jueves, 7 de junio de 2012

San Fernando

Interesante debate el que ha suscitado la fotografía desde esta mañana en facebook. La capté ayer.

Creo francamente que San Fernando tiene un problema endémico tanto identitario como de autoestima. Lo fácil es culpar a los gobernantes municipales de que veamos desde hace tiempo colchones, restos de mesas y televisores en cada esquina de calle, pero no creo que sea problema de efectividad política, que también lo es. La clave se encuentra en la necesidad de que tanto los gobernantes como los ciudadanos sean conscientes de que vivimos en una localidad sucia por culpa de todos, con el pavimento ennegrecido, fachadas desconchadas y descuidadas, señales de tráfico que se ocultan con bolsas de basura cuando no tienen utilidad, cables como chorizos culares en todas las paredes, cajas eléctricas, zapatos colgados de farolas, papeleras inexistentes, un litoral sin explotar, una calle Real que se asemeja a un pueblo serrano en lugar de costero -atrás quedó aquel PGOU de 1992 y su 'Isla mirando al mar'-, olores nauseabundos y un nulo sentido del turismo, amén de obviar los atractivos universales que suponen figuras como Camarón o el cultivo piscícola.

No, San Fernando no es capaz de ver eso. Los isleños contemplan su Iglesia Mayor con su catalogación monumental y cuatro contenedores de basura a dos metros de su fachada y nadie dice nada. El cajellón Virgen de la Soledad presenta una torta de alquitrán enorme extendida para nivelar el paso de dos procesiones (!) y aún está ahí cuando ya hemos llegado a junio. Los cables atraviesan de fachada a fachada y nos encogemos de hombros. No hace falta compararse con grandes capitales. Si un turista (rara avis en San Fernando) venido por ejemplo de Padua -donde existe un tranvía sin un solo cable y monorraíl- decide darse una vuelta por La Isla y contempla sus calles y viviendas, se echaría las manos a la cabeza.

Todo esto no sucede desde hace un año, sin que ello signifique que esté exculpando al actual equipo de Gobierno municipal, al que le impongo su culpa alícuota del asunto. Hace décadas que el isleño decidió dejarse llevar por los sones de los tambores y cornetas -que tampoco ha sabido transformarlos en generación de riqueza- escondiendo la cabeza bajo el ala mientras contempla cómo se desintegra la razón de ser de una ciudad de 100.000 habitantes que vio desaparecer sus instalaciones militares sin tener preparado el relevo, que vio cómo en 2008 se quedó sin un periódico generalista propio ante la indolencia general y el mutismo político; que existen barrios enteros de monstruosa fealdad constructiva sin que se haya tratado al menos de 'hacerle un apaño' o, como mal menor, evitar contribuir con los destrozos arquitectónicos en el Cristo, la Pastora, la Iglesia Mayor,...

El problema de San Fernando es idiosincrático y mucho me temo que sin solución, porque ni sus ciudadanos son conscientes de la necesidad de acabar con una ciudad más africana que europea ni sus políticos tienen la talla suficiente como para capitanear un cambio que evite imágenes como la de una foto que se repite constantemente a lo largo y ancho de un urbanismo anárquico, en una ciudad mal hecha y nefastamente diseñada en su expansión desde hace treinta años y con un tejido empresarial débil y enfermo. Eso sí, siempre nos quedarán las procesiones 'de guardia' cada fin de semana y la playa de Camposoto con unos accesos repletos de condones cada mañana.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Astilleros

Me solidarizo con los trabajadores de Astilleros y creo que, desgraciadamente, la única solución posible a la situación actual de todos es liarla parda. Sólo un consejo: ¿Podríais marchar a las sedes de las instituciones y partidos políticos y quemamos allí lo que encontremos, y dejamos el puente en paz? Es una sugerencia que además agradeceríamos los ciudadanos que os apoyamos. Congestionar las vías de entrada y salida a Cádiz y otras medidas que afecten a los ya de por sí cabreados ciudadanos sólo conseguirán que los tengáis en contra y además los políticos os utilicen para colocaros frente al resto de la sociedad.
No es por ser incendiario, pero las cosas estallan quiera o no quiera uno, de manera que si se sale a la calle por las malas ya que por las buenas no se soluciona nada, ¿qué mejor que marchar hacia el centro neurálgico de quienes están causando esta cada vez más insostenible situación?
(Fotografía: La Voz de Cádiz)

lunes, 28 de mayo de 2012

Julia Otero y TVE

Me sorprende que Julia Otero regrese a la televisión y lo haga contratada por TVE, dados los recortes que teóricamente están aplicando en el ente público. También me resulta chocante ideológicamente y, de hecho, dirigentes del PP han manifestado con la boca pequeña que "hemos metido al enemigo en casa". Aunque dudo de que la televisión sea la casa de los populares que, tras medio año gobernando, no se enteran de lo que se emite, televisión da una imagen anárquica en el ámbito deontológico y ni siquiera han sido capaces de nombrar a un director general. Desastre total, se llama.
Pero lo que más me llama la atención es que Julia Otero, a la que sigo en Onda Cero y me parece una periodista de lo más destacado de este país, comience un programa 'serio' en una televisión pública, y la carta de presentación sea una entrevista a Cayetano Rivera. Debe ser que no hay más personalidades que analizar en la televisión que pagamos todos, ya sea en el ámbito de los toros o de cualquier otro. Al final, la gente verá Gran Hermano, y quienes quieran ver otra cosa, se encontrarán en la televisión estatal con un personaje hecho a medias con papel cuché y sin entidad para un espacio de esas características.

domingo, 27 de mayo de 2012

Krahe y la blasfemia


A mí lo de Javier Krahe por el cortometraje aquel que, precisamente se rodó para Alcances en 1977, no me parece una blasfemia como para declararle anatema, entre otras cosas porque al cantautor creo que le importaría tres puñetas que la Iglesia lo apartara.Yo lo que observo es un producto cinematográfico de pésima calidad y guión paupérrimo, además de un mal gusto superlativo. Generalmente sucede que quienes quieren crear hilaridad sobre temas religiosos o simplemente cachondearse de nuestras creencias caen en un mal gusto que denota la pobreza de sus ataques. Meter un cristo crucificado en el horno untado con mantequilla y decir que a los tres días sale solo no es blasfemo: es una porquería de chiste que no tiene gracia alguna y además resulta tan grotesco como sustituir el crucifijo por una imagen de Buda o Kurt Kobain, por decir algo. Aunque entonces habría que cambiarle la supuesta gracia en el guión. Eso sí, a ver quién se atreve a meter en la fuente el Corán y que a los pocos días salga el libro gordo de Petete. "Pa echá cohone hay que tenerlos", que dice mi buen amigo Paco Belizón...

Ver noticia:  http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/05/26/actualidad/1338051427_175989.html

PD: Un saludo a los lectores a los que les agradan mis misceláneas sin desperdicio, de las que me siento muy orgulloso (curiosos, busquen en el archivo -noviembre 2011-). El problema de alguno no es que sea incapaz de escribir una sola línea así porque no tiene ni puta idea de escribir. Lo grave es que no puede secundar lo que en ellas se expone porque no cumple ni una sola de las condiciones expuestas para gobernar con la cabeza alta. Un desperdicio, y bastante torpe, eres tú, embustero compulsivo. Hasta nunca.

sábado, 19 de mayo de 2012

Villarreal Vs Castellón

Llevo leyendo desde hace días una buena cantidad de lamentos con el descenso del Villarreal a Segunda División.
Yo es que lo del trauma por lo que le sucede a este equipo no lo entiendo. ¡Si nunca fueron nada hasta hace un cuarto de hora y a golpe de talonario con dinero de la construcción! El equipo de allí de toda la vida, clásico donde los haya por todos los campos de España, siempre fue el Castellón, con sus camisetas a rayas blancas y negras, Castalia inexpunable, Vicente del Bosque de jugador,... Ahora está en Tercera y nadie se araña la cara.
En la foto, de mi amigo Paco Martín, el partido de Copa Cádiz-Castellón del año 2006, una de tantas que tengo de mis años en el club. Curiosa la publicidad en sus camisetas.
Por cierto, toda la suerte del mundo al equipo amarillo para mañana y el próximo domingo. Me invita a la reflexión que, siendo Cádiz la capital mundial del paro, en donde nadie tiene un duro y ya estamos robando en los supermercados como hábito creciente según me cuentan, se cuelgue el cartel de 'No hay billetes' en pocas horas para un partido contra un filial. País, que diría Forges...