lunes, 30 de mayo de 2011

Alberto Iglesias y Mark Isham en Úbeda 2011

Hemos hecho dos nuevos fichajes para el VII Festival Internacional de Música de Cine 'Ciudad de Úbeda': Alberto Iglesias y Mark Isham. El primero de ellos es español y tiene dos nominaciones a los Oscar, en 2005 y 2007 por 'El jardinero fiel' y 'Cometas desde el cielo', además de nueve goyas y el Premio Nacional de Cinematografía. Es decir, es el compositor cinematográfico más reconocido de nuestro país. En la foto que ilustra mi comentario de hoy, ahí estamos él y yo en un almuerzo en el año 2008. Mark Isham, por su parte, me entusiasmó con 'El río de la Vida' y 'La dalia negra', dos magníficas bandas sonoras. Por la primera estuvo nominado al Oscar en 1993, creo recordar.

Si a ellos le unimos los ya confirmados Bruno Coulai como presidente, Philippe Sarde y especialmente entre otros mi admirado Gabriel Yared, resulta obvio que estamos ante el festival más importante de música de cine del mundo. Ojalá Yared esté seleccionando entre las partituras que se ofrecerán joyas como 'Cold Mountain', 'Mensaje en una botella', 'El paciente inglés', 'Adiós Bonaparte' o su score rechazado para 'Troya', aunque de éste no quiere ni oír hablar. Lo pasó francamente mal. Imagino que trabajar denodadamente para componer, realizar una estupenda banda sonora y que al final te la sustituyan por otra, debe ser muy frustrante.

viernes, 27 de mayo de 2011

Elecciones en San Fernando, memoria frágil

Me comentaba anoche un amigo -buen conocedor de los entresijos políticos en San Fernando- que lo suyo sería que el Partido Popular gobernara en la ciudad sin pactar con ninguna otra formación. "Es cuestión de que se pelee la oposición en cada Pleno, la pelota para ellos pero el programa de gobierno es el que marca Loaiza y allá sus oponentes con sus acuerdos en cada asunto".

Francamente, esa situación me parece muy delicada para un Gobierno local y la ciudad. Teóricamente no le falta razón, pero sabiendo que el juego sucio está a la orden del día de la política, ¿cómo gobernar una ciudad en minoría y echar a los perros a la oposición mientras los gobernantes contemplan el espectáculo? ¿Confiaría José Loaiza y su equipo en la disparidad ideológica y de objetivos que tienen los cuatro grupos perdedores para practicar el 'divide y vencerás' y jugar a tantas barajas como opciones?

No resulta complicado hacer una lectura de los resultados electorales en San Fernando, a pesar de la complejidad resultante del escrutinio. El Partido Andalucista pierde unos cinco mil votos que lo dilapidan, pero su caída era algo esperado de un partido minoritario con un candidato y hasta ahora alcalde al que algún día le tendré que preguntar muy en serio, cuando transcurran los años suficientes, qué le movió a continuar cuando Antonio Moreno dijo una mañana de enero de 2005 que se iba a su casa y nadie le pidió explicaciones. De hecho, aún hoy, las razones que esgrimió para dejar tirados a los isleños que le dieron la Alcaldía (http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Dimite/sorpresa/alcalde/San/Fernando/elpepiautand/20050125elpand_15/Tes) resultan tan pueriles como escasamente creíbles. Imagino que el contexto político de aquel momento y la esperanza en continuar en la pomada política le hicieron a Manuel de Bernardo coger el testigo de Moreno. Pero las ilusiones se tornaron en críticas feroces y el primer edil andalucista ha sido vilipendiado hasta la saciedad, de manera que se ha matado al mensajero en numerosas ocasiones culpándolo de carencias que San Fernando padece desde los años de Moreno -algunas de ellas endógenas, tristemente idiosincráticas- sin restarle mérito a aquellos tiempos pretéritos del inicio de su mandato en el que se movió acertadamente con el apabullante apoyo de una ciudadanía isleña mimética en sus castas todas sin que ello constituya un insulto. Es que la casta cofrade pesa mucho y es bueno recordar aquellos grupos que enchaquetados cantaban por las calles repitiendo la sevillana que unos colegas de hermandad le hicieron al alcaldable andalucista por aquellos años para su campaña electoral. "Es Antonio Moreno, nuestro futuro...", decía la letra. El problema es que lo fue hasta que él quiso, cuando en mitad de la legislatura se largó ante la mirada atónita de los isleños que no fuimos capaces de exigirle que expusiera una razón convincente para incumplir la misión para la que había sido elegido por el pueblo durante cuatro años, no sólo dos. Ha sido más fácil culpar de todo a De Bernardo que señalar con el dedo a quien hizo mutis por el foro, afirmar que los males de La Isla vienen provocados por un alcalde incompetente, incluido un desfalco de ocho millones de euros, que mirar atrás para saber qué parte alicuota del desaguisado en el que está convertida la ciudad le corresponde a Moreno, que nunca ha dejado de practicar un populismo barato cuando de aportar soluciones efectivas se trata.

Quien no se merece lo sucedido hace apenas unos días es Fernando López Gil y su equipo. El candidato socialista me comentaba el sábado, antes de perder las elecciones, que se había "dejado la piel" en conseguir llegar a gobernar la ciudad. La nefasta imagen del PSOE a nivel nacional y la naturaleza conservadora de San Fernando le han jugado una mala pasada. Por cierto, curioso dato: El PA pierde cinco mil votos... y el PP los gana. ¿Quizá a los votantes del andalucismo en tiempos de Moreno les importaban tres puñetas las enseñanzas de Blas Infante y en cuanto desaparece su figura populista los votos van al PP? ¿Cuántos nombres, muchos, somos capaces de recitar como la tabla periódica, de 'conocidos' isleños que antes votaban a Moreno y se les ve desde hace meses merodeando a Loaiza? Si a eso le unimos el auge de IU con izquierdistas de verdad desencantados con el PSOE, el resultado se explica claramente.

Dejo un último interrogante: ¿Podría verse obligado el PSOE isleño a pactar con el PA e IU para arrebatarle la Alcaldía al PP? ¿Qué tiene que decir a ello González Cabaña?

jueves, 19 de mayo de 2011

Valentía versus individuo: 'Democracia ya'

Ninguna colectividad puede tener éxito en sus objetivos si cada individuo que la forma no traslada los propósitos a sus particulares ámbitos. Y menos aún si tanta valentía pública y coherencia con lo expuesto no se practica en el día a día. Por eso me muestro escéptico con los movimientos globales contra el sistema como 'Democracia ya'. Sus auspiciadores me merecen el máximo de los respetos, pero deben saber que tanta gente apoyándolos se puede convertir en un simple escaparate para tratar de cambiar el mundo desde el lado más cómodo.

Ya tengo localizados a un puñado de periodistas -a todos los niveles- partiéndose el pecho por cambiar el mundo que tanto parece oprimirles, defendiendo las concentraciones a la usanza de la de la Puerta del Sol. Lo curioso es que en sus actitudes cotidianas son incapaces de defender el corporativismo que necesita el periodismo para que la profesión no continúe convirtiéndose en un cementerio de amargados haciendo sonrojantes subproductos en cuyos resultados tienen mucho que ver los ¿empresarios? a los que ni les chistan cuando les obligan a escribir esas bazofias. Eso mismo sucede en otros campos profesionales, de manera que mucha igualdad y defensa de los derechos de todos de boquilla pero que no se sepa lo que hace tu otra mano, que está apuntando nombres de a quiénes van-vas a echar a la calle de la redacción porque así te lo exige el propietario de turno del grupo mediático para el que curras.

Es muy fácil pedir justicia social en el anonimato o en las redes sociales, pero no tener cojones para practicarla en el día a día con lo que nos rodea, donde les reímos las gracias a mucho vecino hijoputa suelto, a politiquillos trepas del pueblo o le damos la mano a pregoneros de iglesias que horas antes han repartido cartas de despido de padres de familia o no han tenido bemoles para alzarse contra cercanas injusticias laborales. De igual modo estamos contra el sistema pero locos porque nos metan en una Diputación a darnos un puesto de medio pelo. O decimos que la justicia es un cachondeo en este país pero grabamos en el móvil la cancioncilla de Carlos Carretero dándole tono a aquello de "qué me gusta un sobrecito lleno de billetitos". No dudamos en protestar contra las especulaciones inmobiliarias pero nos damos patadas por ser unos plastas todo el puto día hablando de fútbol, cuando los clubes profesionales se han convertido en piedras angulares de la especulación de la construcción en España, con suelos recalificados, ciudades deportivas y demás ripios que bien tuve que compendiar en un informe de 300 páginas que en su día le hice al presidente del Cádiz CF entre los años 2006 y 2007 cuando quería demostrar con esos datos que su club-empresa no disfrutaba de los privilegios de otros del país porque en sus respectivas ciudades existía suelo con el que hacer negocios. Por alguna carpeta del disco duro de uno de mis ordenadores lo debo tener grabado...

De todas maneras, si las protestas globales sirven para inquietar a tanto culo asentado, bienvenidas sean. Yo secundo la idea de cambiar el mundo, incluso siendo menos globalista, de crear un sistema político de verdad y no esta vergüenza, pero para ello hay que evitar coches oficiales, diecisiete parlamentos, otras tantas televisiones autonómicas -sería curioso ver a los periodistas pisarse cuellos para evitar ir a la calle-, dieciocho tipos de libros de texto y una democracia real que no dependa de un bicolorismo utilizado por la derecha y un tricolorismo ignorante y torpe, porque aun estoy esperando a que me digan porqué puñetas tengo que ser republicano y poner en mi muro de facebook una bandera roja, amarilla y morada. Debe ser que sólo existe un modelo de república, el de 1931, que cometió innumerables fallos que dieron pie a la pandilla de descerebrados que la liaron parda en 1936 empuñando las armas. Pero eso ya es otra historia. ¿O quizás no?

martes, 17 de mayo de 2011

Y es que así...

... no se puede trabajar. Esperemos que aprenda a escribir algo entre sueños y también un poco de maquetación. Mientras no se coma el ratón del ordenador...