jueves, 27 de julio de 2017

22 años sin Miklos Rozsa


El 27 de julio de 1995 fallecía Miklos Rozsa. Por entonces me pilló de vacaciones en mi trabajo y supe de la noticia por un breve comentario en un informativo de televisión. 
Han pasado 22 años desde que nos dejó uno de los más grandes compositores de música cinematográfica de la historia.
Porque la adoración de los magos en Ben-Hur, a pesar de la sorprendente torpeza de Wyler rodando esta secuencia, no es la misma sin el tema que compuso el gran Rozsa. Ni las notas que suenan cuando en pantalla aparecen Judá y su madre. Ni las paradas romanas imperiales. Ni El Cid es el mismo si no suena la música del compositor húngaro en pantalla. Ni el desbordante romanticismo de 'Recuerda' podría estar guardado toda nuestra vida en un rinconcito de nuestra cabeza.
Larga vida a la obra de Miklos Rozsa y un beso muy fuerte a su hija, Juliet Rozsa, la hija orgullosa de un maestro irrepetible, de una época dorada, de un estilo inconfundible, de un sentimiento que de joven se quedó para siempre. De quien ponemos su música en la madrugada y nos eclipsa la vista cerrando los ojos trasladándonos a esas escenas que no volverán jamás...


sábado, 1 de julio de 2017

Camarón desde la perspectiva de Chávarri y con Óscar Jaenada en la mesa redonda


Este fin de semana continúan en San Fernando (Cádiz) los actos que giran en torno a la fecha del 2 de julio, cuando se conmemoran los 25 años del fallecimiento del artista Camarón de la Isla. Este sábado, el Centro de Congresos acoge la proyección de la película 'Camarón', que dirigió Jaime Chávarri en 2005.
Se trata de un acto aportado al programa central de esta conmemoración por la Real Academia de San Romualdo, la institución cultural "más importante de la ciudad", según ha indicado el Consistorio de San Fernando. Este acto dará comienzo a las 19,30 horas y la entrada será libre.
Una vez finalizado el pase de la película tendrá lugar una mesa redonda en la que se tratará la figura de José Monje Cruz desde la perspectiva que ofrece el filme ganador de tres goyas de la Academia de Cine de España. En ella participará el actor Óscar Jaenada, que encarnó a Camarón y por cuyo papel ganó el Goya, y que "está disfrutando de una exitosa carrera cinematográfica trabajando en películas como el biopic del Che Guevara, la saga de 'Piratas del Caribe' o la biografía de 'Cantinflas' que ha protagonizado, ejemplos de producciones" fuera de las fronteras de España. La mesa redonda contará con el actor isleño Martín Bello, que encarna en 'Camarón' a Manuel Monje, hermano del genial artista, y Alfonso Begara, intérprete granadino que realizó el papel de 'Tomatito'. El debate estará moderado por el periodista José Carlos Fernández Moscoso.
Será un evento de entrada libre como también lo será el que se llevará a cabo en la plaza de la Iglesia a partir de las 22,30 horas, que acogerá un concierto en el que se podrá disfrutar de la perspectiva más novedosa y el estilo fusión de la música que hizo posible Camarón. Se trata de un espectáculo musical en el que actuarán los grupos 'Los brujos del sur', Gipsy rock' y el grupo 'Musho gitano'.
La programación de este domingo 2 de julio será acorde con la relevancia de esta fecha en la que se recuerda el día concreto del fallecimiento de Camarón de La Isla. Así, se celebrará un macroconcierto público y gratuito dedicado a Camarón que tendrá lugar en la plaza de la Iglesia, que contará con la participación de José Mercé y Arcángel. Este espectáculo comenzará a las 22,30 horas y lo iniciarán los artistas isleños 'Paquito de La Isla', Jesús Castilla y María la Mónica. También participará David Nieto al baile.
El mismo domingo está previsto que el Ayuntamiento lleve a cabo una ofrenda floral en el mausoleo de José Monje en el cementerio isleño y en los días siguientes la peña Camarón de La Isla celebrará la misa que cada año dedica al artista
(EUROPA PRESS)

lunes, 19 de junio de 2017

La pregunta del millón sobre los Encuentros de Música de Cine de Sevilla



ABC publica hoy a doble página un interesante reportaje sobre la estrecha (y abruptamente rota) relación de Sevilla con la música de cine. De la mano del compositor, escritor y amigo Andrés Valverde se recuerdan aquellos Encuentros de Música Escénica y Cinematográfica que, gracias principalmente al trabajo y tesón de su coordinador, Carlos Colón, trajo hasta la capital hispalense en las décadas de los ochenta, noventa y hasta la mitad de la primera de 2000 a compositores como Elmer Bernstein, Ennio Morricone, Patrick Doyle, Gabriel Yared, Howard Shore, Georges Delerue, José Nieto, Roque Baños... 
Una interminable lista de grandes, y otros no tanto pero siempre interesantes, que nos alegraban el otoño a los aficionados a la música de cine y quienes hacíamos radio o prensa relacionado con ello. Noviembre era sagrado, y con amigos como Francisco Javier Belizón Perez, José Manuel Belizón o José Dopico vivíamos intensamente varios días en el que, entre ruedas de prensa, ensayos, conciertos y darle la lata a Rocío Castro del Teatro de la Maestranza, que me aguantaba con las peticiones de entrevistas, vivíamos decenas de anécdotas que aun recordamos con mucho cariño. Desde lágrimas de emoción con la ROSS a mi gran amigo Paco Belizón indignado partiendo el programa de mano de Michael Nyman nada más salir del concierto. Él es así, es pa quererlo... ¡Lo que yo he aprendido de él a la hora de escuchar música! 
Eran tiempos de hoteles a última hora, de trenes de horarios imposibles, de descubrimiento de bares por Sevilla y de discusiones de madrugada, copa en mano, sobre si era mejor uno compositor que otro. De Howard Shore por dos veces, cuando aun no había escrito 'El Señor de los Anillos' y apenas nadie reparaba en él por los pasillos del teatro, y después con cientos de seguidores esperándolo ya en 2004 (en una de las fotos aparecemos al salir del teatro para refrescarnos tras una entrevista). O las dos ocasiones también de Goldsmith, una de ellas con dos conciertos y uno dedicado a Bernard Herrmann. De Morricone y su altanería, perdonada por ser maestro (aunque Paco no se la perdona ni por asomo)... 
Nos faltaron Barry y John Williams por citar dos ejemplos, pero las razones por las que no pisaron nunca suelo sevillano están explicadas en el reportaje. Aquí lo tenéis: 


Seguro que muchos de los amigos que compartimos años de amor hacia la música de cine esbozaréis una sonrisa agridulce al leerla. La pregunta del millón es: ¿Qué hace desaparecer estos Encuentros que reunían a aficionados de todas partes de España, es decir, el papel casi se agotaba o en ocasiones incluso ni había? ¿Por qué Sevilla se decanta por un festival de cine millonario en lugar de la música de cine y hoy, habiendo transcurrido el tiempo y tras un gasto económico pírrico, el festival de cine hispalense no ha logrado estar entre las grandes citas cinematográficas del año, ni en el mundo y ni siquiera en España? ¿Qué dice Carlos Colón a todo esto?


lunes, 12 de junio de 2017

Feliz cumpleaños, don Luis

 
 
Hoy hubiera cumplido 96 años. Estuvo en activo hasta última hora. Debería haber nacido un poco más tarde, para que en estos años hubiera estado aun con nosotros y con capacidad para ponerse ante la cámara. Escribir lo que pudiera rodar hoy le hubiera sido fácil ante tanto Bárcenas, Rato y Pujoles varios sueltos.
En la página 130 del libro 'La Isla, lucha o revienta' de José Carlos Fernández Moreno, se cuenta una anécdota de cuando Luis García Berlanga vino a San Fernando tras mis gestiones para la Fundación de Cultura. El autor del libro escribe:
"Yo, personalmente, fue en mi coche a recoger a Berlanga al aeropuerto de Jerez. Una vez llegados a La Isla, dimos un paseo en el vehículo y le mostré el barrio de la Pastora. Le encantó. En pleno recorrido, de improviso, me dijo con insistencia: "Para, para, José Carlos...". Frené casi bruscamente. "¿Qué pasa" -le pregunté sobresaltado-, "¿Ocurre algo?". "No, no, no pasa nada, pero estas fachadas las tengo yo que tocar". Y efectivamente, bajó del coche y se puso a pasar sus dos manos por las cales de aquellas casas a las que observó con mucha curiosidad, sus casapuertas, sus cierros, incluso escudriñando por algún postigo entreabierto. "Mira, mira, son como los decorados de mis películas...", me decía a voces con semblante de complacencia. Aquella fue una jornada inolvidable y de las que más me he reído en mi vida".
Doy fe de aquello. Feliz cumpleaños donde quieras que estés, don Luis. "Austrohúngaro". 
 
 

lunes, 5 de junio de 2017

La calle más justa para Alfonso Berraquero



No me cabe la menor duda. Si el maestro Alfonso Berraquero volviera a vivir y supiera que su nombre ha sido objeto de dos polémicas ciudadanas en solo cinco meses, volvería a morirse.
Enemigo acérrimo del onanismo artístico, de la megalomanía y de la lisonja para bien o para mal. Del protagonismo de los atriles que tanto atrae a muchos de los gremios que lo rodearon en su vida, ahora estaría desconsolado y asqueado.
Primero porque contemplaría atónito como en diciembre surgía la polémica sobre el destino de sus restos, los de un Predilecto de La Isla que tuvo su hogar familiar en Bonifaz y en la Pastora el de sus hijos e hijas que esculpió sin que nadie vaya a saber jamás qué se le podía pasar por la cabeza y las manos a un artista de esta categoría cuando golpeaba la gubia entre el humo del omnipresente tabaco, a las dos de la madrugada, o al despertar a las siete antes de marchar a dar clases. 
Ahora, el enfrentamiento se suscita por la calle que se le quiere dedicar. Una petición popular, de las que vienen de la Pastora, es decir, popular intrínseca, legítima. Palabra de La Isla. Digo que una solicitud que venía canalizada para pedir que la calle Maldonado pasara a rotularse con el nombre del genio isleño. A él ya a priori le hubiera horrorizado esta petición, pero sus amigos creen, creemos, que las calles donde nos movemos cotidianamente se convierten en la extensión de nuestros hogares si estamos hablando de la Pastora. Porque de Ancha o Jesús de la Misericordia, de Hernán Cortés o San Dimas al altar de la Virgen de la Salud o al Nazareno de La Pastora solo hay un pasillo marcado por cierros y mosaicos, por morera vieja hacia espadaña y una puerta en el corredor que da a la cocina de Rosa y el Churre. No sé si me entienden los de la nueva política, los comuneros del siglo XXI que venían a romper con todo y finalmente se han metido en el casting de El Ministerio del Tiempo para rescatar la memoria de Maldonado. New Deal podemita, con un desorientado e innecesario as en la manga para borrar de un plumazo al fundador de la Marina castellana y volver locos a ochenta vecinos de la calle Bonifaz. Al final, en esta Isla inmovilista, en cuyo barrio más añejo no hay calles dedicadas a fascistas sino a santos, heroínas de la libertad y maestros de la Carraca, hasta los revolucionarios vienen a hacer la revolución con cabecillas del medievo y extraña soldadesca de compañeros de cama, donde aparecen como héroes de la causa comunera quienes han borrado de la faz política de la tierra, de parlamentos y plenos, a una izquierda clásica, secundados por sus propias víctimas posando en la foto. Paradójico.
Es lógico y legítimo que la gente que ha querido a Alfonso de verdad reclame la calle Maldonado para él. Tienen claro que si Berraquero hubiera nacido en Sevilla, en Madrid o vaya usted a saber dónde, lo menos que hubiera sido para la historia, con todo lo que ello supone de honor, es tener el título de Hijo Predilecto de la ciudad que lo vio nacer. Es la calle donde está la hermandad que él ha engendrado, donde ha pasado muchas veladas trabajando por sus titulares, de Bonifaz a la Pastora y de la Pastora a Maldonado. Está en el barrio que se siente orgulloso del artista y de quien en vida, que todo hay que decirlo, sufrió los ataques torticeros de envidiosos y criticonas pertrechados tras teclados desde donde han vomitado la mierda que llevan, la mierda que son. Esta Isla es jodida para eso y para entender que por la calle del "ya voy", se va a la casa del "nunca", que decía Cervantes. Así que es ahora el momento de inmortalizar en el callejero, sin más dilación, a quien con seguridad hubiera tenido ya una casa-museo en el Soho de Nueva York o un recoleto pasaje en Montmartre. Y es que allí, por lo pronto, Juana La Loca no tuvo nada que hacer.