martes, 10 de marzo de 2020

En recuerdo de Max von Sydow: 'Pelle el conquistador'




Preguntado en numerosas ocasiones por sus mejores experiencias en su dilatada carrera en el cine, el actor sueco Max von Sydow -fallecido hace tan solo unas horas- citaba las películas en las que fue dirigido por Ingmar Bergman y un filme de 1987 que por entonces arrebató el Oscar a nuestra 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' representando a Dinamarca
Por mucho que nos pesara y tal como dije entonces, esta película a la que Max von Sydow tenía tanta estima era una auténtica joya. 
'Pelle el conquistador' contaba la dramática historia de un padre y su hijo dispuestos a emprender rumbo a Estados Unidos para salir de su paupérrima vida. Para subir al barco necesitan dinero, y la única manera que encuentran es trabajando en una granja en condiciones infrahumanas. La vida en este lugar obligará a Pelle a madurar a golpe de experiencias propias y ajenas. Contemplará las intrahistorias de las personas que le rodean, sufrirá la burla de los otros niños, luchará contra la propensión al alcohol de su padre... Pelle se hará adulto en un viaje a ninguna parte, en un frustrado intento por un punto y aparte que deberá emprender en solitario cuando ya es capaz de ello dejando atrás a su progenitor. 
Max von Sydow está inmenso en esta película. Y para contribuir al dramatismo de la historia, el compositor sueco Stefan Nilsson (1955) escribe una banda sonora amarga, con un tema pianístico que nos traslada la misma imagen de la dureza de la soledad del padre y del hijo y de sus vidas a nuestros oídos de una manera extraordinaria, empleado en varias ocasiones en el filme y que termina por desarrollar con orquesta -especialmente cuerdas- a la conclusión de la película. En el vídeo que esta noche os ofrezco, en memoria de Max von Sydow, os lo muestro. Antes, os he seleccionado dos secuencias: el inicio de la película con la salida de puerto del velero que primeramente toman Pelle y su padre, con el que es el otro tema musical más relevante del filme, de una belleza elegíaca brillante, en el que las cuerdas dejan paso al clarinete en la conversación entre ambos atemperando el momento dramático para regresar a los violines mostrándonos el barco alejándose del puerto sin hacernos olvidar antes la mirada enigmática de Pelle ante lo que se aproxima... Ya en el puerto, la banda sonora también juega un estupendo papel a la hora de mostrarnos al padre y al hijo tratando de encontrar a alguien que les socorra. La siguiente y segunda secuencia no tiene música. Os la ofrezco para ver cómo con el silencio también se construyen momentos, en esta caso el padre de Pelle ebrio ante los llorosos ojos del niño impotente. Posteriormente entra el piano con el tema que finalmente podéis oír en el final de la película ya desarrollado. 
Stefan Nilsson​ goza de fama en su país y no solo compone bandas sonoras. Desgraciadamente, es complicado encontrar obras suyas para el cine editadas y siempre son interesantes las BSO para las películas dirigidas por Bille August además de 'Pelle', como son 'Jerusalén' o 'Las mejores intenciones'. 
(Texto del libro en imprenta 'Las bandas sonoras para despedir el día')

domingo, 8 de marzo de 2020

La banda sonora para despedir el día... 'El secreto de la pirámide'/'Silverado'


Para la generación de los que hemos llegado recientemente a los cincuenta años, la década de los ochenta fue inolvidable en el cine. Hay películas que conforman nuestro particular cofre de joyas, algunas maravillosas en cuanto a calidad, otras no tanto, pero son patrimonio indiscutible de nuestro corazón cinéfilo. 
Es muy probable que queramos tanto a Steven Spielberg no solo por sus películas como director, sino también por aquellas que hizo posible estando detrás en su faceta de productor. Gracias a él, nuestros ojos de quinceañeros se llenaron de alegría, lágrimas o asombro con filmes como 'Poltergeist', 'Regreso al futuro', 'Gremlins' o 'El secreto de la pirámide'. Y con ellas, sus bandas sonoras, algunas que también forman parte de nuestra vida desde entonces y que, de manera enfermiza, no solo silbábamos días y días después de escucharlas en sus respectivas películas, sino que desde entonces no nos han abandonado. Cuando han aparecido sus ediciones discográficas en diferentes formatos, inmediatamente han formado parte de nuestra particular discoteca, costara lo que costara su búsqueda... y al bolsillo. 
Hoy, décadas después, contemplo mi propia sombra cuando ando por cualquier lugar y repentinamente estoy silbando el tema de los créditos de 'El secreto de la pirámide'. Debo estar enfermo, pero me importa un bledo si es así. Soy feliz con mis rarezas. 
Y precisamente en todo esto hay un compositor que juega un papel fundamental para nosotros. Hoy, 8 de marzo, cumple 76 años. Se trata de Bruce Broughton. Jamás pude imaginar, con 16 años, que varias décadas después iba a compartir no uno sino varios encuentros, charlas, intercambio de opiniones, alguna que otra cena y más cosas con el autor de aquella arrebatadora banda sonora.
Broughton es un extraordinario compositor, con un manejo de las melodías y un conocimiento del sinfonismo excepcional, que en los ochenta fue capaz no solo de musicalizar aquella pequeña joya dedicada a un joven Sherlock Holmes, sino también películas como 'Silverado' o 'Tombstone', demostrando su amor al western y el manejo orquestal y de las emociones de los personajes en filmes arriesgados, cuando el 'cine del oeste' no se encontraba en su mejor momento con los espectadores centrados en otros gustos. Después llegaron 'Los rescatadores en Cangurolandia', 'Moonwalker' y la ingrata labor de poner una brillante música a un filme con Michael Jackson como protagonista y plagado de sus canciones, lo que te deja en segundo lugar musicalmente hablando por razones obvias; 'Bambi 2', 'Milagro en la ciudad', etc.
Broughton ocupa un lugar privilegiado entre los amantes de la música de cine, pero en general no está incluido en el olimpo de los músicos para la pantalla. Creo que no tuvo proyectos de gran calado, películas exitosas, a partir de los noventa, y que hubiera necesitado filmes mayores para que su música llegara aun más lejos. Pensar que solo fue nominado al Oscar en 1985 por 'Silverado' es triste, porque su capacidad, sus conocimientos y su bagaje nos invitan a pensar que Broughton no ha dicho aun su última 'palabra musical'. 
El vídeo que os he montado incluye secuencias 'El secreto de la pirámide' y 'Silverado'. Comienza con los créditos, esa estupenda música sinuosa perfecta para acompañar los andares de ese enigmático personaje con sombra, con una instrumentación plagada de fugaces y dinámicos momentos maravillosos. Fijaos que, en cuanto finalizan los créditos, la siguiente imagen es la luminosa ciudad, cómo Broughton cambia la música, la hace 'abierta', el momento en el que Watson contempla la fachada del edificio tras bajarse del carruaje... 
La siguiente secuencia es inolvidable. El sacerdote en sus visiones de la vidriera y el soldado que sale de ella. Fijaos el papel de la música para acompañar. ¡Ojo, que las notas finales del atropello (03:13-03:17) nos indican algo! Metraje después, ya al rato, tendrá lugar la ceremonia de la secta con ese famoso tema musical que cantan durante el ritual. Os la enlazo inmediatamente. Efectivamente, ¿a que detectáis las mismas notas? ¡La música une las muertes y a sus autores en diferentes momentos del filme! Por cierto, las reminiscencias del tema con el 'Carmina Burana' de Carl Orff son diáfanas...
Ya tras esta película, os ofrezco tres cosas de 'Silverado': un vídeo del propio Broughton dirigiendo la 21st Century Symphony Orchestra en Viena interpretando el tema principal, una secuencia demostrativa de cómo la música acompaña a dos de los personajes y la tensión que provoca Broughton en el duelo final con sus notas y su percusión marcando el tempo. 

(Textos del libro en imprenta 'Las bandas sonoras para despedir los días').




martes, 3 de marzo de 2020

La banda sonora para despedir el día... 'Gringo viejo', de Lee Holdridge


Coincidiendo con el cumpleaños del director de cine Luis Puenzo, en febrero de 2019 grabé un pequeño vídeo que subí al canal UltimoEstreno de Youtube reivindicando su película 'Gringo viejo'.
Aproveché la ocasión para llamar también la atención sobre la extraordinaria banda sonora que el compositor Lee Holdridge escribió para este filme ambientado en la revolución mexicana y una particular relación entre los personajes interpretados por unos crepusculares Gregory Peck y Jane Fonda. 
Sensible y bella partitura aderezada con sones mexicanos para localizar la acción a través de la música, el vídeo tenía como objetivo situar esta banda sonora donde se merece al darme la sensación de que pasó inadvertida en su momento. 
Tanto es así que no me duelen prendas en comparar algunos pasajes con la alabada 'Leyendas de Pasión' de James Horner por razones que podréis ver y oír. Arriba tenéis el vídeo.

Hoy, 3 de marzo, es el cumpleaños de este estupendo compositor -76 años- que también tiene en su haber otras bandas sonoras dignas de mención como 'El señor de las bestias' o 'Al este del edén', la serie de televisión grabada en 1981 para la que compone un elegantísimo score que podéis escuchar en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=7ih7T1_uY7k

lunes, 2 de marzo de 2020

La banda sonora para despedir el día... 'Escarlata y negro'/'Amén'-Ennio Morricone/Armand Amard



El 2 de marzo de 1939 comenzaba el papado de Pío XII. 
El Vaticano había elegido nuevo pontífice, al que le tocó vivir momentos sumamente complicados, desde la Segunda Guerra Mundial hasta los avances del comunismo en la recta final de su pontificado. 
En el cine se me vienen a la memoria dos producciones en las que Pío XII juega un papel destacado. Ambas son de la etapa más controvertida de este papa, es decir, de los años en los que el nazismo tenía bajo su bota a Europa mientras el Vaticano permanecía neutral ante aquel dantesco panorama. Las dos películas son distintas incluso en el tratamiento dado a un papa del que se ha llegado a acusar de nazi por un lado y de víctima por otro.
El primero de los filmes es 'Escarlata y negro', una producción de 1983 hecha para televisión con un notable elenco actoral del que destaca Gregory Peck en el papel del monseñor Hugh O'Flaherty, que salvó a varios miles de judíos de las garras de los nazis. Un personaje real que da pie a una cinta con banda sonora de Ennio Morricone, que utiliza tonos marciales, con percusión y trompeta como elementos fundamentales para el tema de inicio y que repetirá en varias ocasiones, yendo por lo tanto en consonancia con el marcado carácter militar del filme, centrado en la invasión alemana de Roma. En el vídeo de esta noche subido al canal de Youtube #UltimoEstreno os dejo detalles curiosos de esta banda sonora, como el uso del instrumento de la iglesia por antonomasia, el órgano, que Morricone dispone cuando aparece la plaza de San Pedro, o su manera de contribuir a la tensión entre los personajes.
La otra película es 'Amén', un excelente filme dirigido por Costa Gavras en 2002. Cineasta controvertido, con películas con una gran carga de denuncia política, no se corta un pelo a la hora de mostrarnos un Pío XII permisivo con la barbarie nazi. Lo hace con otro personaje que también existió, el militar alemán Kurt Gerstein, que se percata de que en los campos "de trabajo" no se "desinfecta" a los judíos, sino que se les gasea con Ziklon B. Entonces cambiará de actitud, horrorizado por lo visto, comentará la situación con un sacerdote jesuita del Vaticano y ambos en cada frente tratarán de denunciar lo que está sucediendo en el mundo. 
'Amén' es una película con secuencias de gran crudeza: aquellos deficientes mentales jocosos y felices enarbolando banderas del III Reich antes de ser exterminados, el momento en el que los tipos de la SS le muestran en Treblinka al oficial alemán cómo asesinan a los judíos, a través de las mirilllas de las puertas y cómo la propia Iglesia permitió que asesinos nazis salieron indemnes tras la guerra. 
El compositor frances Armand Amard hizo una banda sonora minimalista, que juega un importante papel dramático, con un gran sentido de la lucha contrarreloj contra el tiempo, como así lo padecen los protagonistas para detener la barbarie.

domingo, 1 de marzo de 2020

El delito de cagar


A mí me importa un carajo lo que diga Willy Toledo. No voy a creer más ni dejar de hacerlo porque le lleve escuchando decir las cosas que va soltando desde hace tiempo. Tampoco me voy a hacer pastafari por la pintoresca comparación que ha empleado hoy. Pienso que a ningún creyente con las ideas claras le debe afectar estas cosas. 
Una vez expuesto esto, y después de que la justicia -que es quien debe hacerlo- haya dicho la última palabra sobre lo que es o no delito, hay dos cosas que no le perdono a Willy Toledo. Una, que no sea consciente del mal gusto que significa cagar, ya sea como verbo, con el reflexivo detrás, hacerlo uno mismo, en alguien... Cagar es algo que no tenemos más remedio que hacer, pero es muy desagradable. De manera que ya tengo claro que ni a la fe ni a la ley les importa una mierda -nunca mejor dicho- lo que diga este hombre, pero jamás le perdonaré ni a él ni a nadie que hablen de cagar todo el tiempo. El uso continuado de semejante palabra es delito contra el buen gusto. Y en ese banquillo habría que sentar a millones de personas que nos rodean, porque hoy estamos todo el día cagando. "Me cago en el taller del coche", "me cago en el bordillo de la acera", "me cago en el calentador estropeado", "me cago en el vecino", "me cago en tu padre", "mecagoendié" de toda la vida -que no es más que cagarse en Dios-, "me cago en ti" que rezaba (mejor utilizo decía, por si acaso) aquella canción de "Me cago en el año viejo..." de Mike Laure. En resumidas cuentas, todo un rosario (una retahíla, perdón) de cagadas de repugnante mal gusto por culpa de esa antiestética palabra y obra. 
Así que eso no se lo perdono a Willy Toledo y tampoco a estos innumerables seres humanos que todo el día defecan figuradamente, porque en el sentido literal de la palabra no tienen-tenemos más cojones que hacerlo. Hay quienes su literalidad la pregonan como algo normal. "Voy a cagar", "ya he cagado", lo cuentan incluso en facebook y se quedan tan panchos porque no hay quien les lleve ante un juez, desgraciadamente. 
Lo segundo que no le perdono a Willy Toledo es que, una vez se cague en lo que le dé la real gana, pasemos a lo importante, que es que se dedique a hacer más cine, a hacer valer sus méritos y disfrutemos de lo que es: un brillante actor. Así que espero ansiosamente que deje de echar mierda figurada y poder disfrutar de él. También así evita que salgan imbéciles que aprovechan para decir pamplinas como las que se están leyendo desde ayer: "En este país te puedes cagar en Dios pero no en los proetarras ni en los independentistas". Pues yo leo continuamente grandes cagadas contra especímenes de estos dos gremios y a nadie sientan en un banquillo por hacerlo. Puede usted también tener el mal gusto de Willy Toledo y cagarse en ellos, no le va a pasar nada. Tampoco voy a cambiar mi forma de pensar sobre filoterroristas y Torra y compañía porque usted se cague en ellos o no.

https://www.elmundo.es/cultura/2020/02/29/5e5a60d3fdddff00428b4642.html