domingo, 26 de noviembre de 2017

Saw VIII: la última secuela de un Gran Hermano con un juez rudimentario



El éxito de la Saga de Saw es más que explicable. Otro asunto es que sea justificable. Las sucesivas secuelas de las andanzas de John Kramer sustentan su éxito sobre tres pilares fundamentales, dos de ellos sociológicamente novedosos. El primero se halla en el padrenuestro del cine, en el limbo sinóptico de las historias de asesinos en serie perseguidos por individuos que responden a los prototipos policiales-científicos, desde inspectores con intrahistoria hasta forenses que no hacen ascos a cadáveres con secretos. Nada nuevo. Pero las dos piedras angulares que ha venido a aportar la saga de Saw tienen la sufiente consistencia como para prolongar la saga hasta donde les apetezca a sus promotores y estén dispuestos a hacer taquilla. De hecho, esta octava parte ya lleva recaudados más de 90 millones de dólares cuando su coste apenas alcanzó los diez millones.
Con cada secuela tenemos realmente en pantalla grande un gran hermano televisivo en el que se ha dado una vuelta de tuerca hacia el terror y lo sanguinolento. Pero no nos confundamos: Saw es, ante todo, un juego orwelliano, un crisol de actitudes -eso sí, impostadas y extremas para satisfacer al público menos sesudo frente al que aprecia realmente este inteligente cóctel de comportamientos- reflejadas en sujetos dispares que tienen pecados que esconder y que, conforme avanza la explosiva combinación de las interrelaciones encauzadas por guionistas manipuladores de cobayas, revelan ante el espectador de manera inconsciente los comportamientos humanos más primitivos, todo ello mientras la sala come palomitas y elige a sus personajes en función de la sintonía de caracteres. Es decir, gente encerrada que sobrevive, en este caso para escapar de las salvajes pruebas del asesino en lugar de ganar un premio en metálico y la fama catódica. Y esto funciona como todos sabemos desde que alguien inventó GH.
El segundo factor de éxito está directamente relacionado con Jisaw. No estamos ante un asesino en serie que mata por placer o por maniqueísmo, sino frente a un ser con la peligrosa vitola de un superhéroe que, lejos de serlo por sus retorcidas trampas, provoca que el espectador se identifique con su concepto de la venganza y la aplicación de la justicia 'suis manibus' con lo que ello significa en una sociedad actual crispada en la que la mitad está sedienta de castigo sin escrúpulos hacia la otra mitad. De manera que no es difícil encontrar a quienes se pongan de lado del perverso John Kramer sintiéndose juez supremo. Y eso es tan preocupante como actual.
De ahí que Saw, con toda su casquería moderada en esta octava edición, con su estética impactante y exclusivamente soportable para sus incondicionales, encierre mucho más en toda una saga cuyo hilo conductor nos lleva una y otra vez ante la rendición de cuentas de gente con miserias (¿cuánta humanidad así?) frente a un dios juguetón cuyas pruebas y métodos, eso sí, dejan que desear en esta nueva secuela. No deja de producir cierta sorna ver que Saw aun utiliza grabadoras de un modelo más que anacrónico en estos tiempos y trampas que ni un programador de videogames clásico se le ocurriría por temor a que los consumidores piensen que regresan los tiempos del ZX Spectrum. Jeringuillas a elegir, granero para ahogar a los personajes, palancas que accionar, escopeta que apunta a dos... ¡Saw necesita más imaginación para triunfar en este gran show de pruebas televisivas!

ESCUCHA AQUÍ LA CRÍTICA DE SAW VIII EN EL ESPACIO IVOOX DE ÚLTIMO ESTRENO:  http://www.ivoox.com/saw-viii-jigsaw-audios-mp3_rf_22289033_1.html

ANÁLISIS DE LA SAGA Y DE SAW VIII EN YOUTUBE: https://www.youtube.com/watch?v=CCWDsgp1drE&t=174

sábado, 25 de noviembre de 2017

#25N


Mitad de los años noventa, no recuerdo bien qué año. Presentando, en la Casa de la Cultura de San Fernando, los actos por el Día de la Mujer Trabajadora.
Con esta imagen quiero mostrar hoy, Día Internacional de la no Violencia contra la Mujer, mi firme apoyo a las mujeres que, junto con la violencia física, han sentido en sus vidas la mayor de las frustraciones posibles: ver impedidos sus valores, sus méritos, su desarrollo, quedando relegadas a meras comparsas de 'honorables hombres' que no hubieran sido nada sin el abnegado apoyo y comprensión de sus parejas. #25N #diacontralaviolenciamachista

domingo, 19 de noviembre de 2017

Coixet abre la librería más fría de todo el planeta y se olvida del espectáculo que es el cine





‘La librería’ me da rabia. Lo siento, debo tener una visión cinematográfica demasiado proclive al espectáculo. Y las películas sin alma no son espectáculo, pero el cine sí lo es. Todo el cine, todos los géneros, todos los estilos. Con esta afirmación estoy aplicando el concepto académico de espectáculo, en cuyo padrenuestro definitorio se especifica meridianamente: “Cualquier cosa que se ofrece a la vista o a la contemplación intelectual y es capaz de atraer la atención y mover el ánimo infundiéndole deleite, asombro, dolor,  u otros afectos más o menos vivos o nobles”.
Por eso ‘Pelle el conquistador’ era espectáculo sin que apareciera Indiana Jones. O ‘Julieta’ sin ser Juana de Arco, sin más aspavientos que la virtuosa descripción de la intimidad femenina, eso sí, con una impecable manera de medir los tiempos, disponer la cámara compositivamente y evitar el manierismo de su protagonista, en la película de Coixet empeñada en imitar a Hugh Grant en todo un repertorio de morisquetas y dislates faciales.
Pero Coixet no es Almodóvar, eso resulta obvio. Y me frustra que los mimbres tan golosos que contiene la novela de Penélope Fitzgerald se hayan desaprovechado para hacer un cesto en el que el alma del mensaje se escapa a raudales por cada poro de fotograma.
No se puede tener un guión tan atractivo y hacer una película tan fría. Falta espectáculo. Y no es que la insustancial música de Alfonso Vilallonga se sustituya por algo de Thomas Newman (Ay, Fernando Velázquez, si hubieras pillado esto de los libros…); ni piruetear con la segunda unidad; tampoco estamos hablando de contrapicados ni el uso de la stadycam para entrar en la librería o en el banco donde no llego a entender el sentido de los planos escogidos por Coixet. Ni los de la conversación con el pescador en el muelle, con esos espantosos encuadres como si ahora aplicáramos al clasicismo más ñoño los mandamientos del dogma. Y ya no digamos de las eternas secuencias que hilvanan un producto que, por gelidez narrativa, por fotogramas estáticos y el primitivismo de enlazar el metraje con paisajes, se empequeñece desde el inicio hasta convertirse en un pudo haber sido y no fue.


“Es Coixet, estúpido”, me espeta un amigacho de esto del cine. No sé si lo hace para que aplique la indulgencia plenaria a, para colmo, un filme previsible que a algunos les recuerda ‘Chocolat’ pero con libros y sin la gilipollez de los piratas y a otros les viene a la mente el universo onanístico mental de ‘Amelie’. Yo es simplemente me pongo en 110 minutos a pensar en la librera luchando de verdad por su local, a sacar provecho de ese pedazo de actor que es Bill Nighy y la relación entre ambos, a desabusar de los travellings laterales en primer plano, a ‘darle calor’ a lo que veo y me sale una película de verdad. Un espectáculo. Lo que vemos ahora en pantalla es un tibio y desaprovechado homenaje a los amantes de la lectura, entre cuyos muchos pedantes existentes se encontrarán sólidos defensores de una librería cuyo único calor lo aporta una estufa como elemento crucial del filme, y que, en el mundo de la perenne indefinición en el que se encuentra Coixet y su película instaladas no podrán explicarnos convincentemente los motivos por los que Florence Green no puede prosperar con su negocio. Si fuera porque es mujer, la película adolece de feminismo, es decir, de ‘calor militante’. Si la causa son los propios libros, con guiño incluido en Farenheit 451, falta una ardua defensa de lo que aportan realmente aportan a nuestras vidas. Si es la cerrazón de la mecenas del pueblo, se desconoce el porqué. Curioso por otra parte que el personaje más cálido que pueda encontrar el espectador diga que jamás lee.
Sea como fuere, la frialdad y la indefinición por bandera. Lo dicho, una lástima.

AHORA PUEDES ESCUCHAR LA CRÍTICA DE 'LA LIBRERÍA' EN IVOOX EN ESTE ENLACE:  http://www.ivoox.com/libreria-audios-mp3_rf_22157889_1.html

jueves, 16 de noviembre de 2017

'Feliz día de tu muerte' o cómo hacerle un traje demasiado grande a un bucle sin aspiraciones

De cómo un producto ocurrente y a los quince minutos anodino se convierte en un chollo para quien haya puesto la pasta en esto. 'Feliz día de tu muerte' ha costado 4,9 millones de dólares y lleva recaudados 89 millones en las semanas que permanece en pantalla en numerosos países del mundo tras rifársela las exhibidoras.
No es una copia de 'Atrapado en el tiempo', la famosa película del Día de la Marmota, porque sencillamente se nos desmonta la acusación ante la 'frescura' de su director, que en uno de los penosos diálogos del filme pone en boca de sus protagonistas el recuerdo a la mismísima cinta que protagonizó Bill Murray. Es decir, que no hay trampa ni cartón. Si la aderezamos con el título 'La muerte os sienta tan bien' podría colar, porque Jessica Rothe, que es tan antipática que deseamos que no vuelva a despertarse cada mañana, vive un auténtico ejercicio de renovación espiritual y traumas fuera cada vez que la putea el sujeto de la careta. 
En definitiva, un bucle que podría funcionar como ejercicio cortometrajístico pero que su director, Christopher Landon -por cierto, hijo de Michael Landon, el sufrido padre de 'La casa de la pradera'- ha prolongado en un traje de desaliño juvenil demasiado grande y el producto resulta desgarbado.
Pero para más detalles, incluidos los de la música de Bear McCready, que sobresale entre los valores de la película, puedes ver mi análisis en mi canal Youtube:

martes, 14 de noviembre de 2017

Fernando Velázquez dio la sorpresa al culminar su concierto de bandas sonoras con Pasión Vega


Fernando Velázquez sorprende en su concierto en Cádiz invitando a Pasión Vega a interpretar copla con la ROSS y el Coro Ziryab.
Pretendía hacer una crónica corta del concierto en podcast, pero me ha salido de 45 minutos (¡Horror! :-P). No obstante, hay música y dos momentos inéditos extraídos del concierto de ayer, entre ellos la canción que canta la malagueña.
Os lo ofrezco en Últímo Estreno Digital en este enlace para que escuchéis mi valoración del espectáculo que vivimos y disfrutamos en el Gran Teatro Falla:
http://www.ivoox.com/cronica-del-concierto-fernando-velazquez-cadiz-audios-mp3_rf_22045597_1.html

Un 'vídeo-chorra' instantes después de salir del teatro colgado en facebook:
https://www.facebook.com/josecarlos.fernandezmoscoso/videos/10155868416737328/