merece la ciudad? ¿Creen que ese impacto visual desaparecerá en un futuro como en Sevilla parece que ocurrirá? Si dudamos de que en la capital hispalense se cumpla lo dicho por su primer edil, ¿vamos a confiar en los políticos de andar por casa del PA y del PP en San Fernando?

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