El patrimonio festivo andaluz y en concreto gaditano es tan rico y variado que lo mejor es compaginarlo siempre que se pueda. Por eso vi la Final del
Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Teatro Falla en mi sofá, degustando roscos de Semana Santa, de los tradicionales de La Isla, por cada agrupación que seleccionaba para mis particulares primeros premios. Disfrutar de las coplas con el sabor del clavo en la boca se convierte en una maravillosa mezcla de sentidos que entran, incluso abruptamente, por los oídos, el olfato y el gusto, al que se le coloca la guinda de la noche con un barceló cola. De manera que no se puede estar mejor.
Ahora me retiro a mi cuartel de invierno en las noches del Carnaval que realmente me gustan, es decir, las de casi un mes de concurso. Yo soy muy de concurso y muy poco de calle, especialmente de la calle actual, de la que poco se aprende porque no es la que ensalza
Juan Carlos Aragón en su fallida comparsa de este año. Han sido once años -sólo interrumpidos en 2006- los que he asistido, acreditado, al concurso, y casi todos con su final. La mayoría de ellos apenas he faltado dos días, algún fin de semana para cambiar de hábitos en un par de noches, e incluso echaba de menos el incómodo pero maravilloso foso de los periodistas, las ocurrencias de
Enrique Alcina,
Cata Zambrano castigando a las ninfas con su mirada o
José Luis Porquicho perdiendo pelo por año que pasaba con cachondeo desde el Gallinero. Años antes ya había pisado el coliseo cuando desde
Radio La Isla retransmitíamos el certamen con
Jesús del Río en la locución,
Jesús Morilla como técnico y
Daniel Rodríguez Aragón (ay, amigo, cómo has subido de peldaños... Nos vemos esta noche) haciendo sus pinitos. Eran otros tiempos que prometíamos felices para aquella emisora...
Obviamente, no soy un experto en coplas ni por asomo, pero me he imbuido de comentarios, de charlas inconfesables en camerinos, de buenos y malos rollos entre autores en pasillos,... pasodobles, tangos y popurrís allá abajo o en el paraíso durante las preliminares para disfrutar de los disparatados comentarios de algunos con determinadas agrupaciones, como aquella cuyos componentes vestían de caracoles con un original 'sistema de arrastre' que hizo cierta gracia hasta que uno les espetó: "Anda ya y meterse en tomate...".
Yo, que no entiendo, disfruté este año con la extraordinaria comparsa de
Joaquín Quiñones -de una solidez temática, letrística y voces de las que adolecían otras también destacables- o el humor inteligente de
Selu García Cossío y nada fácil mostrado por alguna otra finalista. No me arañaré la cara por los premios porque no me va la vida en ello como parece que le ocurre a algunos que no pertenecen a ninguna agrupación que compite y ni por asomo son hermanos o primos de sus componentes. Disfruto y punto, bostezo con la aburrido, me entretiene Punto Radio con
Manolo Camacho y los extraordinarios comentarios de
Antonio Fernández Repeto y paso de la modita de las niñas de buscar por las calles o en el Tuenti ese a
Los trasnochadores de
Jesús Bienvenido como locas porque caducaron los tiempos de la comparsa de Aragón y ahora les toca a ellos aguantar al batallón de sobonas entendidas, mientras sus dos autores se tragan películas de
Tim Burton, del que estoy seguro son fervientes devotos a tenor de lo visto sobre las tablas del teatro. (¿Dónde habré visto yo ese bajo en forma de ataúd y ese individuo al final del popurrí vestido de negro, entre otros muchos detalles?).
También me resulta sorprendente que, entre diez noticias del teletexto de Canal Sur en el día de la Final del Falla, ni una sola se refiera a que esa noche se celebraba este acontecimiento, social y culturamente uno de los más importantes del año en Andalucía. Eso sí, nos podíamos enterar al leer que hay autobuses gratis para Sierra Nevada el fin de semana desde no sé dónde o una historia lacrimógena de un niño sudanés. Blam blam. Y aprovecho, en este comentario catódico, para felicitar a Onda Cádiz y a su personal por sus emisiones. Pura profesionalidad, simpatía, nada de encorsetamientos y sólo falta que no repitan más que el ajo la palabra "compañero" al referirse a ellos mismos. Y para ejercicio de autocomplacencia y onanismo televisivo, ya están otros.
Disfruten del fin de semana. Y no salgan esta noche, que es un asco, vayan a un fiestorro particular disfrazados como yo en un esfuerzo por ampliar mi Carnaval, que acabó hace escasas horas.