domingo, 10 de mayo de 2020

David O. Selznick


Si este tío malencarado y que mira con aviesa intención ('bizcotur', que así lo definiría Cela en su papel en 'La colmena' si hubiera pasado por el café La delicia) no hubiera nacido un día como hoy, Hitchcock nunca hubiera rodado en Hollywood, no existíría 'King Kong' y tampoco 'Lo que el viento se llevó', por decir solo un par de títulos sagrados del cine.
Tenía tanto olfato para la pantalla como hijoputez con los directores que trabajaban para sus proyectos. Era el típico productor que llegaba al rodaje y había que hacer lo que a él le apetecía, o te cortaba la película en el montaje y te quitaba o ponía actores. Con Hitchcock terminó casi a puñetazos y después las tuvo gordas con otros grandes directores, entre ellos George Cukor, al que hechó precisamente de 'Lo que el viento se llevó' tras un año de trabajo al acusarlo de maricón.
En este folletín de cuatro horas tuvo suerte, porque a pesar de notarse que hasta cuatro tíos se colocaron tras la cámara para hacerla, lo mal que están algunos actores, lo insoportable que es su protagonista y la pobreza de sus diálogos, dejó para la historia una película intocable y sagrada para el 99% del personal, que llora a moco tendido en esa secuencia amanerada del puño en alto con aspecto de diorama belenístico navideño.
Siempre nos quedará Max Steiner, al que también jodió lo que pudo David O. Selznick, un grande a pesar de todo. #UltimoEstreno

martes, 5 de mayo de 2020

63 años de la Hermandad de la Misericordia


5 de mayo de 2020. Tal día como hoy, pero de 1957, se fundaba la Hermandad de la Misericordia de San Fernando.
Es un aniversario vacío como lo fue la Semana Santa. A mediados de marzo comenzábamos a vivir la actual situación, provocada por el COVID-19. A Aurora, hace unos días, se le ocurrió una buena manera de insuflarnos esperanza, ánimo, alegría, solidaridad, fe... Conceptos que, unidos a tantos otros, solo nos lo pueden dar, tras estos casi dos meses de confinamiento, Nuestro Padre Jesús de la Misericordia y María Santísima de la Piedad.
La necesidad de sentirlos cerca mueve montañas, de agradecerles tantas décadas de vida de hermandad, de habernos conocido hace ya sus años gracias a Ellos, de disfrutar de las amistades conjuntas... pero sobre todo de rezarles por las miles de víctimas mortales que ha provocado esta pandemia, por nuestras familias, por nuestros hermanos y amigos, algunos de ellos que han visto muy de cerca este virus.
Así que, con un ramo de flores enlazado con los colores azul y negro, hoy hemos depositado nuestra dádiva a los pies del Señor. Como un regalo de aniversario, como un gesto de gratitud por seguir dándonos fuerza para vivir.
La Iglesia de la Pastora permanece cerrada desde hace más de mes y medio. Entrar allí por petición expresa y gracias a la generosidad de nuestro párroco, Luis Palomino, y del hermano mayor de la Misericordia, Jesús Fernández Aranda, que cariñosamente nos han permitido este gesto durante unos minutos, ha sido como si el tiempo se hubiera detenido a mediados de marzo. Cosas que permanecen como se quedaron en aquellos momentos; las dolorosas continúan vestidas de hebreas, de tiempo cuaresmal; pequeños detalles... Un claro ejemplo de que la responsabilidad en forma de evitaciones de riesgos se ha cumplido.
Gracias de corazón. En nuestras oraciones van las de casi un millar de hermanos de la Misericordia... y millones de devotos agrupados o repartidos en su fe por tantos rincones de La Isla y de mucho más allá, desde donde llegan las plegarias al Nazareno pastoreño de rostro indeleble desde que alguien tocado por Dios esculpiera su rostro hace casi tres siglos, Alfonso lo hiciera carne en madera y la Virgen de la Piedad fuera concebida, hace ya 45 años, por el niño imaginero. Muchas felicidades, Misericordia.