viernes, 29 de marzo de 2013

Cuatro décadas de penitente

(Publicado en facebook el 24 de marzo de 2013)

Creo que en 2013 se cumplen cuarenta años que visto esta túnica, la de mi Hermandad de la Misericordia. Se dicen bien pronto. Recuerdo que la primera vez que lo hice, iba al lado del senatus, que lo portaba Tito Collantes. Desde entonces, mi hábito penitencial siempre ha estado ahí, aguardando cada Jueves Santo el ritual de revestirte con él, concienciarte conforme ha transcurrido el tiempo que tu túnica no es un traje de chaqueta para ir a los cultos, ni un elemento de exorno, ni distintivo personal más o menos colorista. La túnica es lo que me convierte en anónimo durante horas para reflexionar sobre todo un año, sobre lo que nos rodea, inquieta, lo que amamos y lo realizado, lo que falta por hacer y lo que se ha hecho... Necesito siete, ocho horas revestido de mi túnica para, al contrario de lo que muchos dicen, no perder el tiempo acompañando al Señor, sino pensando, reflexionando constantemente, deteniéndome esa vez al año para ver mi vida durante doce meses transcurrir por la llama de mi cirio o los recovecos del escudo de la pértiga en el caso de mi penitencia en Santo Entierro. Son horas íntimas en tiempos en lo que no nos detenemos jamás a lo largo de 365 días para pensar, mirar con perspectiva desde el espíritu...

Necesito esas horas como las necesita el cofrade de verdad, no el aficionado a la Semana Santa. Mi túnica y mi rosario es a los que me agarro fuertemente en varias ocasiones a lo largo de la estación de penitencia en las que me entra el temor por lo venidero, por lo que sucederá en todo un año. ¿Dónde estaremos el Jueves, el Viernes Santo de 2014? ¿Se habrá solucionado este, aquél problema? ¿Cuáles más surgirán? ¿Quiénes no estarán ya con nosotros, solo en el recuerdo, sin que ahora imaginemos ni asimilemos su ausencia?

No me concibo sin mi túnica el Jueves Santo y me resulta extraño que haya quien no la vista en función de quien gobierne una hermandad o esgrimiendo el victimismo de la penitencia desde el exterior. La penitencia se hace dentro, para eso nos ungieron con el nombre de 'cofrades' y por voluntad propia. Desde fuera no se hace penitencia, siento ser tan lacónico y conciso. Y menos de un día paseando entre un templo y un bar.

Dios me dé fuerzas y salud para seguir vistiéndola cada año. Si alguna vez no lo hiciera, será porque le prometí a Ella que en una ocasión me escaparía para verla salir por San Gil, y aún no he cumplido mi palabra. Seguro que la Señora no se enfada conmigo...

Agradezco de corazón lo que voy a vivir a partir de hoy. El ingente trabajo periodístico-fotográfico de cada cofradía y esa misión con mucho cariño en mis hermandades de Columna y Vera+Cruz. A la primera jamás la acompañé vestido de nazareno por mis obligaciones laborales, pero estoy con ellos desde dentro de la salida y en numerosos puntos del recorrido. Anoche viví un momento íntimo colosal cuando, allá las diez de la noche, entré en la Iglesia Mayor, ya cerrada al público, para hablar con mis hermanos y contemplé el paso del Señor Atado a la Columna totalmente encendido. Estuvo un rato así. No pude contener mi emoción al presenciarlo como si fuera ya hoy a las seis y media de la tarde...

El Martes Santo viviré las emociones que me transmite mi Hermandad de San Benito de Sevilla y las compartiré con Aurori como cuando un niño le enseña a alguien algo "que es suyo" para sentirse orgulloso. El Miércoles Santo acompañaré a mis hermanos de la Vera+Cruz haciéndoles todas las fotos posibles en momentos muy particulares. Tampoco vestí nunca su túnica, porque desde siempre, los que éramos de Misericordia y también de Vera+Cruz teníamos el 'bendito problema' de que el día antes estábamos afanados en la preparación de los pasos de Jesús de la Misericordia y María Santísima de la Piedad.

El Jueves Santo es el día grande y este año agradezco de corazón a mi hermandad el homenaje que van a concederme, junto a otros varios hermanos, por mi constancia a la hora de vestir la túnica. Allí estaré, en La Pastora, por la mañana. Y el Viernes Santo me ungiré con el ruán y el esparto para reflexionar una vez más, en esta ocasión sobre todo lo vivido durante la Semana.

Tengo este año la dicha de vivir esos momentos revestido de mis túnicas desde dos lugares que me sirven aún más para vivir mi Semana Santa íntima. El Jueves Santo, siendo el último nazareno de cirio del Señor de la Misericordia, unido a su paso, lugar que se me concede por ser el hermano más antiguo que procesiona en su filas. El Viernes Santo, mis hermanos del Santo Entierro me han regalado el mejor presente que me puede dar una hermandad: acompañar al Señor Yacente delante de su urna, con una pértiga en la Presidencia, todo un honor que no sé cómo agradecer a su junta de gobierno. Tendré, pues, a mis titulares, muy cerca, tanto como a los otros que acompaño sin vestir la túnica por las razones que he expuesto.

Por todo ello, porque ahora sí que ha llegado lo que el cofrade siente de verdad, porque todo el año queda relegado ante estos siete días, porque es el momento, nuestro momento, me siento orgulloso de vestir la túnica. Que tengáis una Semana Santa para vivirla desde el corazón y la fe y nos sirva para ser mejores cristianos y personas. Especialmente para algunos amigos que necesitan a Dios ahora más que nunca: Rafael, José Luis... Acercaos a Él de la manera que os indicará, dejaos llevar, pero siempre con el corazón limpio. Veréis como cada parte encaja en el rompecabezas de Dios, que mueve las piezas hasta colocarlas sin que nosotros sepamos a veces dónde toca situarnos. Esa es la grandeza de la vida, hermanos.

Un fraternal abrazo a tod@s.

domingo, 24 de marzo de 2013

Mi 'extraña' Semana Santa

Comienza la Semana Santa. Os ofrezco algunas rarezas vistas desde mi cámara en estos pasados años. Que las disfrutéis y critiquéis, para eso se exponen.









martes, 26 de febrero de 2013

Mychael Danna, en Córdoba


El Festival Internacional de Música de Cine ‘Provincia de Córdoba’, que se celebrará del 23 al 30 de junio de 2013, contará con la presencia de un invitado de excepción. Se trata del compositor Mychael Danna, que hace apenas unas horas ha resultado ser el ganador del Oscar a la Mejor Banda Sonora por su partitura para la película ‘La vida de Pi’.

De esta manera, el festival que organizan conjuntamente la asociación BsoSpirit, la Diputación Provincial de Córdoba y la empresa promotora Leit-Motiv Music, logra de nuevo demostrar los objetivos que desde el inicio se ha marcado, que es ofrecer a los aficionados a la música de cine lo más atractivo del panorama músico cinematográfico actual, así como aportar las más altas cotas de prestigio a un evento que reunirá en Córdoba a más compositores, directores y músicos en torno a actividades como conciertos, conferencias, encuentros, etc, convirtiendo Córdoba, y con ella Andalucía y España, en el centro neurálgico de la música cinematográfica mundial el próximo mes de junio.

Para informar sobre la presencia de Mychael Danna en el festival, así como desvelar un avance de la programación e invitados, la organización convoca a los medios de comunicación a la rueda de prensa que tendrá lugar el próximo viernes 1 de marzo, a las 12:30 horas del mediodía, en la sala del Artesanado del Palacio de la Diputación Provincia de Córdoba, en la que estarán presentes:

-Antonio Pineda, diputado provincial de Cultura.
-David Doncel, director del Festival.
-Arturo Díez Boscovich, director musical titular del Festival
-Manuel Sicilia, creador de la productora andaluza Kandor Graphics, director ganador del Goya en 2009 por su obra de animación ‘El lince perdido’, y que presentará un adelanto de su nuevo filme ‘Justin y la Espada del Valor’.
-Ilan Eshkeri, compositor cinematográfico de bandas sonoras como ‘Stardust’ o ‘Hannibal: el origen del mal’.

Los medios de comunicación podrán conocer un avance y trasladarlo a los amantes del cine y su música respecto a un evento único en España que ya en la edición de 2012 apostó fuertemente por invitados de relevancia, al contar entre otros con Ludovice Bource, ganador del Oscar de Hollywood el pasado año por ‘The Artist’.

domingo, 17 de febrero de 2013

Vía crucis magno

Me parece sorprendente que, a un mes de Semana Santa, las imágenes devocionales sevillanas salgan a la calle para un Vía Crucis 'magno' o como deseen llamarlo. Lo mismo me resulta en Jerez o donde quieran ustedes pensar.

Este paroxismo por realizar cultos externos continuamente está convirtiendo la fe y el sentido catequético que presumiblemente muestran las hermandades en meros acontecimientos culturales, sociales, estéticos y festivos que desdibujan el significado para lo que realmente se hace pública protestación de fe. Los 'aficionados a las cofradías' acuden masivamente a todas estas citas en las que se da un espectáculo colorista que solapa el verdadero sentido de la Pasión del Señor y sus imágenes representativas. Cuando era pequeño, el simple hecho de escuchar un tambor nada más llegar la Cuaresma, respirar incienso por vez primera en la calle en un Vía crucis y finalmente presenciar la puerta de La Salle para dar paso a la primera cofradía constituian sensaciones únicas que se vivían en su fecha y en su momento. La continua y masiva proliferación de procesiones durante todo el año ha devaluado aquellas sensaciones y ha convertido el mundo de la Semana Santa en una sucesión de uso y abuso de los titulares aprovechando cualquier fecha medianamente señalada o motivo aparentemente espiritual que, insisto, queda relegado a un segundo plano.

Me preocupa sobremanera cómo está desvirtuándose el culto externo ante la pasiva mirada de la Iglesia, equivocada si piensa que si alentando o permitiendo esto va a contar con cristianos capaces de aportar conocimiento y buen hacer a nuestra comunidad, en la que sobran procesiones y aficionados y falta compromiso, seriedad y tener los pies en el suelo en una sociedad castigada que no necesita a la imágenes constantemente en la calle, sino respuestas valientes de cristianos que luchen por la justicia social, algo que no se logra únicamente con una foto fija de varios jóvenes recolectando víveres a las puertas de un supermercado.

Feliz domingo en Sevilla y que el patrimonio que tanto se valora al menos no se vea afectado por la lluvia.

13:01 h: 
Aprovecho para comentar -sin hacer leña del árbol caído- que la suspensión del Vía crucis por amenaza de lluvia está conllevando comportamientos sonrojantes en Sevilla, enfrentamientos entre hermandades, descontrol absoluto, gente teóricamente muy pía que ahora dice que se está jugando a sacar pasos y otros 'ejemplos' que pueden ser seguidos, con rubor, en twitter. Yo ya tenía mi opinión muy clara desde antes, mucho antes, de que tanto desmadre se haya asentado en todo esto. Y no es nada nuevo, lo sucedido en Sevilla es un ejemplo, lógicamente muy mediático por la ciudad donde se celebra.

Finalmente, aporto una reflexión de Benedicto XVI expuesta hace años, para que nos invite a pensar. Si es que queremos mirar de frente, claro está...
"Pero, ¿no deberíamos pensar también en lo que debe sufrir Cristo en su propia Iglesia? En cuántas veces se abusa del sacramento de su presencia, y en el vacío y maldad de corazón donde entra a menudo. ¡Cuántas veces celebramos sólo nosotros sin darnos cuenta de él! ¡Cuántas veces se deforma y se abusa de su Palabra! ¡Qué poca fe hay en muchas teorías, cuántas palabras vacías! ¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él! ¡Cuánta soberbia, cuánta autosuficiencia!" (Meditaciones y Oraciones del Cardenal Joseph Ratzinger.- Vía Crucis en el Coliseo.- Viernes Santo 2005).
 

sábado, 2 de febrero de 2013

Irse al carajo

Creo que la palabra 'carajo' es la que más se ha podido leer esta semana en las redes sociales. Miles de internautas se lamentan en facebook y twitter de lo ocurrido con Bárcenas y sus papeles. Otros, situados en la estratosférica política actual, alejados del ciudadano, practican en 'y tú más' y la mayoría contempla, pasmada ante el bochorno, la deriva de un país para llegar a una conclusión expuesta en internet por muchos: este país "se va al carajo".

Tengo un amigo que trabaja en el diseño gráfico y la animación fílmica para Estados Unidos, y lo hace desde San Fernando. Anteayer sentenciaba en su muro de facebook. "Definitivamente, este país se va al carajo". Un periodista de la vieja escuela -con mi edad, lo que hoy día es compatible- también afirmaba que España marcha a pasos agigantados hacia esa zona de castigo de los barcos antiguos donde nadie quería ir porque hacía un frío del carajo y que al parecer ostentaba esa denominación, de ahí que mandar a alguien al carajo sea largarlo lejos, a la parte más alta de un palo desde donde se le ordenaba al marinero problemático divisar lo que observaba en la línea del horizonte. Si hacía niebla, no veía un carajo, dicho sea de paso, aunque estuviera subido en él, connotaciones sexuales aparte.

Debo ser uno de los pocos españoles que no cree que España se vaya al carajo, a pesar de la situación. Mi buen amigo, el escritor Enrique Montiel, expone en su twitter que nuestra "pobre democracia" está haciendo "un papelón estos días mundo adelante", para afirmar que "desde el bochorno de Tejero no ha habido otro mayor". No le sobra razón, pero no nos vamos al carajo con toda seguridad, a pesar de la astracanada que vivimos en un país plagado de gente poco seria, dentro y fuera de los parlamentos, del nacional y de los diecisiete creados porque les sale del carajo a los nacionalistas, entre ellos Arturo Mas, que desconocemos si en su última visita al Rey le ha pedido permiso para desmembrar España y si éste le ha dicho que poco a poco o se colocó en menos que canta un gallo el uniforme de los tres ejércitos para mandarlo a Cataluña de vuelta. Es decir, al carajo.

Mariano Rajoy vive pertrechado en su búnker de cristal con sus generales porque algún descerebrado de los que se dedican a asesorar debe haberle aconsejado que no pise la calle ni para decir "sí, hombre", aunque la expresión se le escapara el otro día subiendo una escalera mecánica. O bajándola, no lo recuerdo. No sé si era un ascensor para el cadalso con la papeleta que se veía venir encima o descendía a los infiernos del silencio divorciado de los gritos de la calle. En todo caso, su exabrupto fue para mandarlo al carajo.

Todo tiene su parte buena, especialmente cuando uno sigue siendo un romántico del periodismo, aun a costa de enamorarme de una cortina como Bécquer. Sustituyo su visillo por las hojas de los periódicos, por el inconfudible olor que en mi ropa dejaban cada noche aquellos cientos de ejemplares amontonados en el archivo que constantemente visitaba diariamente durante tantos años para redactar mis páginas, cuando tras terminar la primera plana y cerraba la redacción cada madrugada, imaginaba que al llegar a casa me sucedería como en aquella película en la que ella le decía, con mirada agridulce: "Hueles a periódico". Aunque hoy día lo hayamos relegado a las pantallas donde se leen tantas imbecilidades, no ha habido más tronío ni reinado del papel prensa en todos estos años que aquella fría mañana de enero en la que El País volvió por sus fueros y movió los cimientos de los gobernantes y los bolsillos de los españoles para buscar un euro y pico con el que agotar la edición. Periodismo puro en todos sus ámbitos. Al carajo lo digital.

Decía que no creo que nos vayamos a buscar a la verga ahora mismo. La gente agota el papel y en los bares se habla del empate del Madrid y el Barça. En Cádiz se ridiculiza a Juan Carlos Aragón por su ejercicio onanista de este año y los angangos, futuro teórico de este país, cuelgan fotos por doquier en redes sociales de sus logros alrededor del Teatro Falla comprando entradas para las semifinales del COAC. No están ajenos a la crisis, muchos no tienen un puesto de trabajo, pero prefieren ver a Carlinhos Brown por la Avenida en verano o emplear el dinero del que disponen en los 35 euros que vale una butaca del Falla para ver un espectáculo en el que pocos ya denuncian con demoledores y efectivos lamentos lo que está sucediendo. Y mientras Rajoy comparece hoy ante su cúpula tras otro cristal que lo 'protegerá' de los periodistas ávidos de saber la verdad, en un monólogo estéril para la transparencia que necesita toda democracia que se precie, decenas de pueblos sacan procesiones por la fiesta de la Candelaria o llevan a sus niños a rituales en un país milagrero y casposo. Nadie va a salir a repetir La Bastilla ni a guillotinar cabezas de urdangarines empalmados porque esta noche hay fútbol otra vez. Y mañana. Y el martes. Y el miércoles. Y el lunes lo inventaremos.

Para irnos, o mandarnos, al carajo.